El audiovisual pide una industria fuerte para conquistar el futuro

Ir más allá del escaparate para darse a conocer que suponen los Premios Goya; contar con una industria cinematográfica fuerte y consolidada en la Comunitat que genere oportunidades de presente y de futuro; conseguir que los cortos vuelvan a verse en las salas de cine; introducir el séptimo arte en las aulas; apostar por las coproducciones y perder los complejos que conducen a pensar que se es mejor si se deja el territorio valenciano son algunas de las necesidades que sufre el sector audiovisual valenciano.

Estas cuestiones salieron a flote en el acto de entrega de premios del concurso de cortos organizado por LAS PROVINCIAS y À Punt por el Año Berlanga. Con gran afluencia de público joven, una sala de los cines Lys fue el escenario del acto, una propuesta del programa Emergentes dentro del ciclo Somos Futuro impulsado por LAS PROVINCIAS. Los trabajos galardonados, que no podían superar los cien segundos de duración, recibieron 35.000 visitas durante el tiempo del concurso. Los ganadores, seleccionados de un total de 48 participantes, fueron Lucía Casañ, que se alzó con el premio dotado con 1.500 euros en la categoría de Mejor Corto por 'Hey, Hey dímelo'; Claudia Escrig, Mención de Honor por el trabajo 'Chapa y pintura'; y 'La vida és bonica' de Alberto Calvet, premio especial del público. El jurado de los premios estuvo formado por Montse Català, jefa de Cultura de À Punt; Begoña Siles y Carolina Hermida, de la cátedra de Investigación Luis García Berlanga de la Universidad CEU Cardenal Herrera; Txema Rodríguez, jefe de edición gráfica de LAS PROVINCIAS y Mikel Labastida, jefe de Desarrollo Digital del diario. En el premio del público 12.000 personas emitieron su voto.

Antes de la entrega de premios se celebró una mesa con participación de protagonistas del sector audiovisual moderada por Mikel Labastida. Reflexionaron sobre cuestiones que afectan al sector. La conversación arrancó con un análisis de lo que implica la gala de los Goya. Los participantes coincidieron en que la gran noche del cine español es un buen escaparate, pero las cosas no pueden quedarse ahí. Se impone dar pasos adelante para consolidar en la Comunitat una industria del cine que ofrezca oportunidades y se proyecte como plató para las futuras generaciones. Lo apuntó Paloma Mora, productora del corto 'Proceso de selección', que fue nominado en la última edición de los galardones de la Academia de cine. «Hay que producir y que nuestras producciones se vean en todas partes. En Valencia podemos hacer trabajos tan competitivos como los de cualquier parte del mundo», dijo. Y a estas palabras se añadieron las de Rosana Pastor, actriz y comisionada de la Generalitat para el Año Berlanga, recordando que la Comunitat tiene que conseguir «una industria cinematográfica potente que apueste fuerte por sus producciones para verlas aquí y exportarlas». La voz más joven de la mesa fue la de Nando Fibla, alumno del ciclo de Animación en el Centro Barreira y miembro del equipo que ha realizado el corto 'Oddity' –preseleccionado para los Goya–. Su testimonio propició una nueva reflexión que de alguna manera enlaza con la necesidad de tener en la propia tierra una industria que permita alcanzar la meta de trabajar en la Comunitat sin necesidad de hacer las maletas: «¿Por qué tenemos que emigrar cuando aquí tenemos la posibilidad de hacer algo bueno?».

Paloma Mora puso el acento en que «no es necesario renunciar a vivir aquí». De nuevo llegó la puntualización: «Nos tenemos que superar, hacer cosas más valientes, coproducir y quitarnos el complejo de que somos mejores si nos vamos a Madrid, Barcelona, Londres o Los Ángeles».

La conversación se detuvo en el cortometraje para pronunciarse sobre su presencia y el valor que tiene como herramienta para abrir caminos en el territorio del cine. Tomó la palabra Carla Pereira, directora de 'Proceso de selección', quien defendió que sigue siendo una buena apuesta y lamentó que «en las salas de cine no se ven», mientras que su «recorrido por los festivales es amplio». A estas afirmaciones se añadieron las de Ana Juesas, profesora en el ciclo de animación del centro Barreira. Defendió los cortos como «algo superfundamental cuando se está empezando para experimentar con su lenguaje, aunque este no debe desaparecer jamás, ni debemos quedarnos con la idea de que se hacen cortos para después pasar al largometraje». En su intervención Juesas llamó la atención sobre un aspecto que ayudaría a dar un empujón a quienes se inician y también a aquellos que deciden ser cortometrajistas. «Estaría muy bien que las salas de cine volvieran a proyectar cortos y que también se ofrecieran en televisión».

Hablar de exhibición cinematográfica condujo necesariamente a acercar a la mesa las plataformas para conocer sin son aliadas para los cortos y para valorar cómo ha afectado al cine el consumo de producciones en ese soporte. Rosana Pastor se mostró partidaria de «recuperar la experiencia de la sala de cine» y recordó a los asistentes al acto que se debe apostar por la pantalla grande, así como que «si queremos ver buen cine, debemos saber que eso tiene un coste». Se escuchó a continuación la voz de Ana Juesas, quien introdujo un nuevo elemento. La profesora es partidaria de «llevar el cine a las escuelas» aunque considera que «las plataformas no son incompatibles con la gran pantalla, son experiencias distintas». En este punto coincidió con Paloma Mora, que también defendió que no «es una cosa o la otra». Está convencida de que el consumo a través de las plataformas y en la sala de cine pueden convivir.

La entrega de premios en los cines Lys corrió a cargo del director de LAS PROVINCIAS, Jesús Trelis; el director de À Punt, Alfred Costa, y Rosana Pastor.

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