Apoteosis de la heterodoxia

Es un director de detalles, más que de discurso, un maestro preocupado por la plasticidad de cada efecto, pero sin caer en el efectismo. Es como si hiciese música el verso de Valéry: «lo más profundo es la piel». La orquesta está formada por músicos de la más alta calidad logrando una cuerda de sonido brillante, claro e incisivo (me recuerda al de la URSS de Svletánov) junto con unos solistas de viento que son auténticos virtuosos.

Comenzó el concierto con una brillante obertura de 'La forza del destino' de Verdi. A continuación, la chelista Miriam Prandi ofreció una expresiva interpretación de las 'Variaciones rococó'. Pero fue en la sinfonía de Shostakóvich donde se rompieron todos los moldes. Currentzis hizo tocar a violines y violas de pie e hizo levantar a algunos solistas en sus intervenciones. La decisión, totalmente personal, dotó de dinamismo a la versión y permitió que la cuerda aún sonase más brillante con lo que logró un espectacular resultado en la coda final.