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Concha Molina
Viernes, 18 de agosto 2017, 17:05
1.
A la actuación de Anthony Hopkins poco le hacía falta para poner al espectador frente a un psiquiatra devenido en psicópata caníbal, que era capaz de comerse los hígados de sus víctimas. Pero sin duda, el bozal que le ponen para proteger, no a él sino a los demás, culmina la carectización de este inquietante personaje.
2.
Pasamos de la cara de un psicópata a la de un dulce a la par que inquietante niño. Tomás es uno de los espíritus del orfanato al que vuelve Laura (Belén Rueda) para construir una residencia para niños discapacitados. Una bolsa con dos agujeros para los ojos y una sonrisa y una nariz pintadas en rojo son suficiente para tener que pensárselo dos veces antes de caminar por el pasillo a oscuras.
3.
Un granjero y propietario de un motel que vende, junto a su hermana, una misteriosa y deliciosa carne ahumada que extrae directamente de los cuerpos de sus huéspedes. Un guion tan macabro merecía un protagonista igual de macabro, que curiosamente usa la careta de un cerdo para despedezar a sus víctimas.
4.
No se trata de una máscara que tenga algún detalle concreto que la convierta en terrorífica y sin embargo es uno de los rostros más reconocibles del género tanto en el cine como en la novela y hasta el mundo del videojuego. Un gesto inexpresivo y unos ojos en negro retratan a la perfección a un asesino en serie que podría ser cualquiera.
5.
El grupo de participantes en la purga anual que quieren entrar en la casa de la familia se enfundan estas escalofriantes caretas. La idea de que una noche al año cualquier cosa sea legal, incluso asesinar, ya es inquietante. Pero que los sedientos de sangre lleven estas máscaras aumenta todavía más la tensión.
6.
Entre el susto y aversión. Así podría definirse la sensación al ver la cara de este asesino que se cosió los ojos y la boca. Si lo que se pretende es asustar a alguien aficionado a las películas de terror, basta con enviarle tres veces "Lo hice por los lulz". Nunca una sonrisa había sido tan escalofriante.
7.
Otra máscara que utiliza el espectro terrorífico que gracias al cine de terror es ya intrínseco en la figura del payaso. A esto se le suma que sea un títere controlado por un ser todavía más siniestro. Tan solo las espirales de sus mejillas trasportan directamente a las torturas que ingenia Jigsaw, el cerebro de toda la trama.
8.
Un niño obsesionado con un videojuego que consiste en ir matando a personas encuentra en la noche de Halloween a su protagonista. Alerta de serie b, no se trata de una película de miedo al uso aunque para muchos es un film de culto.
9.
De nuevo, otra noche de Halloween. Veáse el tópico como un elemento más del género al que se suman vampiros, hombres lobo, asesinos, fantasmas. Y quien no respete estas tradiciones, será perseguido por Sam, un pequeño demonio con ojos de botón y sonrisa cosida, para que las aprenda por las buenas o por las malas.
10.
No fue hasta la tercera entrega cuando Jason adoptó la máscara de hockey para ocultar su rostro. Sin embargo, se convirtió en un símbolo imprescindible de esta serie de films y, por supuesto, de la imagen del personaje y del imaginario colectivo de las historias de terror.
11.
Después de que la hija que tuvo con el cura de la parroquia en la que era asistenta muriera de un tumor el día de su comunión, le apareció un ángel que le dijo que debía acabar con otros pecadores para purgar su falta. Un chubasquero amarillo y la careta, problablemente de una figura religiosa, bastan para ocultar su identidad.
12.
Aunque no se trate de un película de terror, no cabe duda de que el personaje de Frank, el conejo que perturba a Donnie, es bastante inquietante. Ya sea por su aspecto, por su capacidad para predecir el fin del mundo o por la tensión del argumento, cada vez que aparece en pantalla los músculos de la cara del espectador se tensan.
13.
Despertar un día, mirarse al espejo y no reconocer los rasgos propios. Es lo que le pasa al protagonista de este thriller, que una mañana encuentra una mancha blanca donde debía estar su rostro. Así, saca provecho de su falta de identidad para vengarse de todos los que le han hecho sufrir.
14.
Una máscara hecha de piel humana en continua descomposición sirve al personaje para ocultar su deformidad (elemento común de varios de los enmascarados de la lista). Este asesino mata a sus víctimas para ocultar los crímenes de sus hermanos y prepara la carne para convertirla en chili y barbacoa que vende su hermano ¿Y los huesos? Para hacer muebles.
15.
Otro gran icono del cine de terror, la de un asesino en serie (y sus imitadores) que persigue a Sidney Prescott durante varias entregas. De ella se dice que fue inspirada en el cuadro El grito de Edward Munch. Aunque perdiera cierta seriedad al ser parodiada en Scary Movie, este rostro continua siendo símbolo de los crímenes en serie del celuloide.
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