Borrar
Los premiados en el concurso 'À 100' junto a los directores de LAS PROVINCIAS y À Punt, Jesús Trelis y Alfred Costa, respectivamente. IvÁN ARLANDIS
El corto reivindica su sitio en las salas de cine

El corto reivindica su sitio en las salas de cine

LAS PROVINCIAS y À Punt entregan los premios de la segunda edición del concurso 'À 100' a los trabajos realizados por Bruno Tamarit, Manuel Collado y Sara Serrano

Laura Garcés

Valencia

Viernes, 20 de enero 2023

La creatividad valenciana en el territorio del audiovisual goza de buena salud, pero el cortometraje todavía tiene que seguir esforzándose por ganarse el interés de las salas para su proyección en un escenario en el que el cine español y con él, el valenciano, ofrecen gran calidad. Son realidades que se pusieron de manifiesto el pasado jueves en los cines Lys de Valencia. En una sala repleta de público joven se entregaron los premios de la segunda edición del concurso de cortos 'À 100' organizado por LAS PROVINCIAS y la televisión pública valenciana À Punt. Todo en el marco de la apuesta editorial Tendemos Puentes impulsada por este diario. Más de treinta trabajos, que no podían superar los cien segundos de duración, se inscribieron en esta segunda cita que consolida la propuesta y ya abre el camino para una próxima cita, en su tercera edición, con el corto de inspiración berlanguiana como homenaje al universal valenciano Luis García Berlanga.

Entre una decena de obras finalistas, 'Carn de reality', de Bruno Tamarit, resultó la escogida como Mejor Corto, un premio dotado con 1.500 euros. 'El difunt', de Manuel Collado, consiguió la mención especial del jurado, galardón que recogió Collado junto a Alba Iranzo, La segunda parte de 'Estación fantasma', de Sara Serrano Latorre obtuvo el reconocimiento del público, premio que recogió Ángeles Berlanga.

El alicantino Adán Aliaga, candidato al Goya al mejor corto documental por su trabajo 'La gàbia', ejerció como padrino de la convocatoria. Fue Aliaga quien, en conversación con Noelia Camacho, redactora de la sección Culturas de LAS PROVINCIAS y responsable de conducir la entrega de premios, puso sobre la mesa las cuestiones que trazaron el retrato, al mismo tiempo que abrieron la reflexión, de la situación del cortometraje y el sector audiovisual valenciano.

Aliaga lamentó que «cortometraje no interesa» y durante su conversación deslizó el recuerdo de los tiempos en los que las producciones de metraje corto formaban parte del programa de las salas de cine. Se adivinaba en sus afirmaciones una reivindicación de esa costumbre comercial como un medio para conceder mayor visibilidad al género que convocó la cita. El director de 'La gabia', no sólo lanzó este mensaje, sino que además confesó su apuesta por el corto en sí mismo y no «como medio para después pasar al largometraje». De su apuesta defendió la libertad que ofrece a la hora de querer elegir mensajes, así como las muchas posibilidades que abre para contar historias con las que conseguir llegar al público.

Público asistente a la entrega de premio. Iván Arlandis

En medio de una conversación que dejó claro que el sector audiovisual vive un buen momento en España y con ello también en la Comunitat Valenciana surgió la mirada optimista del director de 'La gàbia' para afirmar que «antes costaba salir adelante desde la Comunitat, pero ahora es distinto. Cuesta levantar una película, pero antes costaba más». Noelia Camacho introdujo en el espacio de reflexión un agente hoy ya imprescindible en la partida que disputa el audiovisual y que no es otro que el papel de las plataformas.

Premio del público

«La situación que vivimos sin tren es más berlanguiana que las películas de Berlanga. Nuestro corto es la crónica de un fracaso»

Ángeles Berlanga

«Estamos viendo una revolución», señaló Aliaga, para apuntar, además, que se ha descrito una situación «complicada» porque es difícil acceder a ese territorio, si bien reconoció que «hay más trabajo» y defendió que «no sólo se vive de series», en una clara alusión al género en el que Aliaga se desenvuelve.

La petición de consejos para los jóvenes que llenaban la sala, a quienes Noelia Camacho se refirió como «una hornada de futuros cineastas», llevó al candidato al Goya a recomendar, además de viajar y leer, pertrecharse de «energía para seguir» en lo que consideró «una carrera de fondo de años». A la conversación siguió el corto 'La gàbia', producción de exquisita sensibilidad, de mirada poética, en la que Adán Aliaga lleva a la pantalla la realidad de la enfermedad y la muerte de su padre por causa del amianto.

Mención especial del jurado

«Estas iniciativas suponen un punto de motivación, un reto para aprender a comunicarnos y transmitir ideas»

Manuel collado y alba IRANZO

El encuentro convocado por LAS PROVINCIAS y À Punt siguió con la proyección de los diez trabajos finalistas. cuyos argumentos, además de mostrar el buen hacer de aficionados al corto –algunos de ellos con confesa vocación profesional– ofrecieron un abanico de temas que vinieron a demostrar las inquietudes, críticas y reivindicaciones, más o menos veladas, que mueven a la sociedad. Los cortos que llegaron a la fase de finalistas, además de los tres ganadores ya mencionados, fueron 'Amor en plano general', de David Sendín Lloreda; 'El pisito', de Manuel Noguerón Martínez; 'Eres un cuadro', de María Barrachina; 'Falso diagnóstico', de Lledó Pérez; 'Idiosincràsia', de Pablo Tarín; 'Patrimonio nacional', de Iván Martínez Camacho y 'Qué vols hui', de Diego Márquez.

Una crítica a la cultura que rodea a la aspiración a convertirse en estrella de los 'reality' de inspiración americana en un argumento que encerraba una evocación de 'Bienvenido Mr Marshall', el gran título del cineasta valenciano, es el argumento del trabajo ganador que lleva en las imágenes el reconocimiento a actores, actrices a tener que contar con trabajos que nada tienen que ver con su vocación para seguir adelante.

Premio Mejor Corto

«Nuestro corto está dedicado a los actores y actrices que se ven obligados a combinar su profesión con otros trabajos»

Bruno tamarit

Y esa misma película de Berlanga, en la denuncia social que lleva implícita, aletea en el corto que consiguió el reconocimiento del público. 'Estación fantasma' es la voz de quienes gritan que «los pueblos existen» de la mano de un argumento –un guion– que traslada el deseo de que el tren se mantenga en Camporrobles como garantía de vida para una localidad que lucha contra el mal de la Valencia vaciada. Y 'El difunt' pone en manos del público la mirada satírica en torno a una visita al cementerio por parte de dos mujeres que sirven una crítica sobre el marido de una de ellas.

El certamen nació en 2022 para conmemorar el centenario del nacimiento de Luis García Berlanga y, en esta II edición, 'À 100' mantuvo como apuesta argumental el humor y la sátira del gran creador valenciano. El espíritu berlanguiano siguió animando el contenido de los trabajos presentados en una propuesta para impulsar el talento, la creatividad y la capacidad artística de los realizadores con piezas originales de no más de 100 segundos. La convocatoria admite obras tanto en valenciano como en castellano de tema libre que puede presentarse como pieza de ficción o de animación.

La segunda edición de 'Á 100' llegó como fruto del éxito de la primera. Y ahora, como aclararon tanto el director de LAS PROVINCIAS, Jesús Trelis, y el director general de À Punt, Alfred Costa, quienes entregaron los premios, se inicia el camino para la tercera edición. Jesús Trelis, apuntó respecto a la convocatoria que «ya corresponde institucionarla» como muestra «del compromiso por continuar en la firme apuesta por el audiovisual» por parte del diario y también del canal de la televisión pública valenciana. Y Costa defendió que los convocantes de la cita «estamos en el camino de sembrar nuevos talentos» y puso de manifiesto «la alegría de ver una sala de cine llena», además de recordar que la ganadora del año pasado prepara un largometraje.

En la primera edición, el cortometraje vencedor fue de Lucía Casañ titulado 'Hey, hey, dímelo' por su calidad técnica y, sobre todo, por mantener el espíritu del cine de Berlanga. El jurado otorgó también una mención especial a la obra 'Chapa y pintura', de Claudia Escrig. El premio del público se lo llevó 'La vida és bonica' de Alberto Calvet.

Las dos ediciones, además de impulsar el corto en el territorio audiovisual, han servido para conocer la realidad que acompaña al sector. El año pasado saltaron a la mesa del análisis cuestiones como la necesidad de contar con una industria cinematográfica fuerte y consolidada en la Comunitat que genere oportunidades de presente y de futuro, así como conseguir que los cortos vuelvan a verse en las salas de cine e introducir el séptimo arte en las aulas.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias El corto reivindica su sitio en las salas de cine