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La conselleria de Cultura ha iniciado contactos con la Fundación Centro de Estudios Blasco Ibáñez para mediar en el conflicto por la propiedad del legado del escritor y político valenciano, lo que puede acabar con los fondos del conocido autor lejos de la capital del Turia e, incluso, en la Biblioteca Nacional de Madrid. Después de que la entidad blasquista anunciara el pasado miércoles que serán los tribunales los que decidan la titularidad de una parte del legado del ilustre personaje si el Ayuntamiento de la ciudad no les devuelve las piezas cedidas por la nieta del novelista en 1997, el departamento de Vicent Marzà, según ha podido saber LAS PROVINCIAS, se ha movilizado y ha mantenido contactos con los responsables de la fundación.
La mediación de Cultura llega en un momento decisivo para que la colección bibliográfica y documental de Vicente Blasco Ibáñez se mantenga en su tierra natal. Esta misma semana se mantendrán reuniones entre la fundación y los responsables del Consistorio. Pese a que los fondos y la casa-museo Blasco Ibáñez son competencia de la concejala de Cultura, Glòria Tello, es Alcaldía y, sobre todo, el primer edil Joan Ribó, quien está capitaneado la negociación con la entidad blasquista. Es más, el propio alcalde se vio obligado a rebajar el tono y a mostrarse más conciliador tras haber afirmado, el mismo miércoles que la institución blasquista anunciaba las medidas legales, que el Ayuntamiento «no puede devolver a la fundación algo que es propiedad municipal». Un día más tarde, y tras las críticas surgidas, ya dijo que por el Gobierno municipal «no va a quedar». Incluso llegó a aseverar que en el ofrecimiento a la Fundación Blasco Ibáñez para renovar el convenio iba a sumarse la Generalitat Valenciana, quien según Ribó tenía la «voluntad explícita» de poder participar en un posible acuerdo que permita mantener en la ciudad el legado del escritor.
No obstante, ese mismo miércoles, durante la reunión del patronato de la Fundación Blasco Ibáñez, su presidente, Ignacio Soler, negó que el Consell se hubiera puesto en contacto con la entidad. Hasta el pasado viernes. Fue en ese momento, según fuentes de toda solvencia, cuando Cultura se interesó por la problemática y propuso el diálogo con la fundación. No es la primera vez que Cultura media en un conflicto cultural. Cuando la Diputación de Valencia dejó caer el teatro Escalante y decidió rescindir el contrato de alquiler del espacio, que durante tres décadas había sido el emblema escénico de la ciudad, la conselleria mostró interés en el edificio, aunque esa curiosidad, al final, no se ha materializado en acciones concretas.
Con todo ello, lo cierto es que sólo con un acuerdo inmediato se evitará la salida de una parte de los fondos de la casa-museo de Blasco Ibáñez, concretamente la colección más personal del escritor y objeto del convenio que no se renovó. Otra parte es el archivo donado por la bisnieta Gloria Llorca en el 1997. Y es de aquí de donde nace el ultimátum dado por la fundación al Ayuntamiento. La entidad blasquista solicita al Gobierno municipal que le devuelva todo el legado del escritor y político. Si no lo hace, llevarán al Consistorio ante la Justicia. La entidad recurrirá a la vía de lo contencioso-administrativo para que sea un magistrado quien decida a quien pertenece el legado de Blasco Ibáñez en manos del Consistorio desde hace dos décadas. Según la Fundación, los fondos fueron una cesión de la nieta Gloria Llorca y la titularidad corresponde a la entidad mientras los informes jurídicos municipales detallan que «no fue un depósito sino una donación». El patronato de la fundación aprobó el miércoles «adoptar medidas legales» contra el Ayuntamiento si se niega a devolver las piezas. El gobierno municipal tiene «un plazo de 60 días» para devolver los fondos cedidos por la descendiente.
Además, después de que el convenio suscrito para 2012-2017 entre la citada entidad y el Ayuntamiento para el uso y exhibición de otro conjunto documental, al margen de la donación de 1997, no se haya renovado, la fundación también solicitará su devolución, aunque sobre esta parte no hay duda sobre la titularidad (pertenece a la entidad blasquista).
La institución puede retirar ya esta colección (cartas, documentos y objetos personales del escritor) de la casa-museo y ubicarla en Madrid. Sobre la propiedad de este conjunto no hay dudas ya que va ligado a ese acuerdo firmado en 2012. Aún así, la entidad da al Consistorio «un plazo no superior a 90 días» para que lo retorne.
La Biblioteca Valenciana Digital (Bivaldi) dobló los visitantes del año 2017 y superó los 101.289 visitantes y casi un millón de páginas visitadas el año pasado, alcanzando la mayor cifra de audiencia desde su creación en el año 2002. Pero además, en el ejercicio anterior los documentos más descargados fueron 'Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia' (1797), de Antonio José Cabanilles, seguido de 'El libro de las mil noches y una noche', versión española de Vicente Blasco Ibáñez (1899); 'Diccionario de historia medieval del Reino de Valencia', de José Hinojosa Montalvo (2002); 'La araña negra', también de Blasco Ibáñez, y la 'Colección de fotografías sobre la ciudad de Valencia (1914 a 1930)' de Francisco Roglà López. La Biblioteca Valenciana incrementó sus fondos el pasado año, con más de cien mil imágenes que contienen centenares de manuscritos antiguos, y periódicos tan relevantes como 'El Pueblo' fundado por Blasco Ibáñez y LAS PROVINCIAS de finales del siglo XIX, así como la colección de fotografías de Joaquín Sanchis 'Finezas' sobre la Guerra Civil. Bivaldi cuenta con 20.493 documentos, que todos ellos suman 933.801 imágenes.
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