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Tres contenedores tapan uno de los muros del museo, lleno de pintadas y grafitis. DAMIÁN TORRES

El Bellas Artes, entre contenedores y grafitis

El entorno del San Pío V presenta una imagen sucia, descuidada y llena de basura para una pinacoteca, la considerada como la segunda de España, que sigue esperando que el centro se conecte con Viveros

Noelia Camacho

Valencia

Miércoles, 24 de abril 2024, 00:51

Es la segunda pinacoteca de España. Un centro artístico de referencia. Con grandes joyas en su interior que llevan la firma de Goya, de Sorolla, de Pinazo, de Joan de Joanes, de Ribalta... La lista es interminable. Porque el Museo de Bellas Artes de Valencia ... es un tesoro tanto para los valencianos como para los turistas que llegan a la capital del Turia. Y si pasear por sus salas es un excepcional recorrido por la Historia del Arte, hacerlo por su exterior, por sus inmediaciones, dista mucho de la tarjeta de visita que debería mostrar una institución de estas características.

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¿Cómo es posible que, en uno de los laterales del San Pío V, los contenedores de basura tapen los horarios del museo que informan a los viandantes? Pero además, ¿debe la segunda pinacoteca de España estar envuelta en grafitis y pintadas que rodean los muros que lo resguardan, presentando así una imagen ajada y descuidada del entorno de la pinacoteca? ¿Por qué los alrededores del centro de artes muestran basura y trastos y un aspecto tan descuidado que más que una entidad artística se asemeja a un punto limpio donde desprenderse de enseres viejos? Todo son incógnitas y la permisividad es total. Todo vale en las inmediaciones del museo y un vuelta por el entorno del Bellas Artes de Valencia deja un panorama desolador.

Imágenes de la basura, pintadas y suciedad que envuelve el entorno del Museo de Bellas Artes de Valencia. DAMIÁN TORRES

Sólo hay que pasear por las inmediaciones de la calle Vuelta del Ruiseñor o por la misma acera donde está instalado el museo para observar cómo están los alrededores del museo. Tres contenedores tapan una parte de la fachada. Al lado, unos rayajos -porque ni siquiera pueden considerarse un grafitis- comparten espacio. El paseo, en la parte trasera, muestra desde ramas secas a restos de mobiliario urbano, unos columpios medio abandonados, decenas de maceteros rotos y sin uso, vallas... En definitiva, un basurero tras el San Pío V. Es más, contar la cantidad de pintadas que copan los muros es casi tarea imposible. Este supuesto arte urbano contrasta con las auténticas joyas que se conservan dentro del espacio.

 

Y todo ello, además, se suma al hecho de que aún no se ha desbloqueado una de las urgencias que requiere la pinacoteca que, no hay que olvidar, es de titularidad estatal, es decir, del Ministerio de Cultura, pero su gestión está cedida a la Generalitat Valenciana: el embellecimiento del entorno y su apertura a Viveros.

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El San Pío V sigue sin ver cómo el espacio se conecta con Viveros, una reclamación histórica y necesaria para embellecer el entorno del museo

En junio de 2022, en el aquel entonces la vicealcaldesa de Valencia, Sandra Gómez, aseguró que el Museo de Bellas Artes se abriría a Viveros. El Ministerio había desbloqueado la actuación para derribar el muro que separa los dos espacios y el proyecto, pendiente de aprobación y licitación, tendría que esperar a 2023 para que contara con dotación económica. La tuvo: 50.000 euros. No se hizo nada. Obviamente, ya no estamos en 2023 y el San Pío V sigue sin ver cómo el espacio se conecta con Viveros, una reclamación histórica y necesaria para embellecer el entorno del museo. ¿Qué falta para que finalmente se ponga en marcha? El Ayuntamiento de Valencia tiene que conceder la licencia para las actuaciones, pero antes debe contar con el proyecto detallado, algo que aún no ha ocurrido ya que el ministerio sólo ha presentado el proyecto básico, según las últimas informaciones.

Para la pinacoteca valenciana, considerada la segunda de España, ha sido constante la demanda de mejoras en la accesibilidad. Ofrecer una entrada como la que puede derivarse de la apertura a Viveros siempre se ha considerado una apuesta de interés de cara a facilitar la entrada de visitantes ya que el centro se encuentra ubicado en una vía de intenso y constante tráfico. De momento no sólo no llega, sino que además la imagen que presenta el entorno del museo dista mucho de la que debe tener un museo de, precisamente, Bellas Artes.

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