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Entre tanta colección Lladró, instalada desde el pasado viernes en el edificio de Correos (actualmente Palacio de las Comunicaciones) y que presenta obras de artistas como Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, Antonio Muñoz Degrain o Antonio Fillol, hay otro conjunto de interesantes piezas que ha quedado eclipsado por la espectacularidad de los cuadros que atesoró la familia de la firma porcelánica y que la Generalitat adquirió el pasado verano por 3,7 millones. Hablamos de las obras de arte del extinto Círculo de Bellas Artes de Valencia, una institución que, tras entrar en concurso de acreedores en 2017 y disolverse definitivamente en 2019, vio como sus fondos se subastaron. ¿Qué ha ocurrido con estos lienzos? ¿Se podrán ver expuestos?
Los interrogantes conducen, inevitablemente, al Museo de Bellas Artes de Valencia. Y la respuesta es clara: las piezas se guardan en la institución. De ellos, el centro se quedó con 34 creaciones. Cuando los fondos del Círculo salieron a subasta, la Generalitat ejerció el derecho de tanteo sobre algunas piezas. En total, como se ha referido, son más de una treintena de obras de nombres como los ya mencionados Sorolla, Pinazo y Muñoz Degrain a los que hay que sumar los de Manuel Benedito, Salvador Tuset, Genaro Lahuerta o Juan Bautista Porcar, entre otros.
Así, entre las 34 creaciones que ya se almacenan en el centro se encuentran 21 obras de Pinazo: 'Retrato de Carmelo Lacal', 'La parra del molino', 'Palau de la Generalitat Valenciana', 'Sacerdote leyendo', 'Salida de unos novios por la puerta de los Apóstoles de la Catedral', 'Fiesta de San Antonio', 'Ignacio Pinazo Martínez', 'Tres mujeres', 'Autorretrato', 'Dos mujeres', 'Dos músicos', 'Mercado de gorrinos', 'Rostros', 'Clavariesa', Interior de iglesia', 'Novios en el altar. Misa mayor en Godella', 'Trinquete de Marchalenes', 'Retrato de Constantí Llombart', 'Retrato de Fernando Richart', 'Niño con pelota' y 'Pareja de valencianos'. Asimismo, sumó 'Paisaje granadino', de Antonio Muñoz Degrain; 'Hombre rural', de Manuel Benedito; 'Pintando a Narciso', de Salvador Tuset; 'Retrato femenino', de Francisco Pons Arnau; 'Napoleón', de Luis Dubón; 'Velatorio', de Enrique García Carrilero; 'Busto de Joaquín Agrasot', de Francisco Marco Díaz-Pintado; 'Mujer cosiendo', de Antonio Cortina Farinós; 'Autorretrato', de Leopoldo García Ramón; 'Autorretrato', de Ricardo Verde Rubio; 'Parque Ribalta', de Juan Bautistas Porcar Ripollés; 'Paisaje de Finestrat', de Genaro Lahuerta; y Estudio de bueyes para 'La vuelta de la pesca', de Joaquín Sorolla.
Cuando las piezas salieron a subasta, en total, un centenar de obras cuyos precios de puja mínima se encontraban entre los 50 y los 150.000 euros (esta última de un estudio de Sorolla para la conocida obra 'La vuelta de la pesca'), los responsables del Museo de Bellas Artes decidieron ejercer el derecho de tanteo de una serie de obras tanto por que podían completar el discurso museográfico de la entidad así como su valor testimonial e históricos por los pintores que fueron realizadas o los personajes que fueron retratados en ellas. Es más, no todas estas piezas se podrán ver en la colección permanente. Dependiendo de las necesidades de la pinacoteca, algunas irán viendo la luz para muestras temporales. Otras, en cambio, se conservarán como fondos del museo.
Dos de estas creaciones, con la firma de dos valencianos ilustres, Ignacio Pinazo y Joaquín Sorolla, están siendo sometidas, según ha podido saber este diario, a un proceso de restauración para que recuperen su esplendor gracias a los técnicos del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i) . En este sentido, se trata, por una parte de 'Retrato de Fernando Richarte', una obra de Pinazo que, en la actualidad, según las fuentes consultadas, «está en fase de consolidación de la capa pictórica». Por su parte, el más valioso de los fondos que salieron a subasta tras la desaparición del Círculo de Bellas Artes de Valencia, el extraordinario estudio de 'La vuelta de la pesca', datado en 1894, que se conservaba en los fondos de la ya extinta entidad, también está siendo tratado para recuperar su belleza. En este caso, se está ultimando su restauración y se encuentra en la fase de reintegración en el lienzo.
Esta pieza se integrará próximamente en la colección permanente del museo coincidiendo con el Año Sorolla. No hay mejor ocasión para que este estudio datado en 1894 y que es un esbozo preparatorio para el conocido cuadro 'La vuelta de la pesca' del pintor de la luz se incluya en la exhibición que pueden visitar todos los que se acerquen al San Pío V.
El Círculo de Bellas Artes de Valencia, nacido en 1894, fue víctima de sucesivas gestiones erráticas. Deudas, subvenciones a devolver, la merma de socios y una hipoteca que ahogaba a la entidad provocaron su disolución definitiva en mayo de 2019 tras entrar en un concurso de acreedores. Pese a que había logrado desprenderse del palacete que era el objeto de todos sus males y rebajó las deudas, la devolución de una ayuda (600.000 euros) a la Conselleria de Cultura fue la puntilla que acabó con a la entidad, que intentó llegar a un acuerdo con la Generalitat para dar los fondos en dación en pago, pero el trueque no se llegó a materializar.
Por ello, el juzgado tuvo que actuar. Pero desde el Museo de Bellas Artes de Valencia intentaron evitar que, al menos algunas de esas creaciones, se perdieran o dispersaran y, haciendo uso del derecho de tanteo que contempla la ley, adquirió estas creaciones para que no se separaran de los valencianos. Anteriormente, la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos ya recibió 17 cuadros de Ignacio Pinazo que le pertenecían por un acuerdo anterior.
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Javier Bienzobas (Gráficos) y Bruno Parcero
Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
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