LAURA GARCÉS
Viernes, 31 de mayo 2019, 00:45
Adiós a más de cien años de historia. El Círculo de Bellas Artes de Valencia, que nació en 1894, aprobó anoche su disolución «por inviabilidad económica», según confirmó a LAS PROVINCIAS el presidente de la entidad cultural, Gerardo Stübing. La decisión se adoptó en asamblea. El presidente de la institución señaló que sólo hubo dos abstenciones a la propuesta.
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La falta de ingresos debido a la escasez de socios, situación que no se ha podido mejorar, unida a la «deuda con las administraciones» han abocado al círculo a una situación de asfixia económica que ya no pueden afrontar.
Stübing explicó que si bien la situación de la deuda la van a poder solucionar conforme a lo ya previsto, seguir adelante se hace inviable «porque los gastos triplican a los ingresos». A juzgar por sus palabras un centenar de socios no bastan para afrontar el futuro. Además, Stübing señaló que se ha de tener en cuenta ta que las deudas han impedido poder acceder a ayudas públicas.
El patrimonio pictórico de la institución, que cuenta con obras de artistas como Pinazo, Sorolla o Muñoz Degraín, pasará a engrosar los fondos del Museo de Bellas Artes para tratar de saldar las deudas con la Generalitat. A esta situación llega la entidad tras una larga lucha por sobrevivir y cuando está a la espera de cerrar la gestión que llevará a entregar todo el patrimonio pictórico que posee, cuadros atesorados a lo largo de sus más de cien años de historia, para pagar a la Conselleria de Cultura 1,8 millones de euros que le debe. El origen de la deuda se encuentra en que la Administración exige a la entidad cultural la devolución del importe de las subvenciones concedidas para la adecuación y equipamiento del inmueble que el Círculo adquirió como sede, un palacete que la institución vendió en 2016.
El Círculo presentó ante la Conselleria de Hacienda la relación de cuadros para una dación en pago. En estos momentos, como ayer apuntó Stübing, los trámites se encuentran en el punto de que «Hacienda, la Agencia Tributaria, realice la valoración y la remita a la Conselleria de Cultura para ver si la aceptan o no».
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Llegar a la aceptación del patrimonio pictórico como vía para pagar, también obligó al círculo a tener que salvar distintos obstáculos. Hasta que la Conselleria de Cultura se decidió por aceptar la propuesta de la entidad mediaron pronunciamientos críticos con la Administración e incluso el ofrecimiento por parte de presidencia de la Generalitat de facilitar una salida a la institución para evitar su desaparición.
Presidencia se pronunció después de que los representantes del círculo se dirigieran a Ximo Puig ante la indiferencia mostrada por Marzà.
Antes ya se habían levantado voces expertas desde la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, la Societat Valenciana d'Història de l'Art o el Consell Valencià de Cultura, reclamando un esfuerzo para salvar el Círculo de Bellas Artes.
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El destino de las pinturas será el Museo de Bellas Artes.
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