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OPINIÓN

Apertura de la Scala: Netrebko y Chailly reyes absolutos

CRÍTICA: La diva de nuestro tiempo vuelve a desplegar todas sus cualidades una voz única por belleza, extensión y, sobre todo, capacidad para todo tipo de matices dinámicos y expresivos ·

 

Miércoles, 18 de diciembre 2024, 11:25

Como cada año, la Scala atrae la atención internacional con su producción inaugural de temporada. En la última década, prácticamente año tras año, ha tenido ... dos nombres propios: Anna Netrebko y Riccardo Chailly. Ambos artistas, casi como una unidad indivisible, han escrito ya un capítulo propio en la historia del teatro y de la historia de la interpretación operística. En esta ocasión el título elegido era 'La forza del destino', título complicado y exigente. De nuevo, Anna Netrebko, la diva de nuestro tiempo, volvió a desplegar todas sus cualidades: una voz única por belleza, extensión y, sobre todo, capacidad para todo tipo de matices dinámicos y expresivos. Todo ello unido a una personalidad arrolladora. Además, Chailly le exige fidelidad al texto musical, pero dejándole espacio para hacer suyo el rol. Su interpretación, pues, es ya una referencia. Por cierto, este febrero la diva rusa hará su debut, por fin, en Valencia.

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También han sido estos años los años de Riccardo Chailly como titular de la Scala. El director no solo ha firmado versiones memorables por su rigor y personalidad, sino que bajo su dirección la orquesta y el coro vuelven a estar en los más alto, como ya ocurrió en la época de Muti. En este repertorio, se antojan insuperables y, en particular, en la 'La vergine degli angeli' el coro y la soprano firmaron uno de los momentos más mágicos que he vivido en un teatro. Chailly hace una dirección intensa y profunda. En su caso, la orquesta te cuenta la historia, sabes lo que ocurre por los colores que logra de una agrupación a la que se le puede pedir todo. Todo ello culmina en una desgarradora escena final que bajo su imperio suena casi verista.

No faltaron estrellas en el resto del reparto, en particular, hay que destacar la presencia de Ludovic Tézier. El barítono francés en una de las figuras de la actualidad. En su Carlo despliega toda la belleza y luminosidad de su timbre en una interpretación entre lo lírico y lo heroico. Luciano Ganci como Alvaro sustituyó a Brian Jadge quien tuvo que cancelar a causa del nacimiento de su hijo. Jadge, a su vez, sustituía a Jonas Kaufmann cuya previsible cancelación se produjo hace semanas (cualquiera que conozca su estado actual sabe que no puede cantar el rol hoy en día). Ganci es una figura ascendente. En 2017 ya dio muestras de calidad en Valencia cuando cantó Pinkerton en Les Arts y en estos años ha madurado mucho técnicamente. De hecho, esta fue una de esas raras ocasiones en la que una sustitución no supo amarga. El tenor italiano hizo gala de una técnica bastante ortodoxa, casi una 'rara avis' hoy en día: cubrió el pasaje y afronta los agudos con seguridad bien colocados y sin forzar. Además, tiene un buen fraseo y ofrece medias voces y filaturas. En definitiva, una actuación deslumbrante y que sin duda será un antes y un después en su carrera. Todo eso en uno de los papeles más difíciles que escribió Verdi. Vasilisa Berzhanskaya fue una Preziosilla lírica y fresca. Alexander Vinogradov (viejo conocido del público valenciano) fue un Padre Guardiano de impecable solidez y gran humanidad. Fabrizio Beggi fue un Calatrava de gran carisma escénico y calidad vocal. Por último, destacar el excelente Fra Melitone de Marco Filippo Romano de gran sentido cómico, pero también de gran rigor musical con una voz de brillante proyección.

En medio de esa excelencia musical, la producción de Leo Muscato resultó desconcertante. El director de escena subraya la presencia de la guerra en esta ópera haciendo un recorrido por las distintos conflicots desde el siglo XVIII hasta el XXI. Hasta ahí el concepto. El problema fue la realización. Muscato impuso una estética que parecía una vuelta a las producciones en cartón piedra del hace cuarenta años con detalles casi cutres, por ejemplo, ese tronco de árbol que se zarandeaba cada vez que un cantante lo rozaba. Para colmo, en uno de los detalles más kitsch que he visto jamás, en la escena final el tronco iluminado se pone a brotar tras la muerte de Leonora... reconozco que sentí vergüenza ajena. ¿Esto? ¿En una producción de apertura de la Scala?

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Créditos

ÓPERA: Verdi, 'La forza des destino'

A. Netrebko, L. Ganci, L. Tézier, F. Beggi, A. Vinogradov, V. Berzhanskaya, M. F. Romano.

Orquesta y coro del teatro de la Scala de Milán, R. Chailly, director musical.

L. Muscato, director de escena.

Teatro alla Scala, 13 de diciembre de 2024

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