El Bellas Artes desinfecta su biblioteca

El papel tiene numerosos enemigos. El poder (o las personas que lo ostentan) destruye los documentos críticos con él o que lo desenmascaran, pero no todos los que dañan el soporte de la letra impresa son humanos o con intereses deliberados. Hongos y bacterias, como si fueran tijeritas microscópicas, degradan el material.

Los volúmenes, catálogos y publicaciones enferman. No son inmunes. Los microorganismos han «afectado a una pequeña parte de la colección» de la biblioteca del Museo de Bellas Artes de Valencia. El recinto está cerrado. «Se ha aprovechado este momento de desescalada para realizar una limpieza exhaustiva de todos los volúmenes y estanterías de la estancia», apuntan desde de la pinacoteca a LAS PROVINCIAS. «Un equipo de cuatro técnicos en conservación y restauración contratados para esta labor están realizando una aspiración sistemática de cada volumen así como una limpieza de las estanterías con una solución hidroalcohólica. Con este proceso se consigue eliminar la suciedad superficial de los cantos y las tapas de los libros así como de las cajas y elementos de separación, lo que sin duda limitará el desarrollo de microorganismos que ya había afectado a una pequeña parte de la colección», añaden las mismas fuentes. La limpieza de la zona durará dos meses y tiene un coste de 18.029 euros.

«Se decidió realizar una limpieza sistemática integral para que la biblioteca se abra al público con todas las garantías de higiene y seguridad, y su conservación esté asegurada hasta la siguiente limpieza, que se desarrollará dentro de año y medio aproximadamente, siguiendo las recomendaciones de realizar programas anuales de limpieza sistemática», explican.

«En estos momentos ya está completamente limpia y disponible la sala de lectura y los volúmenes que se encuentran en ella, y se está trabajando en los fondos de los depósitos a un buen ritmo. Se prevé que a finales de junio o inicios de julio la limpieza sistemática de la biblioteca se haya concluido y pueda abrirse al público», avanzan desde el museo .

Durante el cierre del museo por el estado de alarma, se ha acometido la mejora de los sistemas de climatización, que han consistido en la instalación de seis enfriadoras en las azoteas del edifico que dan servicio a la fase III y IV del mismo. Además, se ha procedido al acondicionamiento con aislamiento y deshumidificador de grandes dimensiones ubicado en la azotea del almacén de la III fase.

Los problemas de cllimatización del edificio causó en 2015 daños en 17 cuadros, entre ellos varios Sorolla y un Van Dyck; y en 2018 deterioró la tabla ‘Pentecostés’, del valenciano Nicolás Borrás.