Hovik Keuchkerian, actor de apellido casi impronunciable, destaca por ser un artista polifacético. Sus cualidades van desde los monólogos hasta el boxeo. Nació en Beirut (Líbano) el 14 de noviembre de 1972. Cuando tenía tan solo tres años, debido a la Guerra Civil Libanesa, sus padres (un armenio y una española) se vieron obligados a emigrar a España.
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Su infancia transcurrió en Alpedrete y ya siendo algo más mayor comenzó a trabajar en el restaurante de su padre. Sin embargo, su gran pasión estaba en el deporte de contacto. Con 20 años cogió sus pocos ahorros y se mudó a Madird para abrir su propio gimnasio. Deportivamente también le fue muy bien a nivel competitivo. Fue campeón de kickboxing y luego probó suerte con el boxeo. Con los guantes demostró tener una gran pegada y logró ser campeón de España de los pesos pesados en dos ocasiones, retirándose con un balance de quince victorias por KO y una derrota.
Sin embargo, debajo de esa imagen proyectada de tipo duro se escondía un hombre sensible y con una clara vocación artística. Había probado suerte en la poesía, pero tras el cuadrilátero llegaron las tablas de los escenarios con el teatro y celebrados monólogos como 'Cocretas' o 'Un mendigo con zapatos de algodón'.
En este mundo se había plantado por casualidad tras una vida contando chistes para sus amigos, cuando el mago Jorge Blass le invitó a subir al escenario para hacer una breve actuación. Su salto a la fama, no obstante, llegaría cuando fue incluido en el reparto de la serie 'Hispania, la leyenda', a través de un cliente de su gimnasio que era guionista.
Después vinieron más proyectos televisivos como 'El Ministerio del Tiempo', su debut como actor dramático de teatro con el monólogo 'Un obús en el corazón' y hasta una nominación al Goya al mejor actor revelación por 'Alacrán enamorado'.
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Pero sin lugar a dudas lo que le llevó al estrellato fue su participación en la reconocida serie de atracadores 'La casa de papel'.
«Nunca he estado casado. Vivo solo y muy a gusto. No conozco los anhelos de los hombres casados, pero supongo que será como todo en la vida, que siempre quieres aquello que no tienes y viceversa», contestaba Hovik a tenor de una pregunta sobre la infidelidad en el matrimonio.
Cuando rodaba 'La casa del papel' se vio obligado a llevar seguridad por miedo a las represalias tras sus aplaudidas palabras en defensa del pueblo armenio.
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