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Caperucita Roja era, según el cuento tradicional, una encantadora joven que visitaba a su abuela, le llevaba comida y era engañada por un lobo. Perrault recogió este relato oral y le puso un envoltorio trágico y perturbador antes de que los Hermanos Grimm modificaran el final para ofrecer un final feliz que es el que hizo fortuna. Ahora, un grupo de estudiantes de Comunicación Audiovisual de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) del Campus de Gandia están preparando un cortometraje con una Caperucita moderna del siglo XXI que, en el fondo, muestra aquella versión inicial de Perrault, llena de peligros y de sexo.
La historia nace de un proyecto que Paula Sanz Luzzy preparó para la asignatura de 'Guion' durante la carrera. «Me inspiré en Caperucita Roja, pero en el siglo XXI, y le di la vuelta al personaje. Creé una niña que desobedece siempre, que se va de discotecas, una Caperucita moderna y festera», recuerda Paula. A ese guion su profesora le dio una Matrícula de Honor. Y entonces Paula pensó que del guion podría salir un cortometraje. «Lo desarrollé, reescribí y modifiqué», explica. Y empezó a gestar una idea que ahora está a punto de convertirse en realidad y que ha sido bautizada como 'Balaclava Rojo'.
Paula, junto a las 20 personas que actualmente hay implicadas en el proyecto (sin contar actores ni extras ni figurantes), ha lanzado una campaña para recaudar donativos y fondos en GoFundMe y poder llevar a cabo la grabación. «Queremos llegar a 800 euros para empezar a grabar. Y no podemos hacerlo sin dinero. Vamos a jugar con elementos artísticos y técnicos y lo necesitamos. Queremos hacerlo bien«, subraya.
El corto presenta «a una Caperucita Roja que existe en el siglo XXI, pero no es la niña buena que todos recordamos: su cestita de galletas es una riñonera con drogas y el bosque de peligros una discoteca de Valencia. Su nombre es Madeleine y también se enfrentará a un lobo que pondrá en peligro su vida», relatan.
El corto se desarrollará en una casa y en una discoteca, y «sustituimos el lobo por hombres de fiesta que intenta abusar de mujeres y hacer lo que quieran con ellas», destaca Paula. «El corto está partido en dos y cuenta la realidad de ese mundo», sostiene.
La idea es empezar a grabar en noviembre, aunque han encontrado algún problema por el alto costo que supone poder grabar en discotecas de Gandia o Valencia. De momento el proyecto «va por buen camino», según los organizadores, que obtuvieron ingresos organizando mercadillos y bingos para lanzar su 'Balaclava Rojo'.
Si reciben el apoyo necesario para culminar la grabación, su intención es presentar el corto a festivales como el Human Fest «si cumplimos los requisitos» y conseguir que aquel quion que obtuvo la máxima nota en una universidad se convierta en un producto del que puedan sentirse orgullosos todos los que ayudaron a que se convirtiera en realidad.
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