El Círculo de Bellas Artes se despide de su colección

El Círculo de Bellas Artes de Valencia dice adiós a su patrimonio. Las pinturas que a lo largo de sus más de cien años de vida ha atesorado van a servir para saldar la deuda que tiene con la Conselleria de Cultura y que asciende a 1,8 millones de euros. Esto ya se sabía, pero ahora se acaba de dar el paso definitivo, el que ha llevado a la institución a presentar ante la Conselleria de Hacienda la relación de cuadros de que dispone para una dación en pago. Sólo queda que la Conselleria de Cultura acepte las obras y estas pasen a ser de titularidad pública, tal como ayer explicó Gerardo Stübing, presidente del Círculo de Bellas Artes.

La entidad presentó ayer un escrito ante Hacienda en el que facilita la relación de cuadros y su valor para afrontar la deuda. Tal como confirmaron desde la centenaria institución este es el segundo escrito, puesto que el pasado febrero recibieron un requerimiento de la agencia tributaria para que complementaran el listado de bienes, puesto que el primero que facilitaron no alcanzaba el montante de la deuda, que exactamente asciende a 1,836.690 euros.

Gerardo Stübing explicó que a partir de este momento es la Conselleria de Cultura la que se tiene que pronunciar. Expertos en arte del departamento autonómico tendrán que estudiar el interés de las pinturas para considerar su aceptación como pago. Todo apunta a que será así. A final de enero el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, habló de que el paso definitivo llegará tras las tasaciones de Hacienda y las de los expertos en arte de la conselleria. No obstante, ya entonces dejó claro que por parte de la Administración había disposición a aceptar los cuadros, pues aseguró Girona que hasta ese momento al referirse a la colección del círculo «todos dicen que tiene interés».

Hasta que el departamento autonómico que dirige el conseller Vicent Marzà se decidió por aceptar la propuesta del círculo de saldar su deuda con los cuadros, mediaron pronunciamientos críticos con la Administración e incluso el ofrecimiento por parte de presidencia de la Generalitat de ofrecer una salida a la institución para evitar su desaparición. Presidencia se pronunció después de que los representantes del círculo se dirigieran a Ximo Puig ante la indidiferencia mostrada por Marzà.

Antes ya se habían levantado voces expertas desde la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, la Societat Valenciana d'Història de l'Art o el Consell Valencià de Cultura, reclamando un esfuerzo para salvar el Círculo de Bellas Artes, no sólo por el interés de los fondos pictóricos, también por lo que significa para la memoria artística de la ciudad.

El destino de las pinturas -entre las que figuran trabajos de Sorolla, Pinazo, Benlliure o Muñoz Degraín-, será el Museo de Bellas Artes. En el caso de que la entidad cultural se hubiera extinguido, los fondos también habrían recalado en la pinacoteca valenciana, pues así lo contemplan los estatutos. El origen de la deuda se encuentra en que la Administración exige a la entidad cultural la devolución del importe de las subvenciones concedidas para la adecuación y equipamiento del inmueble que el círculo adquirió como sede, un palacete que en 2016 la institución vendió.