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Un año ha tenido el Ayuntamiento de Valencia para llegar a un acuerdo con la Fundación Centro de Estudios Blasco Ibáñez, la institución que vela por mantener viva la figura del ilustre escritor y político valenciano. Doce meses en los que se debería haber renovado el convenio por el que los herederos de Blasco prestaban uno conjunto de fondos documentales, entre los que se encuentran cartas, documentales, fotografías y material relacionado con el literato, y que se pueden visitar en la Casa-Museo Blasco Ibáñez de la capital del Turia. Sin embargo, el pasado 31 de diciembre, el acuerdo no fue firmado de nuevo y Valencia podría perder el valioso legado de uno de sus personajes más reconocidos.
Lo cierto es que el acuerdo entre el Consistorio y los responsables de la fundación, suscrito en 2012, caducó en 2017. No obstante, se ofreció una prórroga de un año en la que se iba a debatir el contenido de este pacto entre ambas partes. El escollo principal, según ha podido saber LAS PROVINCIAS, ha sido el hecho de que ese documento reconozca que la fundación es la legítima propietaria de los fondos. Desde la entidad sostienen a este periódico que la nieta de Blasco, Gloria Llorca Blasco-Ibáñez, cedió una parte de esta colección al Consistorio cuando se creó la casa-museo. «Una de las cláusulas de la donación recogía que, si en un plazo de dos años no se estaba de acuerdo con el tratamiento que se hacía de los fondos, la nieta podía retirarlos. Así lo hizo saber y, como se iba a crear la fundación, cedió la propiedad a la entidad junto a otra colección que incluía objetos más personales. Queremos que se reconozca que la Fundación Blasco Ibáñez es la dueña de esa primera parte del legado», afirman desde la entidad. Este es el escollo principal por el que no se ha llegado al acuerdo. Es más, durante el último año se han celebrado un par de reuniones con los representantes del Ayuntamiento, entre ellos la concejala de Cultura, Glòria Tello. Sin embargo, para los encargados de custodiar la memoria de Vicente Blasco Ibáñez, «todo el proceso se ha ido dejando». «No queremos ningún conflicto», dicen, pero desde la fundación ya piensan en recurrir a la Justicia para que dictamine la propiedad de esa primera parte de los fondos. «De la segunda, la más intimista, no hay ninguna duda de que pertenece a la fundación», aseveran.
Por su parte, fuentes del Ayuntamiento aseguraron ayer a este diario que los informes jurídicos elaborados por el propio Consistorio sostienen que el 'cap i casal' es el propietario. Es más, afirmaron que «el convenio ofrecido es mucho más ventajoso para la fundación». No obstante, no especificaron cuál es el contenido del documento y las razones por las que se ha dado lugar a que expire el acuerdo y se ponga en peligro la permanencia en Valencia de este valioso conjunto documental que, además, es el pilar en el que se sustenta la casa-museo del escritor.
Así que, bajo este contexto, los fondos de Blasco Ibáñez podrían abandonar su ubicación. Es más, la Biblioteca Nacional sería un destino más que aceptable para este legado. Desde la fundación señalan que en esta institución «el legado recibiría el tratamiento que merece». Señalan que podrían ser mucho más accesibles a los investigadores que deseen analizar la figura del escritor, de quien, además el próximo día 28 se cumplen 152 años de su nacimiento y 91 de su fallecimiento.
«Queremos que el legado se quede en Valencia, pero que sea con dignidad. No entendemos cómo el Ayuntamiento podrá explicar a los valencianos que los fondos de Blasco Ibáñez se marchan de la ciudad y van a Madrid», aseguran desde la fundación. Aseguran también que la ausencia de acuerdo no tiene motivaciones económicas. «Actualmente se pagaban 10.000 euros al año. Si se hubiera firmado el documento habría sido de 12.000. Pero con el compromiso de que esos 2.000 euros más se iban a invertir en la casa-museo para hacer actividades», cuentan. Y es que, desde esta entidad también afean al Consistorio la dejadez de la Casa-Museo Blasco. Según los responsables de la institución, «la exposición de la primera planta del edificio lleva 20 años sin modificarse ni actualizarse». «En los últimos años se nos ha dicho que se iba a hacer, pero como la casa-museo no tiene un presupuesto consignado, al final no se lleva a cabo el proyecto», sostienen.
A todo ello hay que sumar el hecho de que el Consistorio no ha dado una ubicación al sarcófago de Blasco Ibáñez, la obra que otro valenciano ilustre, el escultor Mariano Benlliure, realizó para honrar al escritor. El Consistorio estudia desde el pasado noviembre trasladar el féretro al Cementerio General después de que saliese del Centro del Carmen el año pasado y que, en la actualidad, esté ubicado en el Museo de Bellas Artes de la ciudad. Sin embargo, no hay nada decidido.
Un hecho más que demuestra que el Consistorio da la espalda a Vicente Blasco Ibáñez, a su legado y a la casa-museo que mantiene viva su memoria. «Hay sentimiento de hartazgo en la fundación», afirman los patronos, quienes esta semana se reunirán para iniciar el camino que les devuelva los fondos de Blasco Ibáñez.
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