«La clave de 'Atrapa'm si pots' es pasarlo bien y transmitirlo»

El veterano programa-concurso de À Punt ha llegado esta semana a las 1.000 ediciones en plena forma. De la mano de su presentador, Óscar Tramoyeres, el juego de preguntas y respuestas sobre historia, música, ciencia, geografía, literatura y cultura general, con un marcado acento humorístico y sensibilidad por todo lo valenciano, navega por la parrilla televisiva con buenos datos de audiencia desde hace más de cinco años. Tramoyeres ha estado al frente de 'No tenim trellat' y ha colaborado en otros espacios como 'Bona Vesprada', 'Assumptes Interns', 'Comediants' y 'Tàp Zàping'.

–Ayer celebraron 1.000 programas, toda una fiesta que vivieron en el programa por todo lo alto.

–Como en cualquier cumpleaños, no faltaron el pastel, los globos... Como acabamos de dar un bote de 52.600 euros hemos tenido muchas celebraciones en poco tiempo. En realidad, tenemos celebraciones a menudo, puesto que cada día damos 200 euros. Y eso te arregla el fin de semana, tienes para almorzar y para todo, ¿eh? (Risas) Yo no he estado en los 1.000 programas, pero me ha tocado celebrarlos, y es una suerte. Ojalá celebremos 1.000 más, aunque no sea yo el presentador.

–¿Se puede considerar una heroicidad llegar a 1.000 emisiones, vistos los ritmos actuales de la televisión?

–Gracias a Dios, el programa tiene buenos datos de audiencia dentro de las cifras de À Punt. Hemos llegado al 7,9% de 'share'. Y, en otras épocas, se ha llegado al 9%. La media es buena. Estoy muy contento y el equipo del programa es maravilloso. Te lo digo de verdad, me lo dejan todo hecho y preparado, y están muy pendientes. Todavía no he tosido un poco y ya dicen, ¿quieres agua? (ríe).

–¿Cuál cree que es la clave del éxito de 'Atrapa'm si pots'?

–La clave es pasarlo bien y transmitirlo. Es un programa completo. La base principal son las preguntas y las respuestas, pero hay muchas cuestiones en clave de humor, extravagantes, de conocimientos... La mezcla de todo hace que funcione. Y con humor, las cosas entran mucho mejor.

–El programa supuso su estreno en un formato como el concurso, ¿ha podido aplicar el humor al espacio?

–Ha sido curioso porque la primera vez que me ofrecieron el programa dije que no. Veníamos de Eugeni Alemany y Carolina Ferre, que son presentadores como la copa de un pino. Y yo me preguntaba, qué podía ofrecer que no se hubiera hecho ya. Lo que tengo es la naturalidad. Soy sencillo, próximo, muy normal. Eso es lo de que intento aportar. Y siempre que tengo algo que comentar, una anécdota, un chiste, alguna ocurrencia, lo incorporo.

–El programa también se realiza en Euskadi, Catalunya, Andalucía, Aragón o Canarias, pero la valenciana es, quizás, de las versiones más desenfadadas.

–Sí, he visto cómo se hace en otras cadenas y, quizás, tienen un tono más serio. Así triunfa en otros lugares, y me parece muy bien. Pero creo que yo no sería capaz de hacer un programa tan serio. Me saldría sin querer la vena del humor. Siempre aportaría algo para que la gente riera.

–Quizás haya empezado una carrera de presentador de concursos con tono de humor o ¿se siente más cómodo haciendo monólogos, encima de los escenarios?

–Muchas veces me lo preguntan. Yo soy presentador, actor, monologuista, autónomo… (ríe). Intento no dejarme los monólogos, que es lo que soy, monologuista y humorista. Justo eso es lo que intento aportar. Cada cual en el equipo aporta lo que tiene, y lo hacemos muy bien, desde el primer cámara al director, pasando por ayudantes de producción, guionistas... todos lo hacen muy bien. Yo aporto esos elementos imprevisibles, que no sé ni yo que los voy a decir, y me nacen en el momento. No sé si esto es el comienzo de nada. Si la cosa sale natural, si fluye, me parece bien. Yo lo que busco, al final, es ser feliz. No ser famoso, ni ser rico, ni ser el mejor presentador del mundo. Yo soy como soy, intento que la gente se lo pase bien e intento transmitir esa felicidad, ese momento en el que yo me río y la gente se lo pasa bien. Quiero que, cuando se vaya, la gente sea un poquito más feliz que antes de venir.

–El programa une entretenimiento, cultura general y televisión, ¿es importante que esté en la parrilla de un medio público?

–El 'Atrapa'm' es un programa que, siendo un concurso, también te permite aprender cosas. Yo siempre lo digo: «Tramoyeres te entretiene y te enseña». Hay preguntas de todo tipo, Y todas aportan cosas. Por ejemplo, las comarcas. La gente no se las sabe más allá de la suya y las del alrededor. Hay otros concursos en los que se gana dinero, pero que no enseñan tanto. Aquí hay preguntas que también ayudan a conocer más el valenciano. Yo soy muy defensor del valenciano de pueblo, pero sabemos que hay muchos castellanismos, o palabras que no sabemos cómo se dicen bien en nuestra lengua. Por lo tanto, con el programa se aprende a hablar mejor el valenciano, se aprenden cosas sobre nuestro territorio, y se aprende cultura general de todos los ámbitos y de todo el mundo.

–¿Qué le diría a la gente que se está pensando si participar en el programa?

–Que venga, que no se lo piense. La experiencia te enriquece. Yo lo veo en los concursantes: en el primer programa están todos con el culo apretado. Pero en el tercero, ya saben cómo va, empiezan a pasárselo bien y a disfrutar. Siempre les digo que contesten, aunque no lo sepan. Si aciertan, bien. Y si no, no pasa nada, para el 'Tap Zapping'! (ríe). La gente viene a divertirse, y difícil es no llevarse mínimo 200 euros.

–¿Se ve como Jordi Hurtado, décadas y décadas al frente del concurso?

–Cuando yo me jubile, espero que mi sucesor sea Jordi Hurtado. Él todavía estará joven. No, es una broma. Mira, cuando yo todavía no trabajaba como monologuista, actor y presentador, no sabía qué decir cuando me preguntaban dónde me veía en cinco o diez años. Ahora sí que lo sé. Me veo ante una cámara, en un teatro, en el mundo audiovisual, del 'artisteo'. Exactamente donde estaré no lo sé, porque eso no lo puede saber nadie. Pero que seguiré vinculado a este mundo, seguro. Estaré encima de un escenario hasta que pueda. Y cuando no pueda subir los escalones, lo haré desde abajo. Pero seguiré estando ahí.

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