En 1998 se estrenó 'Titanic' en los cines españoles. La canción 'My Heart Will Go On' de Céline Dion se convirtió en la banda sonora de algunas parejas, que probablemente tengan ya hijos veinteañeros. Ese año la barra de pan costaba 45 pesetas (alrededor ... de 30 céntimos de euro) y el Barcelona, con Van Gaal en el banquillo, ganó la Liga. En 1998 se inauguró la rehabilitación y reforma del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí con Esperanza Aguirre como ministra de Cultura. Con el final de estas obras se empezó a hablar de la necesidad de ampliar el edificio, una actuación que 20 años después continúa sin materializarse pese a que siempre tiene algún tipo de asignación económica en los Presupuestos Generales del Estado (PGE). La ampliación del González Martí no pasa del papel. No sale de los despachos. No llega a la calle Poeta Querol.
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Desde 1998 hasta 2023, se han sucedido ministros y ministras del PP y del PSOE pero nunca se ha desbloqueado el González Martí, del que sólo se exhiben un 15% de sus fondos por falta de espacio. Los diferentes Consells, del PP, PSPV y Cormpromís, tampoco han logrado la influencia en Madrid para desatascar la cuestión. El González Martí es el síntoma de una política cultural entre administraciones, la estatal y la autonómica, con mucho margen de mejora y, hasta la fecha, pocos resultados.
En la relación entre los gobiernos central y autonómico se escribe ahora otro capítulo. Esta vez los protagonistas son Ernest Urtasun (Sumar), 41 años, y Vicente Barrera (Vox), 55 años, ministro y conseller de Cultura, respectivamente. Militan en partidos antagónicos: el primero a la izquierda de la izquierda y el segundo a la derecha de la derecha. Son dos nombres que pueden (o no) validar la teoría de la herradura. ¿Qué es la teoría de la herradura? Es una tesis que pertenece a la ciencia política y sostiene que cuanto más se alejan del centro dos posturas contrapuestas más cosas empiezan a compartir. Dicho de forma más popular: los extremos se tocan.
Urtasun y Barrera representan el poder cultural o, mejor dicho, son los responsables de la política cultural pública. En teoría, no representan siglas políticas sino ciudadanos. Sus perfiles son diametralmente opuestos: Urtasun es ecologista, antitaurino, economista y diplomático de carrera mientras que Barrera es abogado, empresario, torero y taurino. Están obligados a aparcar sus diferencias por el bien de las instituciones culturales valencianas.
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En la toma de posesión de la cartera ministerial, Urtasun ha comentado que una de sus prioridades será la «libertad de expresión» y buscará «levantar la bandera de la cultura frente a la censura y el miedo» y ha deslizado que as fuerzas conservadoras y ultraconservadoras están más interesadas en guerras culturales«. También fueron solemnes las declaraciones de Barrera cuando tomó la cartera de la conselleria: «Voy a apostar por la libertad. Vamos a tratar a toda la cultura por igual sin preguntar de dónde viene», dijo el pasado 20 de julio.
La ampliación del González Martí, que acoge como exposición temporal 'La memoria taurina', es uno de los numerosos asuntos pendientes del Gobierno. Urtasun tiene en su mano repara algunos agravios históricos. El último ministro de Cultura, Miquel Iceta, se comprometió en campaña electoral, durante un acto en Bombas Gens, en licitar las obras del embellecimiento del Museo de Bellas Artes de Valencia a final de año. Iceta no sigue al frente del Gobierno, pero la deuda contraída recae en el Gobierno central.
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Además del Museo San Pío V, que tiene pendiente el proyecto museográfico también dependiente del Ministerio, existe otra reivindicación que no ha sido atendida: la infrafinanciación de las instituciones culturales. El Palau de les Arts es lamentablemente el principal representante de la falta de inversión por parte del Gobierno central. La inyección económica estatal del coliseo operístico está muy alejada del Liceu de Barcelona y el Teatro Real de Madrid. Tampoco el IVAM recibe los mismos que otros museos de arte contemporáneos del país.
De la buena relación de Barrera y Urtasun dependerá que la cultura valenciana (mejor dicho, las grandes instituciones artísticas como el Bellas Artes, Les Arts, IVAM, Museo González Martí, etcétera) tenga mejor suerte que el Titanic. Barrera y Urtansun están condenados a entenderse, a evitar el naufragio político por el bien de la cultura en esta orilla del Mediterráeno.
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