Siete frases de películas Disney con las que te identificas de adulto

«Seremos cobardes, pero cobardes rápidos», Timón y Pumba

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La figura del héroe que predica grandes valores como la valentía, el coraje o el valor siempre ha sido recurrente en las novelas de ficción y en las películas Disney. Sin embargo, Timón y Pumba, que estaba supuesto paran representar el toque cómico en la trama, resultaron ser los más sabios al pronunciar esta frase en el spin-off que ellos protagonizaron: “Alrededor del mundo con Timón y Pumba”. Y es que, enfrentarse a un problema es la mejor manera de acabar muerto. Sin duda es mucho más inteligente poner todo tu empeño en huir para esquivarlo.

«No te imaginas lo que un genio puede llegar a aguantar», Genio, Aladdin

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No es una de las frases más famosas del filme, pero sí la más cierta. El Genio de Aladdin la menciona al personaje . El doble sentido provocado por la polisemia de la palabra «genio» no se llega a entender cuando ves la película con cinco años, pero seguro que aquellos padres con una elevada autoestima coincidieron con el personaje. En la rutina diaria tenemos que lidiar con gente que no queremos, lo que hace sacar a relucir nuestra más vil condescendencia.

«Querías salvar la vida de tu padre, ¿quién iba a saber que acabarías deshonrando a tus antepasados y perdiendo a tus amigos?», Mushu, Mulán

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Cuando te haces adulto descubres que, por mucho que te esfuerces en algo, no tiene por qué salir bien. En el mundo real la intención no es todo lo que cuenta y puede pasarte como a Mulan que, en el momento en el que el querido dragón pronuncia la frase, había estropeado todo. Como cualquier película Disney, al final la trama se soluciona. En nuestras vidas, dependerá de lo optimistas o pesimistas que seamos para saber si todo acto tiene un final feliz o si, por el contrario, la ley de Murphy se ciñe a nuestras vidas.

«Aburrida, como de costumbre, completamente hastiada», Cruella De Vil, 101 dálmatas

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El optimismo de los protagonistas de las películas Disney quedaron en el olvido para identificarse con la actitud de los villanos. Esta frase salió de la boca de la amante de las pieles más malévola de todo Disney, Cruella de Vil. Sin embargo, cualquiera de nosotros podría mencionar la cita en referencia a la vuelta a la rutina después de vacaciones. El mundo real no es todo acción y diversión, sino que la rutina domina nuestras vidas, y la respuesta que da Cruella a Anita a la pregunta de cómo está, podría haberla dado cualquiera de nosotros si contestáramos con sinceridad.

«Soy una doncella, estoy en apuros… que arreglaré yo sola. Que tengas un buen día», Megara, Hércules

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Aquellos que aseguraban que no había princesas Disney feministas antes de Elsa deberían rendirse a los pies de Megara. Muchas frases de las que enuncia la protagonista muestran a una mujer fuerte y luchadora. La joven también cita verdades como templos como «Los hombres, ya sabes. Creen que un ‘no’ es un ‘sí’ y que ‘lárgate’ significa ‘tómame, soy tuya’». Sin embargo, no solo las mujeres se pueden sentir identificadas con Megara, sino que cualquiera que se haya encabezonado con conseguir algo por su propia cuenta, entenderá la satisfacción de conseguirlo sin ninguna ayuda.

«Estoy rodeado de tontos», Scar, El Rey León

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Si de villanos hablamos, Scar ha conseguido meterse en las pesadillas de muchos niños, pero también hacer llorar a adultos al provocar el asesinato de Mufasa, la muerte más trágica y famosa de la historia de la animación. Eso sí, ese personaje malévolo se codeaba con unas hienas cuya maldad se asemejaba más al patetismo carismático. Por ellos iba la cita de Scar, pero no fue el único que lo ha pensado en algún momento con conocidos que, precisamente, no son de nuestro agrado.

«Qué horror ser pobre y con gustos caros», La Cenicienta

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Pese a que esta frase no sale realmente en la película de la Cenicienta, se hizo muy popular el 'meme' en el que se veía a la princesa apesadumbrada en la ventana diciendo esta frase. Además, la frase refleja a la perfección los problemas de Cenicienta cuando sus hermanastras se van al baile y ella se tiene que quedar trabajando. Es fácil identificarse con la Cenicienta cuando nos dejamos llevar por lo actractivo de la caro aun teniendo la cartera vacía.