El actor Johnny Depp vuelve a la gran pantalla con ‘Into The Woods’.

«De niño quise ser una estrella del rock»

Johnny Depp encarna al lobo del cuento de Caperucita Roja en la película 'Into the Woods'

María Estévez

Sábado, 24 de enero 2015, 08:02

El actor Johnny Depp vuelve a la gran pantalla con Into The Woods, cinta en la que interpreta al lobo del cuento de Caperucita. La película es un musical que intercala en su trama muchas de las historias de los hermanos Grimm. Rob Marshall, el director de Chicago y Piratas del Caribe: en mareas misteriosas, es el realizador de está nueva aventura cinematográfica y musical. Johnny Depp, que acaba de cumplir 51 años, llega a la madurez sin perder un ápice de su atractivo.

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El actor ya no se esconde de sí mismo para vivir feliz junto a su nueva pareja, la actriz Amber Heard, con quien se ha prometido en matrimonio. Atrás queda su relación con la cantante francesa Vanessa Paradis, con quien tuvo dos hijos Lily Rose, de 16 años, y Jack, de 14.

-¿Por qué decidió participar en el rodaje de Into the Woods?

-Me entusiasmó la idea de crear el personaje del lobo. Para mí fue un honor cuando Rob Marshall me ofreció el papel. No sólo por volver a trabajar con Rob y con John De Luca, sino porque realmente quería asumir el reto.

-¿Le gustó la idea de cantar en una película?

-No es la primera vez que canto en un musical; ya lo hice en la cinta Sweeney Todd hace siete años. Cuando alguien como Rob cree en ti para interpretar un personaje como el lobo y cantar en su filme, cuesta negarse. Me siento muy orgulloso de haber participado en esta película.

-¿Le gustan los cuentos?

-Me gusta contar historias, de lo contrario no sería actor. Admito que me llamó la atención la forma en que los guionistas desarrollan los personajes de Grimm. Jamás he abandonado al niño que llevo dentro de mí y me sigo sintiendo como un chaval.

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-Sus películas suelen ser muy oscuras, siempre hay un enfrentamiento con la muerte.

-La muerte es un completo misterio para mí; creo que sería fantástico levantarse un día y estar en París en 1920, en un espacio y tiempo distintos, pero tal vez sólo me esperan polvo y gusanos, así que quiero creer que hay algo mas allá de la muerte.

-¿Donde vive ahora, en Los Ángeles o en Francia?

-Vivimos en Los Ángeles, donde mis hijos van al colegio. Pero es muy bueno para cualquier persona salir del lugar donde reside normalmente y poner cierta distancia; eso te brinda un aprecio monumental por tus costumbres y cultura.

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-¿Sigue siendo el rebelde de Hollywood?

-Todo el mundo vive una época rebelde a su manera, pero nadie habla de ello. Yo lo viví justo antes de tener a mis hijos. Fue un momento de confusión en mi vida en el que no sabía por qué hacía las cosas, no entendía qué me sucedía. Pero era consciente de que el éxito, mi carrera y el dinero no eran suficientes para ser feliz. No sabía hacia dónde iba, todo el mundo me llamaba rebelde porque me gustaba ser protagonista de todas las fiestas, pero yo no me divertía. Ahí estaba yo como un idiota, atontado, medicándome a mí mismo. El tiempo te vuelve sabio y aprendí la tremenda pérdida de tiempo de ese periodo de mi vida. Todo ello forma parte de mi educación.

-¿Se siente en armonía con el artista que habita dentro de usted?

-De niño mi sueño siempre fue convertirme en una estrella del rock, quería ser guitarrista. Era precoz y curioso, aunque mi madre suele utilizar términos más fuertes.

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-¿Ha cambiado mucho desde entonces?

-Digamos que nunca me quedaba quieto. No he cambiado ni mi moral ni mi ética. Reconozco que he tenido mucha suerte en la vida porque he vestido muchos gorros. En mi adolescencia hice de todo, desde vender camisetas a conducir autobuses o intentar ser músico. Reconozco que mi viaje ha sido suave y divertido. De todas formas mi éxito puede evaporarse en un día con un mal paso.

-¿Tiene ganas de volver a dirigir?

-Sí, he estado trabajando en un proyecto durante los últimos cuatro años. Es un documental sobre Keith Richards en el que se muestra su filosofía de vida.

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