El acuerdo para difundir la obra de Blasco Ibáñez da el último paso

La firma del convenio entre el Ayuntamiento de Valencia y la Fundación Blasco Ibáñez está prevista para el martes, tal como confirmaron desde la fundación. Han pasado casi tres meses desde que el alcalde, Joan Ribó, y el presidente de la entidad blasquista, Ignacio Soler, alcanzaran un preacuerdo para limar asperezas y redactar el convenio definitivo que fija las condiciones para difundir la obra y la figura del literato. Desde aquella reunión se han perfilando aspectos como la dotación económica, que finalmente -como informó LAS PROVINCIAS- quedará en 20.000 euros anuales para la realización de actividades, 30.000 para mejora y mantenimiento del espacio y 10.000 para la fundación. El precio de la paz (algo más de 60.000 euros). El documento contempla también un premio de investigación dotado con 6.000 euros.

Las diferencias entre las partes nacieron de la polémica suscitada a partir de los fondos donados por la nieta del literato. El archivo lo componen dos partes. La primera, la cedida al Ayuntamiento por la descendiente en 1997. En 1999, Llorca revocó la donación y pidió la devolución apenas unos días antes de que expirara el plazo.

El retorno no se completó y, sin haber retirado estos fondos del chalé de la Malvarrosa, los legó a la Fundación. La segunda parte, la que recoge la faceta más íntima del novelista, que Llorca también donó a la entidad y es la que puede retirarse sin más. La situación se tensó hasta el punto de que la fundación barajó la posibilidad de trasladar a la Biblioteca Nacional los bienes que testimonian el trabajo y la vida del escritor. En este escenario llegó la reunión entre Ribó y Soler. Aquel encuentro sirvió para poner de manifiesto el acercamiento. El asunto del legado se resolverá en los tribunales, como acordaron las partes.

Una de las cuestiones que se espera conocer es el inicio de los trabajos de remodelación del edificio, intervención para la que no se puso fecha, pero que obligará a cerrar la Casa Museo durante un tiempo. Lo que sí se sabe ya, como publicó este periódico, es que la entidad que vela por preservar la memoria del autor, ya comunicó al Consistorio que «aunque los tribunales nos den la razón el legado seguirá en Valencia.