Agustín Pery, en el centro, junto a Rebeca Argudo y Ramón Palomar.JESÚS SIGNES
Agustín Pery: «Con esta novela quería que los jóvenes sepan lo que se vivió con ETA»
El director adjunto del diario ABC presenta en el espacio Aula LAS PROVINCIAS la obra 'Txalaparta', una historia de humor negro que relata la asfixiante que «hacía justificable lo injustificable» ·
El El periodista y escritor Agustín Pery, director adjunto del diario ABC, ha presentado esta tarde en el espacio Aula LAS PROVINCIAS la novela 'Txalaparta'. La cita ha tenido lugar en el Casino de Agricultura y ha contado como presentadores con la periodista Rebeca Argudo, y con Ramón Palomar, columnista de este periódico. Entre los asistentes se encontraban Gonzalo Zarranz, presidente del consejo de administración de LAS PROVINCIAS y Pablo Salazar, jefe de opinión y director adjunto del periódico. Junto a ellos ha asistido también el presidente del Casino de Agricultura, Manuel Sánchez Luengo y Julio Aguado, miembro de la directiva de la entidad.
Tras abordar en 'Moscas' la corrupción en Mallorca, Pery se ha adentrado ahora en la atmósfera de ETA en un libro del que se ha hablado hoy y que ha llevado al periodista a apuntar que él «es feliz en el norte», donde ha conocido «gente maravillosa», pero lo que quería con esta obra es «que los jóvenes supieran lo que se vivió con ETA». Su objetivo es que la gente de veinte años «crea lo que vivimos», que entienda que «no es normal que te señalen, que te maten al vecino».
La del autor es una posición de la que no cabe duda. Pery no consiente que se justifique lo que él llama «lo injustificable», pero ha destacado que con su obra no trata de hacer «apostolado». No emite juicios a la hora de abordar una situación que ha vivido muy de cerca. Pero deja muy claro, sin paños calientes, que si bien 'Txalaparta' es ficción, sus novelas «son vividas. Las amenazas las conozco bien, a las víctimas también y conozco a los malos porque por mi oficio me ha tocado». Pery incluso ha apuntado que ante aquellos que hacían «justificable lo injustificable me he pegado».
La conversación del autor de la novela con Ramón Palomar y Rebeca Argudo ha servido para descubrir detalles de cómo fueron aquellos años noventa del pasado siglo en una Navarra donde las mujeres de guardias civiles y policías hablaban en voz baja en corros que les servían para «protegerse», o de esposas de guardias civiles andaluces que iban «al logopeda para corregirse el acento andaluz» a fin de que no les pudieran vincular a las fuerzas de seguridad.
La obra, como el propio autor explicó a este periódico es el relato de lo que era «vivir en el terrorismo en aquellos años como atmósfera». El protagonista, más allá de los personajes, «es esa atmósfera densa de desconfianza, miedo, reproche y en algunos casos de atonía y de acostumbrarse a lo que nadie debería». Pery ha lamentado que que «en Navarra todavía hay determinados bares en los que entras y la gente se gira; todavía pasa y creo que es la herencia de aquellos años».
El libro tiene sin duda, y así se ha detenido durante la presentación, un personaje destacable, que es Edurne, la esposa del policía y madre de un joven que se ha sumergido en el universo de los radicales, que transita el paisaje de ETA. Habla de una mujer que, como ya apuntó a LAS PROVINCIAS sufre maltrato psicológico por parte de los suyos. Y esta tarde ha añadido que también tiene que soportar la soledad que le imprime la sociedad, el aislamiento al que se ve condenada. En esta realidad hace hincapié el periodista y novelista hasta el punto de que Pery llega a considerarla protagonista de la historia.
Para abordar 'Txalaparta', Pery optó por el humor negro. Y a juzgar por palabras lo hizo porque ese género le costaba menos, ya que confiesa que «he nacido para vaguear. Cuando escribo busco algo que no necesite documentarme en exceso». A esta circunstancia añade otras que conducen a su propia vida.
Contó Pery en una entrevista a este periódico que en 'Moscas', la novela sobre corrupción en Mallorca, aborda acontecimientos que conoció durante siete años de trabajo en la isla, y la situación de ETA «la conozco por temas familiares y porque llevo 29 años casado con mi mujer, que es navarra. Conozco bien el paño».
El autor ha rescatado la figura del policía de su primer título -aunque mantiene que no trata de abrir una serie- para ofrecer una novela de humor negro que aborda un relato que huele a maldad pura y dura. Un policía nacional euskaldún conocido con el sobrenombre de Txalaparta; su hijo, un adolescente militante abertzale; y una madre a la que entre los dos han hecho de su vida un infierno son los protagonistas de la novela ambientada en la Navarra de los años noventa del siglo pasado.
La nueva novela del director adjunto del diario ABC encierra, como ha señalado Ramón Palomar, el atractivo de quien «es muy honrado, no miente», algo que se traduce en un libro del que Rebeca Argudo ha extraído como grandes virtudes que «no te guía, no te lleva de la mano para decir qué tienes que pensar», así como la capacidad que ha demostrado para ponerse en la piel de una mujer como Edurne de una manera de que te la creas«. Y todo «en un momento social y político que él no juzga, que no te fuerce a posicionarte ante esto me parece que es muy complicado conseguir no juzgar».
A un contenido que sin duda despierta interés se añade un estilo que pone ante el lector una novela «escrita primorosamente», como ha señalado Palomar, y que demuestra el adentramiento de Pery en ese universo de «los motes» y de un lenguaje propio que ayuda a conceder, además de la exigible credibilidad, una calidad a prueba de lectura.
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