Clara Sánchez muestra el infierno de las mujeres árabes cautivas en jaulas de oro
Su nueva novela se inspira en el caso de las princesas Latifa y Shamsa, las hijas del emir de Dubái retenidas en sus palacios/ «Estamos blanqueando los abusos de los jeques que sembraron Marbella de petrodólares» dice la autora de 'Infierno en el paraíso'
De la costa levantina, donde desveló la trama de los últimos nazis escondidos en España, salta Clara Sánchez (Guadalajara, 66 años) a la costa de Málaga para mostrar qué se oculta bajo el oropel de las inmensas fortunas de los jeques que buscaron solaz en Andalucía. 'Infierno en el paraíso' (Planeta) es la nueva novela de Sánchez, -ganadora de los premios Alfaguara, Nadal y Planeta- que narra ahora el drama de las ricas y desesperadas mujeres árabes encerradas en jaulas de oro.
En clave de 'thriller' denuncia la «clamorosa» falta de libertad de las saudíes sometidas por sus padres y maridos, como Latifa y Shamsa, las hijas del emir de Dubái, cautivas en el palacio familiar y cuyo caso conmovió al mundo. En su libro, Sonia Torres, una camarera en el hotel más elitista de esa Marbella entre hortera y disparatada a la que acudía la familia real saudí, acabará siendo la confidente de Amina, segunda esposa del anciano rey Fadel, habitual en la costa del Sol.
Lujo hortera
«No me interesaba la Marbella del lujo hortera del caso Malaya y la corrupción, pero sí la de los jeques, la de ese boato también hortera de 'Las mil y una noches', con casas, yates y cochazos forrados de oro y seda, con mujeres que visten de Gucci y Dior pero siempre tapadas y en segundo plano y a cuyos 'captores' acogemos en Marbella con el beneplácito general», dice Sánchez. «Nadie denuncia la amoralidad de lo que ocurre de la zona oscura de esos palacios, y eso supone blanquear las atroces situaciones de abuso sobre unas niñas ricas encerradas por sus familias y que no tienen derecho a nada», agrega.
«Vivimos en un orbe machista. Parece que avanzamos mucho en Occidente, pero en la mayor parte del mundo las mujeres siguen sometidas, como esas jóvenes saudíes, que no pueden decidir; son supervivientes que salen adelante en un mundo sin derechos y con sus maltratadores impunes», denuncia la escritora.
«No es una novela militante», dice la autora de «un 'thriller' psicológico al borde del terror». Lo articula en torno a Amina, que convencerá a Sonia Torres para que dé clases de español en el palacio real marbellí, donde la joven camarera se verá atrapada por una «terrorífica tela de araña» e implicada en la desaparición de la princesa, que con 17 años, desea huir del yugo familiar.
«Hablo de cómo todos podemos ser tan dependientes como Sonia, que confusa, fascinada y sin ambición, se deja atrapar en una trama de la que deberá decidir cómo salir». «También hablo de cómo miramos para otro lado, de cómo los petrodólares lo pueden todo, y de cómo hacemos la vista gorda», insiste la autora, que investigó historias similares a las de las hijas del emir de Dubái.
La princesa Latifa, hija del emir de Dubái que asegura vivir como rehén en su propio país, pidió en febrero a la policía británica que reabriera el caso del secuestro de una de sus hermanas, la desaparecida princesa Shamsa, capturada por orden del jeque hace más de 20 años en Inglaterra, cuando tenía 18 años. En varios vídeos que se hicieron virales, Latifa Al Maktoum, de 35 años, aseguró temer por su vida y denunció estar retenida contra su voluntad en una villa de su país, del que intentó escapar sin éxito en 2018.
Sánchez recrea esos séquitos inacabables de la realeza saudí que regaban de dinero la costa malagueña y que tanto cuidaba el rey emérito con la complicidad de un sector turístico que veía en esas estancias un maná sin cuestionarse nada. Un mundo exótico de opulencia «aparentemente fascinante pero con un fondo oscuro». Recurre a una «fábula» para poner de manifiesto la escasa presión internacional que se ejerce cuando temas como este salen a la luz. «Hay motivos económicos que parecen más importantes que la vulneración de los derechos fundamentales de las mujeres», lamenta la autora, que aclara, no obstante, que tanto los personajes como las situaciones de la novela son ficción.
Destaca Sánchez el poder de la literatura «para meterse en sitios vedados y desvelar cosas que de otra forma no se ven». Lo hizo en 2010 con 'Lo que esconde tu nombre', novela que descubría la permanencia de antiguos nazis en el Levante español y por la que recibió amenazas de filonazis y familiares de algunos de los citados en el libro.
«En esta, como en todas mis novelas, hablo de la manipulación, de la necesidad de dependencia y de no mirar donde no nos gusta, porque nunca somos lo que parecemos», concluye.
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