Daniel Monzón: «Hacer cine es un ejercicio de funambulismo, de estar en la cuerda floja»

El director de 'Celda 211', 'El niño' y 'Yucatán' presenta ahora 'Las leyes de la frontera'. El cineasta Daniel Monzón (Palma de Mallorca, 1968), quien ha estado afincado en la ciudad, presentó ayer en los cines Kinépolis su última película, basada en la novela de Javier Cercas. Monzón recupera el aroma de ese cine 'quinqui' de los 80 con una cinta que reivindica la juventud y las historias de amor. Uno de los cineastas más taquilleros de España, defiende la buena salud del audiovisual patrio, al que invita a tender puentes con las plataformas.

–¿Cómo decide adaptar la novela de Javier Cercas a la gran pantalla?

–Ese libro apareció en mi mesita, me lo regaló un amigo aunque no recuerdo quien. Lo leí del tirón. Lo que me atrapó fue esa historia de amor de los personajes, esa que se produce en la adolescencia.

–Pero también es una crónica de la Transición y una revisión de ese cine ‘quinqui’...

–Muestra esas dos caras de aquella época. La primera, la de la llegada de la democracia, al otro lado de la frontera, esa celebración de la libertad. Y por otra, de esas familias humildes y sus hijos, esos ‘quinquis’ que no tenían anda que ganar y, por tanto, nada que perder. Yo, que vivía a las afueras de Valencia, desde mi casa veía a esos jóvenes en el descampado. Algunos, incluso, me llegaron a atracar. Y, aunque la figura del ‘quinqui’ daba miedo, en mi caso también sentía fascinación.

–En un momento de auge de las plataformas de ‘streaming’, ¿estrenar en una sala y en pantalla grande es un acto de rebeldía para Daniel Monzón?

–Es que cuando pienso en una película la pienso para el cine. ‘Las leyes de la frontera’ está concebida para una sala grande, con sonido envolvente, para disfrutarla como un gran espectáculo. Pero también se puede ver desde el sofá de casa, a través del móvil. Hoy en día, todo suma.

–¿Plataformas y salas de exhibición tienen que convivir?

–Deben. Es una ceguera no tratar de establecer puentes con las grandes plataformas.

–¿Le tientan las series?

–Me han tentado mucho y me han ofrecido proyectos pero no se ha dado. Al final, lo que me interesa como director son historias que se me metan en los huesos. Las series te ofrecen la oportunidad de desarrollar más las tramas. Pero las películas, como en el caso de ‘Las leyes de la frontera’, también obligan a un ejercicio de síntesis muy interesante.

–Su última cinta es la adaptación del libro de Javier Cercas pero también adquirió los derechos de ‘Los surcos del azar’ del valenciano Paco Roca. ¿Cómo va ese proyecto?

–Esa es también una novela extraordinaria. Ahora, es el único proyecto que tengo a medias con Jorge Guerricabeitia. De momento, tenemos hecho el tratamiento que querríamos hacer de cada episodio aunque también podría ser una gran película de más de tres horas de duración. Pero esa maravillosa historia, y lo tengo muy claro, se ha de hacer con un gran presupuesto.

–El próximo día 6 se celebra el Día del Cine Español. ¿Cómo anda de salud el audiovisual patrio?

–La calidad es excepcional este año. Han llegado o se estrenarán estos meses las películas de Icíar Bollaín, Fernando León, Paco Plaza, Martín Cuenca... Pero la pandemia ha hecho que todo sea más complejo. ‘Las leyes de la frontera’ se tuvo que cancelar. Siempre digo que, si hacer cine es un ejercicio de funambulismo, es estar en la cuerda floja, ahora, con todo lo que ha pasado, es como si te tiraran piedras...

–¿Aparecerá Valencia en alguna de sus películas?

–Me encantaría. Yo estoy más que abierto, esta es mi tierra de adopción. Pero he de decir que Valencia ya ha salido en una de mis cintas. Lo primero que hice para el cine fue grabar la Nit del Foc del año 98 o 99 y luego la incluí en una escena de mi primera película ‘El corazón del guerrero’.

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