El archivo de Blasco Ibáñez, al descubierto

«Coquito mío adorado». Con estas palabras comienza una carta fechada en 1912 en la que Vicente Blasco Ibáñez se comunica con la que sería su segunda mujer, Elena Ortúzar, mostrándole su «alegría» por poder obtener noticias suyas. Es más, afirma, «y esta suerte procuro corresponderla queriéndote mucho, mucho, mucho, cada vez más, si esto es posible». Esta misiva es uno de los más de 132 documentos que formaban parte del legado propiedad de los herederos de Lorenzo Noguera, que adquirió el Ayuntamiento en mayo por los 20.000 euros en los que la casa de subastas Durán había establecido el inicio de la puja. El Consistorio realizó el derecho de tanteo sobre una colección cuyos propietarios ya habían intentado vender en otras ocasiones. No hubo acuerdo ni en 1997 ni en 2003. Pero este año, y a través de la casa madrileña, los responsables municipales pudieron adquirir el fondo y ampliar así la colección bibliográfica y documental de la Casa Museo Blasco Ibáñez.

Ha sido allí cuando esta mañana se ha presentado el archivo, que llegó a Valencia hace una semana. El director del espacio, Emilio Sales, ha sido el encargado de exhibir algunos de los documentos que conforman un archivo con cartas, facturas, fotografías, partes de novela e, incluso, rarezas como siete ejemplares y dos suplementos de 'España con honra', la revista que el escritor valenciano editó desde Francia para mostrar sus postulados contra la dictadura de José Antonio Primo de Rivera y el rey Alfonso XIII. Estos importantes ejemplares son algunas de las joyas de este patrimonio documental, que ya está en Valencia. La singularidad de esta revista es que, además, en ella se muestran artículos hasta de Miguel de Unamuno.

Pero en este legado hay mucho más. Incluso, hasta una radiografía del tórax del escritor de 'Entre naranjos'. Pero desde las cartas a la que sería su segunda mujer a fragmentos de artículos para 'El pueblo' -de uno de ellos faltan varias páginas-, pasando por un índice de la novela 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis', a misivas firmadas por Azorín y Mariano Benlliure, todo ello se incluye en este heterogéneo fondo.

Además, contienen desde documentos relacionados con su agencia de representación en EE UU, otras misivas desde Tokio fechadas en 1923, facturas de la reparación de su Cadillac, documentos sobre sus derechos de autor, una carta sin acabar en la que los responsables municipales piden a su segunda mujer que les legue documentación para crear una sala en honor del novelista en el archivo municipal; e, incluso, un telegrama en el que los por entonces Príncipes de Mónaco dan el pésame a la viuda tras el fallecimiento del autor de 'Cañas y barro'.

Desde fotografías de rodajes de algunas de sus películas en Hollywood, acompañado de actores de la época como Antonio Moreno, Alice Terry o el director Rex Ingram; como instantáneas de su boda civil con Ortúzar a una partitura de la banda sonora de 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis'.

El legado que han vendido los descendientes de Lorenzo Noguera incluye una supuesta novela inédita del autor de 'Cañas y barro'. Sin embargo, el propio Sales no puede asegurar que así sea. Es ahí donde entra el trabajo de documentación e investigación sobre este fondo documental. El director de la casa museo sí ha asegurado que en este texto se incluyen correcciones del puño y letra de Blasco Ibáñez. ¿Pertenece a la producción literaria del novelista? «Es lo que debemos averiguar. Sería raro que Blasco Ibáñez, un hombre con tanto trabajo, corrigiera la novela de otro autor. Sin embargo, él también era editor. De ahí que vayamos a analizar la gramática y la sintaxis de la obra para establecer si pertenece o no al autor valenciano«, ha aseverado el experto.

Ese es el principal trabajo que se va a llevar a cabo con este fondo documental. La catalogación y el inventariado van a ser las primeras tareas que se van a llevar a cabo con los más de 130 documentos. Después, han afirmado, llegará el turno de la digitalización de las piezas ya que su estado de conservación no es el más óptimo. De esta forma, además, se permite el acceso a los investigadores e historiadores. Finalmente, se decidirá si con todo el material se realiza una exposición o las piezas se incluyen en la muestra permanente del museo. «El hecho de que los documentos sean tan dispares dificulta establecerse un hilo conductor», ha confesado Sales.

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