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Raquel Tamarit tomará las riendas de la Conselleria que deja Vicent Marzà. La sucesora, maestra de profesión, no sólo tendrá que atender la Educación y el Deporte. También la Cultura le exigirá esfuerzos. Durante el mandato de quien se despide de la avenida de ... Campanar, Educación ha sido el campo que ha acaparado más tiempo, esfuerzo y presupuesto, conforme a los comentarios más escuchados en el ámbito cultural. Ahora se abre una nueva etapa. ¿Continuidad? ¿Cambios?
El tiempo irá descubriendo la gestión de quien ya conoce la conselleria, donde ha ejercido como secretaria autonómica, pero que ahora cambia de mesa, asume mayor responsabilidad desde un puesto en el que encontrará carpetas abiertas que hablan de resolver asuntos como las necesidades de personal junto con conflictos laborales a la espera de cicatrizar y permitir así la dinamización de la gestión, grandes citas ante las que Cultura tendrá que dar la talla, la subsede del IVAM o el modelo de gestión y actuaciones que no acaban de cuajar en el Museo de Bellas Artes.
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Los trabajadores del Palau de Les Arts, que en abril convocaron una huelga, esperan el convenio ya pactado, pero no aprobado. Ahí están las respuestas a la relación de puestos de trabajo o a la masa salarial de la plantilla. En el territorio del personal otra asignatura pendiente, ya en periodo de recuperación, la apunta el Coro de la Generalitat. «Está en vías de solución», señalan las fuentes consultadas, la regularizacón de los interinos. Eso sí, el próximo 1 de junio se tiene que publicar el número de plazas y a final de este año todas tienen que estar convocadas.
Sin abandonar el territorio de los recursos humanos, la nueva consellera tropezará con la ya enquistada escasez de restauradores en el Museo de Bellas Artes, asunto que lleva varios años coleando. Y a todo se suma la carencia de trabajadores que soportan los distintos espacios y áreas de actuación del Institut Valencià de Cultura (IVC). En este territorio se escuchan voces expertas que hablan de «mejorar las plantillas de personal, sobre todo técnicos en el IVC» en un contexto con goteo constante de «jubilaciones y de personal en vísperas de llegar a esa situación». Incluso se apunta la conveniencia de contar con «un director de audiovisuales».
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El paseo por la gestión cultural conduce al paraje de las infraestructuras, donde Tamarit se tendrá que aplicar. El pasado abril se anunció que el Ayuntamiento de Valencia cedía por 75 años al IVAM el muelle 3 del Parque Central para la subsede del museo. La apertura se anunció para 2023, cita que está más cerca de lo que parece. Llegar a tiempo, además de ejemplo de cumplimiento, puede suponer la realización de una propuesta fallida desde hace dos décadas. En febrero de 2003 se hizo público el proyecto de la 'piel' del IVAM a cargo del prestigioso estudio de arquitectura SANAA para ganar espacio. Todo quedó en agua de borrajas. Ahora, 2023 despunta como nuevo horizonte para un museo que tiene que resolver los problemas de las filtraciones de agua en la sala de la Muralla que obligaron a cerrar la exposición dedicada a Pinazo.
El Museo de Bellas Artes San Pío V, considerado la segunda pinacoteca de España, es una de las parcelas en la que Raquel Tamarit va a tener que invertir esfuerzos si entre sus objetivos se encuentra cerrar las carpetas que tiene abiertas. El San Pío V, espacio que depende de la gestión de Carmen Amoraga, directora general de Cultura y Patrimonio, además de las carencias de personal ya apuntadas, todavía aguarda la llegada del plan museográfico que tiene que acometer el Gobierno de España, la adjudicación de la cafetería y la nueva tienda-librería. Sin salir del espacio cultural de la calle San Pío V, la sucesora de Marzà se tendrá que enfrentar a taponar una herida que lleva años sangrando: el Bellas Artes reclama desde hace años un modelo de gestión que dote de autonomía -presupuestaria y de gestión- a la pinacoteca, de titularidad estatal y gestionada por la Generalitat.
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El año en curso está dedicado, por decisión del Consell, a Mariano Benlliure con motvo del 75 aniversario de la muerte del escultor valenciano. La Conselleria de Cultura de momento no ha anunciado actividades, de manera que la posibilidad sigue abierta ante la llegada de la nueva consellera. Y en 2023, el departamento autonómico se encontrará con el Año Sorolla, cita de ámbito nacional en la que Cultura tendrá que dar la talla ante un artista que en la anterior legislatura la dirección de Cultura y Patrimonio, vio el cierre de la Sala Sorolla, de difícil encaje a las puertas del homenaje. La dirección del museo de Bellas Artes está dando pasos para corregir esta situación tratando de naturalizar e incrementar la presencia del autor de 'Visión de España'. El director de la Casa Museo del pintor en Madrid ya ha hablado con representantes del Ayuntamiento de Valencia, de la Conselleria de Cultura y responsables de la Diputación para que la exposición 'Sorolla. Orígenes', se exhiba tanto en Madrid como en Valencia. Otro reto para el departamento que asume Tamarit.
«Hay que buscar una fórmula para revitalizar el sector teatral en el vacío que dejó la desaparición del Circuit Teatral Valencià». Es una reivindicación que se escucha en el territorio de la escena valenciana deseoso de dinamización y que incluso apunta en la dirección de contar con un responsable de una estrategia que permita alcanzar los objetivos.
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