La caída de otro techo en el Palau evidencia la falta de mantenimiento del auditorio

Un nuevo hecho que pone sobre la mesa la falta de mantenimiento del coliseo municipal. Los trabajadores, cuando se cerró el auditorio, ya denunciaron la ausencia de cuidado del edificio. Ayer, además, tras conocerse el último incidente en el Palau, las fuentes consultadas por este periódico pusieron sobre la mesa que el auditorio municipal carece de un contrato con alguna empresa externa que se encargue del mantenimiento integral del inmueble inaugurado en 1987. Según ha podido saber este diario, la necesidad de que el espacio cuente con una empresa que revise el día a día del auditorio es una reclamación que los trabajadores llevan haciendo desde hace mucho tiempo. En el momento en el que el Palau de la Música echó el cierre se conoció que la plantilla del centro había denunciado desde hacía meses la falta de mantenimiento. Exigieron más inversión y lo hicieron teniendo en cuenta que, como reveló este diario, en ese 2019 los responsables del centro sólo invirtieron 53.000 euros en el mantenimiento.

¿Tienen los responsables del Palau algún plan encaminado a evitar que este tipo de sucesos se produzcan en el espacio mientras se esperan las obras de rehabilitación? Desde el centro musical dan la callada por respuesta a las preguntas planteadas por LAS PROVINCIAS. La presidenta del Palau de la Música, Glòria Tello, llegó incluso a presumir de que en el periodo entre 2016 y 2018, el auditorio invirtió 1,7 millones de euros en mantenimiento y mejoras del edificio. Lo que, según sus palabras, suponía un 87% más que en el mandato anterior, entre 2011 y 2015, cuando el PP gobernaba en el Ayuntamiento.

Pero en 2018 comenzaron los problemas en el inmueble. En abril de ese año, el trencadís de la fachada se desprendió (al final fue retirado por completo para volver al diseño original del Palau del arquitecto que lo ideó José María García de Paredes). Apenas medio año después, cayó la cubierta de la sala Iturbi. No se produjeron daños personales, pero los desperfectos obligaron a modificar la programación y a poner una malla para evitar que cayeran cascotes al patio de butacas. A la considerada como sala principal del auditorio se sumó, ya en junio de 2019, la otra estancia musical del auditorio: la sala Joaquín Rodrigo. La parte superior se desplomó, también sin tener que lamentar heridos porque el espacio estaba vacío (había habido un concierto horas antes). Este incidente fue lo que provocó su clausura. Así está desde entonces y, aunque no mantiene programación desde ese momento (la oferta deambula entre Les Arts, el Principal y el Almudín), sí acoge ensayos de la Orquesta de Valencia y tiene accesible la entrada para adquirir las localidades. Es justo en la entrada donde se produjo la caída del techo el pasado 8 de septiembre. Según esas mismas fuentes, los desperfectos se arreglaron en cuestión de horas.

Este tercer incidente que pone negro sobre blanco el estado real del auditorio levantó ayer de nuevo las protestas de los grupos de la oposición en el Ayuntamiento. Por una parte, la concejala del Partido Popular, Julia Climent, aseguró que lo sucedido es «un despropósito la gestión del Gobierno de Joan Ribó y PSOE en el Palau de la Música». «No sólo no lo reparan y reabren el recinto sino que se les sigue desprendiendo los techos, de los diferentes espacios del edificio. Esto no hubiera ocurrido si la rehabilitación ya estuviera en marcha, como debería ser», aseveró.

Por su parte, Fernando Giner, de Ciudadanos, exigió también al primer edil cerrar el Palau hasta garantizar que no se va a producir ningún desprendimiento más que pueda afectar a trabajadores o visitantes que acceden al edificio para comprar entradas. «Este nuevo desplome nos hace temer nuevamente por la seguridad de las personas. También nos preocupa el avance de la degradación en el edificio», aseguró.

El Palau espera desde hace más de dos años la reforma que le devuelva a la vida cultural de la ciudad. Este emblema con más de tres décadas de historia no abrirá sus puertas, al menos, hasta 2024.