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Alberto Herrera, en un estudio de la cadena Cope. COPE

Alberto Herrera: «Siento la responsabilidad de no defraudar a la gente que ha confiado en mí»

Hijo de dos grandes del periodismo como son Carlos Herrera y Mariló Montero, visita Valencia para un programa especial de la cadena Cope

Jueves, 7 de marzo 2024, 01:18

Alberto Herrera Montero (Madrid, 1992) tenía inoculado el virus de las ondas desde la cuna. Tal vez no lo sabía cuando encaminó sus estudios hacia Administración de Empresas y Marketing, pero esa pasión creció y la oportunidad llegó en un 2020 que cambió la vida de todos. Muy respetuoso con la profesión y con quienes se han formado en Periodismo, sigue sintiendo el «síndrome del intruso» aunque trabaja día a día para ofrecerle lo mejor de sí al oyente.

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–La cadena COPE emite hoy una programación especial, desplazando a comunicadores a diferentes provincias para hablar sobre el empleo. Usted ha venido a Valencia. ¿Cuál es la finalidad?

–La radio cada vez se pone más en valor por un elemento diferencial que tiene, la escucha; la radio es mucho más radio cuando salimos del estudio, a pie de calle, poniendo nombre y rostro a quienes sufren ciertas realidades. Cuando hablamos de datos es fácil perdernos, pero si le ponemos ojos y rostro, el oyente va a poder interiorizar mucho mejor esas historias. Eso es lo que va a hacer la COPE en esta acción transversal, donde toda la programación va a ir ofreciendo el qué y el cómo a distintas preguntas, por ejemplo cómo trabajamos en España, por qué nuestros sueldos están por debajo de la media de Europa, qué es la brecha salarial, si es real el teletrabajo...

–En Valencia, y en general en la Comunitat, tienen un peso importante las pymes y, en particular, las familiares en sectores tradicionales como el textil, el calzado... ¿Visitará algunas?

–Sí, iremos a una empresa familiar que lleva heredándose de padres a hijos varias generaciones, vamos a ver cómo les afecta la subida de costes, cómo se reinventan, cómo pueden avanzar tecnológicamente... Y también estaremos en cuatro empresas tecnológicas, que nos van a ayudar a entender cómo alguien crea hoy día una empresa y no se plantea las mismas preguntas que hace diez o quince años.

–Ha hablado de inteligencia artificial. ¿Cómo puede afectar a las empresas?

–No creo que la inteligencia artificial sea un ente individual que vaya a pasar por encima a la humanidad, siempre va a necesitar al alguien que la maneje. Creo que la inteligencia artificial va a tardar mucho tiempo en crear un criterio como el que tiene el ser humano. Pero esto no quiere decir que sea una herramienta inútil. Nos va a ayudar mucho a aumentar nuestra productividad, que es uno de los problemas que tiene España. ¿Esto significa que tenemos que preocuparnos por que puede haber mucha gente que puede ir al paro? Sin duda alguna. Por eso hay que poner todos los esfuerzos en medir las posibles amenazas que represente un nuevo sistema productivo. Pero, dicho esto, es un mundo tan incierto que jamás canonizo sobre él.

«Nunca he estado en Fallas, pero me interesa mucho porque es una fiesta preciosa»

–Vamos a bajar decibelios... Ha venido a Valencia en pleno inicio de temporada fallera. ¿Conoce la fiesta?

–Nunca he estado en Fallas pero conozco la fiesta a través de las vivencias de mi padre, que es un gran 'fallero', y de amigos, pero nunca he podido disfrutar de una mascletà ni he visto ver arder una falla. Me interesa mucho porque es una fiesta preciosa, pero no la he podido conocer en profundidad.

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–Es un cocinillas... ¿se ha atrevido con la paella?

–Paella no, pero el otro día hice un arroz con papada de cerdo, costilla y espárragos y cometí el error de coger la pala de madera y rascar la paella entera, y me cayó 'lo más grande' (ríe)... pero, sí, los arroces me gustan mucho.

–¿Qué es lo que borda?

–Me gusta mucho hacer un arroz de chipirones en su tinta y ponerle por arriba ajetes tiernos, es una receta que me dio mi buen amigo Toni (Boix) de Lavoe, que es un restaurante maravilloso de Valencia. Me gusta mucho probar cosas nuevas. La cultura japonesa me encanta y una de las últimas cosas que he preparado es el ramen. Tardo 48 horas en hacerlo. Me gusta sobre todo la cuchara, el guiso, y sobre todo compartirlo con gente.

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–A todos el año 2020 nos cambió, pero a usted de manera especial. ¿Por qué decidió dar el salto a las ondas? Porque su formación en ADE e inicios profesionales no iban para nada dirigidos al periodismo.

–Estoy tan agradecido a la COPE por la oportunidad que me ha dado que intento diariamente en antena demostrárselo a los oyentes con el fruto del trabajo de todo un equipo. En 2020 lo que pasó es que un jefe de la cadena me ofreció hacer algo más que la sección musical que hacía con mi padre en 'Herrera en COPE'. Imagina lo que supuso para mí poder desarrollarme en un mundo tan importante para mi padre y mi madre. Y me lo tomé con la mayor seriedad del mundo.

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«Soy de una generación que vio triunfar a un gran Valencia, deseo que llegue a lo más alto»

–Ser hijo de dos referentes de la radio y la televisión como son Carlos Herrera y Mariló Montero debe pesar. ¿Nota la presión?

–Todos tenemos un poco de síndrome del impostor dentro. El elemento de presión que tengo yo es el mismo que puede tener un obrero o un empresario, lo que sí siento es una responsabilidad de no defraudar a la gente que ha confiado en mí.

–Y la presión de la prensa del corazón, ¿cómo la ha vivido con sus padres? ¿Y ahora?

–No he sido consciente de que mis padres eran conocidos hasta que me hice adolescente, y entonces ya no los he visto tanto en prensa de corazón y si han salido ha sido siempre de forma respetuosa. Cada vez que me para alguien por la calle le contesto con naturalidad. No soy una persona que se interese mucho por las historias del corazón, pero máximo respeto a los compañeros que se dedican a ello.

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–¿Cómo es su padre como jefe en 'Herrera en COPE'?

–Es un jefe con el que apenas hablo de trabajo. Yo le he preguntado tantas cosas a mi padre... pero él siempre me dice lo mismo, que él aprendió solo y que yo aprenderé conforme a mis 'accidentes' profesionales. Así que cuando estoy con él intento disfrutar más de mi padre que de Carlos Herrera. La que ha sido más crítica es mi madre, por la que siento una profundísima admiración, es una leona trabajando. Ella, quizás por el vértigo de ver a su hijo que se enfrentaba, a las 10 de la mañana, a una audiencia de tres millones de personas, sí me recomendaba algunas cosas.

–Es aficionado al fútbol, del Betis, que está viviendo unas temporadas bastante buenas. ¿Cómo ve la situación del Valencia CF?

–Yo soy de una generación que vio triunfar a un gran Valencia, pasear por Champions, ganar Copas del Rey... Tengo muchos amigos valencianistas y deseo que el equipo llegue a lo más alto, como todos los equipos de la comunidad.

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–En Sevilla pasa como en Valencia, tienen dos grandes clubes, aquí también con el Levante, aunque ahora está en Segunda. ¿Es posible unir a las aficiones?

–Cuando era pequeño me daba mucho miedo ir a los derbis porque veía la hostilidad que había en la calle y ciertos comportamientos agresivos que creo que cada vez se repiten menos. En Sevilla todo el mundo tiene un amigo, padre, hermano del otro equipo... mi hermana es sevillista, ahí tienes el ejemplo..., así que al final te alegras por tus amigos.

–Es amante del rock, de hecho tuvo un programa musical en Rock FM. ¿El reguetón le pilló ya mayor?

–He aprendido a encontrar dentro del reguetón artistas y canciones que me gustan. Yo fui uno de esos que lo estigmatizó. Es verdad que exige menos destreza una canción de reguetón que una de Bach, pero la música es arte y el arte es subjetivo. La música, de la buena la mejor, pero qué es la buena... lo que cada uno considere.

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–¿Cómo se ve en el futuro? ¿Seguirá en la radio?

–Mi objetivo es trabajar para que el programa de hoy salga lo mejor posible, y si eso lo hago todos los días a lo mejor en un largo plazo sigo frente a un micrófono, que creo que es una profesión preciosa. Mi vida ahora mismo es la radio y estoy enamorado del micrófono al que le hablo. Para mí la radio es compañía, es un amigo que te habla constantemente y yo quiero ser el amigo de todo el mundo. Y trabajaré para ello.

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