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La Casa Museo Blasco Ibáñez, popularmente conocida como el chalé de la Malvarrosa, ha cambiado de cara. Tras la remodelación de la primera planta, el espacio ya luce un renovado espacio museístico, tanto que nada tiene que ver con el anterior. El nuevo diseño ha llegado de la mano del discurso expositivo concebido por el director del espacio, Emilio Sales Dasí.
El viaje ha sido largo, en el trayecto no ha faltado la reivindicación del deseo de revisar una exposición permanente que ofreciera al público un retrato más atractivo que el que se llevaba años mostrando de la vida y la trayectoria creativa del universal valenciano. Ahora, coincidiendo con la conmemoración del centenario del homenaje que Valencia tributó a Blasco en 1921, la casa de la playa inicia una nueva etapa. Ayer una visita a la sala, a la que asistió la concejal de Recursos Culturales, Glòria Tello, desveló el resultado de la intervención iniciada el pasado septiembre.
Amplios paneles descriptivos, nueva iluminación y la introducción de objetos que hasta ahora no se habían visto dan forma a un discurso expositivo que abre el recorrido con la que fue la mesa del novelista en la redacción del diario 'El pueblo'. El análisis de la figura personal de Blasco de la mano de objetos como las gafas, exlibris, una pipa y el bastón, dan paso al encuentro con fotografías y objetos que describen la relación del novelista con su familia. En este apartado, además de grandes paneles se observan objetos como abanicos o bolsos que el novelista trajo de sus viajes como regalo para su esposa.
El paseo a través de la figura del universal valenciano conduce a continuación a la relación del novelista con otros personajes de la vida artística, como los hermanos Benlliure o Joaquín Sorolla. En este apartado se ha colocado la pianola con la que Blasco deleitaba a quienes acudían a su casa y que hasta ahora se mostraba en la planta baja del chalé, el juego de tocador que Sorolla regaló a la hija del autor de 'Cañas y barro', el retrato de Blasco del pintor Fillol, las ilustraciones de José Segrelles para algunas ediciones de las obras del escritor o portadas que para sus novelas concibieron grandes dibujantes.
Seguir el viaje por la sala permite descubrir la trascendencia que tuvo el homenaje que le tributó Valencia en 1921 con una imagen del arco triunfal que se erigió en la calle de la Paz y las medallas alusivas al acontecimiento, así como una imagen que recoge la gran afluencia de valencianos a la recepción de los restos mortales del novelista en 1933. Todo sin dejar de lado, como explicó Sales, objetos que dan fe de la popularidad que años después de su muerte todavía conservaba el literato.
La concejal Glòria Tello destacó durante la visita que la remodelación ha permitido «un recorrido expositivo caracterizado por la coherencia y la conexión lógica de los diferentes momentos vitales de Blasco, cosa de la que antes carecía por completo, ya que había una serie de piezas sin ningún sentido reconocible». La apuesta ha supuesto una inversión de 35.000 euros destinados a las mejoras y también a la restauración de distintas piezas. La misma cantidad se invirtió en la intervención en la planta baja. Y está en marcha la adecuación del jardín, ahora pendiente de la consolidación de las plantas renovadas. Otra apuesta es la web, herramienta que como señaló Sales, ganará protagonismo con la conmemoración del centenario del homenaje de 1921.
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