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Ahmed Younoussi Vanessa Rabade

Ahmed Younoussi: «La patria que tanto dicen está en el campo a las seis de la mañana y abriendo Mercamadrid»

Actor ·

Llega al TEM con '14.4', la cruda historia de la huida de un niño de seis años desde Marruecos hasta España basada en su propia vida

Viernes, 13 de diciembre 2024, 00:27

Ahmed Younoussi abandonó su casa a los seis años y se echó a las calles de Marruecos. Durante un tiempo, vivió en un desguace en Tánger junto a otros niños, hasta que, un día, huyendo de la policía, se escondió en los bajos de un camión que cruzó el estrecho en un carguero. Fue entonces, después de vivir durante tres años en la calle, cuando recibió la ayuda de un centro de menores en España. Hoy, Ahmed es actor. Y acaba de estrenar la obra '14.4' (que hace referencia los kilómetros que mide el Estrecho de Gibraltar), dirigida por Sergio Peris-Mencheta y en la que también actúa Juan Diego Botto. Podrá verse en el Teatro El Musical este sábado 14 y el domingo 15 de diciembre.

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–Cuenta una situación tan trágica como la de un niño que huye de su padre y de su país desde la positividad y la alegría. ¿Cómo puede ser feliz una historia tan dura?

–Yo no quería que se contara a través de la pena. Ya hay demasiadas penas en el mundo. Estoy bien, no quiero que nadie llore por mí. Quiero que se dejen de comprar argumentos que se venden hoy en día. Se está criminalizando a niños en situaciones terribles para comprar votos. Esta obra busca acercar este mundo a las personas, para que puedan entender de dónde venimos. Se está atacando a una minoría de niños indefensos.

–¿Cómo recuerda todo aquello que le ocurrió? ¿Era del todo consciente de lo fuerte que era la situación o se limitaba a tirar hacia delante?

–Las cosas son más fuertes para quien no las ha vivido, pero para quien solo conoce eso es lo normal, lo único que existe. Cuando llegué aquí y me hice mayor vi lo brutal que había sido. Pero en aquel momento no era consciente. Ves a otros niños bien vestidos y con sus padres y notas que has tenido que nacer en un sitio diferente, pero no sufres tanto como cuando eres adulto y pasas por algo así. Siendo adulto te duele todo: lo que pudiste haber hecho, el rencor hacia ti mismo… De niño no, porque no tienes historial y es la primera vez que lo ves y lo vives todo.

Ahmed Younoussi Vanessa Rabade

–La realidad, por desgracia, condena a muchos de los migrantes que llegan a España a condiciones de vida muy precarias, cuyo choque entre expectativa y realidad acaba siendo enorme. Usted ha sido la excepción.

–Soy la excepción por la suerte que he tenido, que tiene nombres y apellidos: el de mi tutor en el centro, que en paz descanse; el de personas que me han guiado, me han brindado su protección y confianza y me han dado la oportunidad de estudiar y de ser lo que soy hoy. Gracias a esas redes de apoyo, algunos migrantes podemos prosperar y buscarnos un futuro mejor. Esta obra es un homenaje a los trabajadores sociales. Su trabajo es inestimable

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–Muchos adolescentes migrantes, cuando cumplen los 18 tienen que abandonar el centro donde están y echarse a la calle. Esto es problemático. ¿Cuál cree que es el problema?

–No se puede hacer magia. Debe haber una estructura que pueda soportar económicamente a los migrantes, y no la hay. Muchos menores, al cumplir los 18 ya no tienen adónde ir, y no están preparados para la vida porque no se les ha dado salidas profesionales ni directamente una vivienda. Y ese abandono lleva a que haya personas que acaben haciendo lo que no deben porque se ven arrastrados. Esto se repite mucho, pero, de haber tenido una sola oportunidad, muchos no se hubiesen visto arrastrados. Solo son niños indefensos. La realidad es que a los migrantes, cuando se les da la oportunidad, suelen reaccionar bien y agradecerlo.

Ahmed Younoussi Vanessa Rabade

–Desde algunos sectores políticos se criminaliza mucho a los menas.

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–Yo no soy mena, soy un chaval. Se han inventado una palabra que 'monstruoriza' a chavales indefensos. Esos políticos no vienen a cambiar el mundo. Llevaban aquí muchos años. La patria que tanto dicen también está en el campo a las seis de la mañana y abriendo Mercamadrid, pero allí ellos no están. Yo he sido un chico de la calle y no es verdad que todos robemos. Yo no he robado un euro en mi vida, ni jamás he cobrado un euro de ayudas.

–¿Cómo ha sido interpretarse a usted mismo?

–Bonito, pero complicado emocionalmente. Tengo la suerte de tener una formación, y eso me ayuda a saber quién soy y separar. Pese a lo que me ha pasado no me considero una persona traumatizada. Y además, he tenido mucha suerte de haber tenido la vida que he tenido, porque eso es lo que me ha convertido en la persona que soy hoy. El destino depende mucho de tu comportamiento y actitud ante la vida.

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–También ha hablado que, al pasarlo tan mal, tuvo que correr un poco más y un poco más rápido, y entonces ahora no acepta todo.

–Cuando te pasa algo así, vienes un poco resabido. Yo lo noto cuando en mi juventud he dejado algún trabajo. Tengo amigos a los que les costaba mucho más hacer algo así, pero para mí era muy fácil. Me sé mover rápido, más que la gente, digamos, normal. También lo noto en la comunicación no verbal, que me gusta mucho. Sé identificar algunos comportamientos y actitudes que me ayudan a descifrar a las personas.

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