El Bellas Artes recurre a Sorolla para abrir las salas de la ampliación dos años después

Por fin. Las salas resultantes de la quinta fase de ampliación del Museo de Bellas Artes de Valencia, que se presentaron ya finalizadas en enero de 2017, se abren al público y podrán ser visitadas a partir de hoy. Lo hacen de la mano del artista más universal de Valencia: Joaquín Sorolla, un autor que no está solo y que, en esta exposición, se presenta de la mano de sus maestros, sus amigos y sus discípulos.

La pinacoteca ha recurrido a los creadores que dieron lugar a 'El inicio de la pintura moderna en España', nombre de la muestra que se abre hoy, para dar vida a unas instalaciones que han estado más de dos ejercicios vacías. Y lo ha hecho, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS, a costa de desmantelar la estancia que tenía el pintor en el Bellas Artes, la sala Sorolla, el único espacio que rendía homenaje al genio de la luz en su ciudad natal.

Ahora, Sorolla inunda uno de los seis apartados en los que se divide la muestra, que se nutre de los fondos propios del centro de artes. La pinacoteca, según sus responsables, no ha querido contar con obras de otras colecciones particulares y exhibe 125 piezas de autores de la Comunitat como Fillol, Pinazo, Muñoz Degrain, Cecilio Pla o Agrasot. Entre ellas, los 27 sorollas que ya se mostraban en la sala del pintor y que, ahora, se mezclan con otras piezas de artistas como Zuloaga, Pons Arnau, Emilio Sala o los hermanos José y Mariano Benlliure. A ellas hay que sumar 13 esculturas. Todo, ordenado de forma cronológica para mostrar el antes, durante y después de la obra de Sorolla.

Así, la exhibición navega por las creaciones de los artistas valencianos de los siglos XIX y XX. Se erige como un proyecto que muestra «a los que triunfaban cuando Sorolla comienza a pintar, a sus maestros en la Escuela de Bella Artes de San Carlos, a los amigos del artista, sus discípulos directos y a la escuela de seguidores de su estilo llamados 'sorollistas' y 'postsorollistas'», dijeron ayer sus comisarios, Rafael Gil y David Gimilio.

De esta forma, pinturas del valenciano como 'Grupa valenciana', 'Clotilde contemplando la Venus de Milo', 'Los abuelos de mis hijos', 'Marina' o 'Lucrecia Arana', y que hasta la fecha configuraban la ya desmantelada sala Sorolla del museo, se suman las piezas de sus antecesores como Muñoz Degrain, Ignacio Pinazo y Emilio Sala. Además, las creaciones de algunos de sus profesores como Agrasot o Genaro Palau conviven con las de sus amigos artistas, como José y Mariano Benlliure, Antonio Fillol o Cecilio Pla, entre otros. Piezas como 'El sátiro', del propio Fillol, o 'Retrato de Federico Vañó, niño' y 'Condesa de Trenor, de Pinazo, se exhiben por primera vez al público. También se incluyen pinturas de los autores que bebieron de la influencia del autor como José Mongrell, Eduardo Chicharro y Manuel Benedito. Incluso, la muestra presenta una obra de María Sorolla, hija del ilustre artista.

La exposición, que coincide de forma «casual», según los responsables del Bellas Artes, con la que se abre estos días en la National Gallery de Londres, se acompaña de actividades y conferencias como la que ofrecerá el 27 de marzo el catedrático y comisario de la exhibición Rafael Gil.

Con el espacio resultante de la quinta fase de la ampliación, el museo ha ganado 1.200 metros más para la pinacoteca, situados en el edificio Pérez Castiel, lo que, además, supone que la colección permanente haya ganado un 30 por ciento más de superficie.

La exhibición 'El inicio de la pintura moderna en España: Sorolla y su tiempo' ha permitido rescatar obras de los siglos XIX y XX que, desde 2012 y el cambio de la colección, no se veían. Así, el público que visite la muestra lo podrá hacer, al menos, hasta finales de 2020.

No hay que olvidar que el Bellas Artes de Valencia está pendiente de la licitación del nuevo plan museológico. Su directora, Margarita Vila, situó ayer la instalación de las cartelas, los audiovisuales y la reformulación del espacio en esta fecha, aunque no concretó de forma exacta cuándo se desarrollará. Así que Sorolla y sus compañeros permanecerán en esta estancia durante cerca de dos años. Así que, como aseguró ayer Gimilio, cuando se reformulen las salas del museo, las obras de Sorolla se incluirán en el nuevo discurso. Eso sí, sin una estancia propia.

«Toda la colección permanente se volverá a mostrar con otro discurso, que será integrador en las diferentes escuela artísticas que expone la pinacoteca. Habrá que descolgar y volver a colgar con otros criterios», aseguró antes de destacar que la nueva «museografía se ha hecho con un gran esfuerzo y apoyo del Ministerio, y supondrá que el Bellas Artes de Valencia tenga otro calado». «El museo contará con la presencia de Sorolla indudablemente», puntualizó. La futura reordenación del espacio, además, como adelantó este periódico, también obligará al cierre de salas.