El andamio de los Santos Juanes ya corona la veleta

Un paso más, y de los grandes, en el proyecto de restauración de la iglesia de los Santos Juanes. El templo vuelve a ofrecer el espectacular aspecto que hasta hace unos meses mostraba la fachada oeste. Ahora. los andamios ya han llegado a la veleta de la fachada recayente a la Lonja, la que luce el reloj mecánico. Han coronado, a más de treinta metros del suelo, la cima de la única cara del templo pendiente de lavar.

La hazaña supone que las obras han emprendido la última fase de la intervención sobre la estructura del edificio, tal como ha explicado el arquitecto Carlos Campos, director de esta parte del proyecto de restauración impulsado por la Fundación Hortensia Herrero. Y mientras, los trabajos para recuperar en el interior los frescos de la bóveda, dirigidos por la catedrática de restauración Pilar Roig, siguen adelante a tal ritmo que ha sido necesario cerrar el acceso del público al templo. El proyecto que devolverá el brillo a la iglesia tiene señalado su fin en 2025, recuerda Campos.

Las visitas a la fachada van descubriendo las necesidades de actuación y también las sorpresas que la monumental construcción no deja de deparar. «Hemos encontrado en el frontón una inscripción y un escudo borrados sobre una placa de piedra, cuyo origen estamos investigando». Las hipótesis apuntan a que se trate de una lápida, no funeraria, reutilizada cuando se construyó la iglesia. «Se trata de una inscripción bastante larga que luego fue borrada -sobre la piedra- escrita en caracteres góticos, lo que hace pensar que puede tratarse de una pieza del siglo XV». También investigan a qué o a quién perteneció el escudo esculpido sobre la piedra.

No acaban ahí las curiosidades que encierra el templo vecino del Mercado Central y la Lonja. Explica Carlos Campos que la Virgen del Rosario que preside esta cara del templo en contra de lo que a la vista puede parecer, «no es de piedra». Se trata de una pieza de estuco que a consecuencia de la suciedad acumulada a lo largo de los años, ha adquirido el color de la piedra. «Es una obra de gran valor de los artistas Aliprandi y Bertessi, autores también de los estucos del interior» que claro está también se recuperará concediendo gran atractivo a la fachada. Y en lo más alto, la popular veleta del templo, un elemento que también se recuperará, si bien asegura Campos que se encuentra en buen estado. Requerirá una actuación mínima. El camino que ya se ha recorrido ha permitido pasar por el reloj de sol tallado en la piedra que hubo en la fachada y del que apenas queda alguna huella.

Las obras en esta fachada llegaron en marzo. Sólo unas semanas después de que terminaran los trabajos que han concedido a Valencia una nueva y preciosa vista para disfrutar. El inmenso óculo, el más grande de la ciudad, que la construcción muestra en su fachada oeste se descubrió en febrero tras los trabajos que le devolvieron su brillo tras el complejo y completo trabajo de limpieza que también alcanzó al campanario, una torre que se eleva 46 metros sobre el suelo y que presentaba no pocas heridas estructurales.

La rehabilitación de la iglesia de los Santos Juanes que está llevando a cabo la Fundación Hortensia Herrero tiene señalado su plazo de finalización en 2025. La intervención contempla la recuperación de los elementos arquitectónicos y también de la ornamentación pictórica del interior con la rehabilitación de los frescos que Palomino pintó sobre su bóveda, una intervención que dirige la profesora Pilar Roig, especialista en Restauración que ya devolvió el brillo a la iglesia de San Nicolás, la Capilla Sixtina Valenciana.

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