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No hay causa judicial. No hay delito. No hay caso IVAM. Sí hay un museo sin dirección y sin proyecto. Queda ahora una gestión pública sobre uno de los buques insignia de la cultura valenciana en entredicho. Cuando en política se arrincona la gestión, se ... han de minimizar los errores. Esto no ha sucedido con la estrategia desempeñada por la vicepresidencia primera del Consell, en manos de Vicente Barrera, en el IVAM. El archivo de la Fiscalía de la investigación sobre la donación de dos fincas rústicas de Nuria Enguita a la Fundación Todolí Citrus al no apreciar «suficientes visos de tipicidad penal» deja en evidencia los movimientos del también conseller de Cultura alrededor del centro de arte de la calle Guillén de Castro. Las declaraciones pasan o se olvidan; los hechos, no. Los segundos perfilan la realidad.
¿Cuál es la realidad del IVAM? Es un museo sin dirección y sin proyecto. Es un centro del que se ha marchado una gestora, que puso en órbita a Bombas Gens, con una trayectoria independiente al frente de espacios de prestigio como la Fundación Tàpies. Es una pinacoteca que busca (no sé sabe cuándo ni cómo) a un profesional reputado para dirigirla en el año en el que cumple 35 años de vida. Es uno de los buques insignias de la cultura valenciana que contribuyó a ensanchar el mapa artístico de la capital del Turia y ahora carece de rumbo definido.
La actual situación de la pinacoteca es una derivada de las medidas adoptadas por la conselleria de Cultura tras salir a la luz pública la donación de dos fincas rústicas propiedad de Nuria Enguita a la Fundación Todolí Citrus, cuyo presidente, Vicent Todolí, participó en el jurado que eligió a Enguita como directora del IVAM en 2020. La gestora ofreció explicaciones a la conselleria sobre esta cuestión y emitió un comunicado aclarando un asunto de carácter privado a una fundación sin ánimo de lucro. Aún así, el departamento de Vicente Barrera remitió la documentación a la Fiscalía. Ante este movimiento del departamento del vicepresidente, Enguita dimitió. «Es evidente que no cuento con el apoyo del Gobierno valenciano», dijo.
Barrera siempre negó «una persecución política» hacia la hoy exdirectora del IVAM. El vicepresidente primero no ha cuestionado la gestión de Enguita al frente del museo, al menos, no lo ha hecho públicamente; no pasó lo mismo con José Luis Pérez Pont, director del Consorcio de Museos de la Comunitat Valenciana, quien fue cesado de su cargo en una reunión del consejo rector del CMCV en el que se presentaron informes de Intervención y auditorías.
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Ante la estrategia de la conselleria, cuyo titular no acudió a la inauguración de la exposición 'Escena 1. Hacer paisaje' que servía para conmemorar los 35 años del IVAM, la relación de Barrera hacia Enguita quedó resumida a cuestión de formal, concretamente, de guardar las formas. Él dijo haberla felicitado tras haber sido fichada como directora artística del Museo de Arte Contemporáneo MAC/CCB de Lisboa a partir de mayo. Este miércoles también ha afirmado alegrarse «muchísimo» por el archivo de la Fiscalía.
Quizá desde vicepresidencia primera no se calcularon bien las consecuencias de remitir la documentación de la donación de las fincas de Nuria Enguita a la Fiscalía o quizá la dimisión de Enguita fue un daño colateral de la estrategia de Cultura. O quizá todo esto (la salida de Enguita) fue más deliberado. Sea como fuere, se ha perjudicado la imagen del IVAM, una institución de nuevo en la diana política.
El tercer protagonista del último capítulo del IVAM incluye a Vicente Todolí. La fundación que preside el experto en arte fue la receptora de las fincas rústicas y Todolí defendió la operación cuando trascendió a prensa y también ha hablado este miércoles. Todolí ha exigido al vicepresidente primero de la Generalitat «que se dé explicaciones públicas y se asuma las responsabilidades oportunas» tras el archivo por parte de la Fiscalía de las diligencias de investigación sobre la donación de unos terrenos que realizó a su fundación sin ánimo de lucro la exdirectora del IVAM.
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Carmen Velasco
En un comunicado, Vicente Todolí subraya que «la Fiscalía ha tardado apenas dos días en proceder al archivo de la denuncia presentada por el conseller de Cultura». «El rápido desenlace pone en evidencia el poco responsable proceder del departamento de la Vicepresidencia del Consell valenciano al dar curso jurídico, y obviamente político y también mediático, a una supuesta irregularidad cuyos falsos términos eran fácilmente comprobables», reprocha.
«En el transcurso de este serio incidente, no solo se ha provocado una crisis en la gestión del IVAM, un museo que administra la propia Conselleria de Cultura, sino que también se ha infringido un grave daño a mi reputación profesional y buen nombre, así como al trabajo de una fundación sin ánimo de lucro dedicada a la salvaguarda del medio ambiente y la ancestral cultura agrícola valenciana», detalla el comunicado. Por ello, «cabe esperar que se den explicaciones públicas y se asuman las responsabilidades oportunas», insiste Todolí, que desvela que el pasado 27 de febrero se dirigió por escrito al propio Barrera solicitándole que «siendo falsos» los datos que han aportado a la Fiscalía y las consecuencias tan graves para su persona procediera a «rectificar dicho escrito de denuncia y aclare a la Fiscalía los errores cometidos y la ausencia de contraste de las afirmaciones vertidas en un artículo, con carácter previo a la presentación de dicha denuncia».
El contexto en el que se ha producido la salida de Nuria Enguita compromete el futuro del IVAM. Una gestora con una trayectoria artística independiente se apea del centro cultural con un contrato en vigor y tras el cambio de signo político en la conselleria de Cultura, de la que depende el IVAM. La polémica alrededor de la marcha de Nuria Enguita compromete las opciones para atraer a responsables de prestigio y empaña las opciones de un concurso internacional: ¿Qué experto en arte de prestigio querrá optar a dirigir el IVAM en caso de que se abra una convocatoria pública? ¿Qué especialistas de renombre estarán dispuestos a formar parte de un jurado? ¿Quién se postulará para estar al frente de un museo que siempre está envuelto en polémicas?
Todo esto sucede cuando el IVAM está celebrando sus 35 años de vida. El museo está en un callejón sin salida y no será fácil despejar el camino.
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