El edificio Veles e Vents de la Marina de Valencia. DAMIÁN TORRES

El Veles e Vents, la joya valenciana del 'Nobel' de arquitectura

Reconocimiento ·

David Chipperfield, el profesional británico que diseñó el edificio de la Marina, inaugurado en 2006 con motivo de la Copa América, se hace con el prestigioso Premio Pritzker 2023

Miguel Lorenci y Noelia Camacho

Madrid | Valencia

Martes, 7 de marzo 2023, 18:39

David Alan Chipperfield (Londres, 1953) es el ganador del Premio Pritzker 2023, considerado el 'Nobel' de la arquitectura y dotado con 100.000 euros. El arquitecto británico que devolvió la vitalidad a la isla de los museos de Berlín es uno de los grandes ... de su oficio y ha trabajado con otros grandes maestros. Muy vinculado a Galicia, donde ha levantado una casa en Corrubedo (A Coruña), tiene estudio en Santiago de Compostela. Además, fue el responsable de diseñar el edificio Veles e Vents, situado en la Marina de Valencia.

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Esta construcción valenciana fue inaugurada en 2006 con motivo de la Copa América. El diseño ganó numerosos premios de arquitectura, incluido el premio Emirates Glass LEAF de 2006 y los premios europeos del Royal Institute of British Architects en 2007. Y también fue nominado para el Premio Stirling en 2007.

Con un nombre surgido de un poema de Ausiàs March, ya es en icono arquitectónico (lo diseñó conjuntamente con Fermín Vázquez). El Veles e Vents fue concebido como un mirador privilegiado en la confluencia del canal y la dársena histórica de Valencia para albergar invitados, patrocinadores y espectadores de la 32ª edición de la competición náutica. Con cuatro plantas que parecen sustentarse en el aire, a través de varios voladizos de diferentes dimensiones y vuelos, grandes terrazas conectadas por un sistema de escaleras exteriores y más de 11.000 metros cuadrados, se inauguró de forma provisional el 11 de mayo de 2006, para la celebración de las prerregatas de ese año.

El arquitecto inglés, David Chipperfield.

Construido en tiempo récord de once meses y con un coste de adjudicación de algo más de 35 millones de euros para el proyecto completo, que incluía el edificio, el aparcamiento para 800 plazas y los accesos, tras la inauguración provisional fue cerrado para rematar su ejecución y abierto de forma definitiva a comienzos de 2007, con una rampa de acceso desde la zona de palmeras y con un restaurante, una cafetería y tiendas en la planta baja y la zona pública.

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Posteriormente, fue entregado formalmente al Consorcio Valencia 2007, organizador de la competición y a lo largo de estos años ha albergado multitud de citas empresariales y familiares, fundamentalmente en su tercera planta. Por sus instalaciones han pasado empresas como Louis Vuitton, Bacardi, Nespresso, Bosch, San Miguel, Lancaster, Ferrari o Porsche para celebrar acontecimientos empresariales y también ha acogido la presentación de coches de la marca Seat y Skoda, además de acoger invitados entre 2008 y 2012 durante las carreras de Fórmula Uno.

Pero la vinculación de Chipperfield con Valencia no acaba aquí. El arquitecto ha participado en diferentes eventos de la ciudad, el último hace muy pocos días. El recién galardonado estuvo presente en Cevisama, la cita por excelencia del azulejo celebrada en Feria Valencia, donde impartió la conferencia de clausura junto a otros exponentes del sector.

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En el selecto club de Moneo, Niemeyer y Foster

Durante cuatro décadas, David Chipperfield ha firmado más de cien obras de muy distinta tipología y escala, desde edificios cívicos, culturales y académicos hasta residencias y planes urbanísticos en Asia, Europa y América del Norte. Con el galardón recibirá además del reconocimiento a su talento, un jugoso cheque y una medalla de bronce. Pero el gran honor es entrar en un selecto club con miembros como Philip Johnson, James Stirling, Rem Koolhaas, Zaha Hadid, Oscar Niemeyer, I.M. Pei, Norman Foster, Rafael Moneo o Tadao Ando.

«Diseñar no es inventar colores y formas. Se trata de desarrollar una serie de preguntas e ideas que tienen cierto rigor y consecuencia. Y si puede hacer eso, no importa qué camino tome, siempre y cuando lo haga bien y haya sido consecuente en el proceso», asegura este diseñador que devolvió el esplendor al complejo museístico del corazón de Berlín y que colocó el busto de Nefertiti bajo una estilizado cono-chimenea de ladrillo el museo Nuevo de Berlín.

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Imagen de la maqueta del edificio Veles e Vents. LP

Chipperfield nació y se crio en una granja rural en Devon, al suroeste de Inglaterra. Se graduó de la Escuela de Arte de Kingston en 1976 y de la Escuela de Arquitectura de la Asociación Arquitectónica de Londres en 1980, donde forjó su espíritu crítico, reconsiderando el potencial de cada elemento para ampliar cada proyecto más allá de la tarea en sí.

Trabajó con maestros como Douglas Stephen, Norman Foster, (Pritzker, 1999), y el difunto Richard Rogers, (Pritzker, 2007), antes de fundar David Chipperfield Architects en Londres en 1985, un estudio que abrió sucursales en Berlín (1998), Shanghái (2005 ), Milán (2006) y Santiago de Compostela (2022). Muy vinculado a Galicia, donde pasa largas temporadas, diseñó y levantó su propia casa en la localidad coruñesa de Corrubedo.

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Su carrera comenzó en la londinense Sloane Street, diseñando un interior comercial para el difunto Issey Miyake, lo que lo llevó a trabajar en Japón. El Museo del Río y el Remo (Henley-on-Thames, Reino Unido, 1989–1997) fue su primera gran obra en su país natal. Uno de su grandes éxitos ha sido la reconstrucción y reinvención del Neues Museum (Berlín, 1993–2009) y la recién construida James-Simon-Galerie (Berlín,1999–2018) dos edificios esenciales de la isla de los museos de la capital alemana.

«La realidad es que los buenos edificios provienen de un buen proceso y un buen proceso significa que estás comprometiéndote y colaborando con diferentes fuerzas» asegura este brillante profesional que ha hecho de la colaboración con otros colegas algo primordial.

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«Creo que la buena arquitectura proporciona un escenario, está ahí y no está ahí. Como todas las cosas que tienen un gran significado, están tanto en primer plano como en segundo plano, y no estoy tan fascinado por el primer plano todo el tiempo», asegura. «La arquitectura es algo que puede intensificar y apoyar y ayudar a nuestros rituales y nuestras vidas. Las experiencias en la vida hacia las que me inclino y que más disfruto son cuando las cosas normales se han vuelto especiales en lugar de donde todo se trata de lo especial» es otra de sus declaraciones de intenciones.

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