El archivo de Agustí Centelles (Valencia, 1909-Barcelona, 1985), el apodado Robert Capa valenciano, quiere instalarse en la ciudad que vio nacer al fotógrafo que a través de su cámara retrató los tiempos de la República, la Guerra Civil Española y los campos de trabajo del sur de Francia en los que permaneció durante varios años dada su condición de partidario del bando republicano.
Publicidad
Octavi Centelles uno de los hijos de aquel fotógrafo que dejó impresa la imagen de una importante parte de la historia de España ha decidido que el archivo que posee de las imágenes de su padre, «103 fotografías copia de autor» se queden en Valencia, según el descendiente de Agustí confirmó a LAS PROVINCIAS. Ha anunciado que va a iniciar conversaciones con la Generalitat Valenciana con el objetivo de que esta adquiera el legado que él está dispuesto a vender y que le gustaría que sea Valencia su destino definitivo.
El fotógrafo Agustí Centelles, con la cámara en la mano, fue uno de los iniciadores del fotoperiodismo que dejó un rico legado que el productor y realizador Ignacio Estrela, que prepara un documental sobre su figura, considera «fotografías estratégicas» por el contenido del relato que encierran.
¿Qué guarda ese archivo? Es Octavi Centelles quien responde a la pregunta. Habla de 103 fotografías cuyas «copias de 30 X 40» obtuvo el autor antes de su muerte. Recuerda el hijo que su padre dedicó los últimos años de su vida a poner en orden y documentar las imágenes. Cuando al hijo del fotógrafo se le pregunta por el valor de las instantáneas destaca el retrato que ofrecen de cómo eran aquellos campos de trabajo franceses a los que Agustí Centelles fue deportado tras la Guerra Civil y también de los retazos de la vida española en los años previos al conflicto bélico y durante el mismo.
En las entrañas de ese trabajo se escribió una historia que tiene tintes de milagro, o al menos de un acontecimiento tocado por la buena fortuna aun cuando sucedió en un ambiente hostil para el protagonista. Durante el tiempo que Agustí Centelles estuvo en el Campo de Bram «recibió el encargo de uno de los militares que estaban al frente de realizar fotografías que perseguían el objetivo de demostrar que aquellos espacios». El resultado del trabajo gustó al militar, algo que sirvió a Centelles para que le dejaran salir un día a la semana. Esas escapadas le servían para adquirir material para fotografías, así como víveres para sus compañeros, conforme al relato que facilita el hijo. Centelles dejó pruebas de cómo se vivía, cómo eran los barracones y de detalles que sin duda han permitido a la historia saber más de aquellos días.
Publicidad
Finalizada la Guerra Civil, el fotógrafo no pudo regresar a España dada su condición de partidario del bando republicano. Lo hizo a mediados de los años cuarenta y «dejó todo el material en manos de unos payeses de la localidad francesa de Carcasona», detalla Octavi. Un año después de la muerte de Franco, en 1976, el Robert Capa valenciano, se desplazó al municipio francés para rescatar el tesoro que ya pudo traer a Valencia. Pero los avatares de aquel viaje llevaron a que perdiera «las carpetas que contenían la minuciosa datación y descripción documentación de cada fotografía». Y a volverlas a documentar entregó los últimos años de su vida.
Los negativos los adquirió el Ministerio de Cultura por 700.000 euros en el transcurso de una negociación en la que también la Generalitat de Cataluña participó interesada en adquirir los fondos. Finalmente fue el Estado el que se llevó el gato al agua y los negativos pasaron a formar parte del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. El ministerio, según la página en internet del departamento del Gobierno, compró unas 10.000 imágenes y cerca de 3.000 negativos.
Publicidad
Y cada uno de los dos hijos del fotógrafo se quedó con una copia de autor. Ahora Octavi quiere vender el tesoro que está en sus manos y que en un principio parecía que su destino podía ser la Universidad de Zaragoza. Finalmente Octavi ha manifestado su voluntad de que sea la capital del Turia donde se instalen esos fondos. «Quiero que se queden en un lugar donde Centelles fue conocido y se le aprecia», detalla Octavi, para quien es «importante» que sea la tierra que le vio nacer.
El propietario de als piezas que van a luchar por encontrar su lugar en la ciudad del Turia recuerda que «la primera vez que las imágenes se mostraron fue en el Instituto Cervantes tras su regreso a España. Entonces cada fotografía estaba valorada en 2.400 euros». La multiplicación de ese valor económico por el número de imágenes ofrece una elevada cantidad. Octavi asegura que no va a pedir «ni la mitad, sino una cuarta parte de ese precio».
Publicidad
Está dispuesto a abrir las conversaciones con la Generalitat y aunque todavía no lo ha hecho, y por tanto no se ha hablado del espacio que podría convertirse en depósito del centenar de imágenes, Octavi Centelles considera que «el espacio natural podría ser el IVAM», museo en el que en alguna ocasión Centelles estuvo presente en exposiciones colectivas. Fue el MuVIM el espacio que en 2017 acogió la muestra 'Tot Centelles'.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.