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Cruzando el Misisipi

Cruzando el Misisipi

CUENTOS MÍNIMOS ·

JUAN VICENTE SANCHO

Miércoles, 2 de diciembre 2020

Mi nombre es Pac Kari y hace unas horas no tenía tiempo de explicarles nada sobre mí. Me encontraba corriendo por los bosques de Luisiana cruzando el Misisipi. Me siguieron y me cazaron. Todavía noto el dolor en los pies y los arañazos de las ramas. Desconozco qué hago aquí, porque yo estaba muerto.

El carruaje ha llegado a un poblado, pero no es como los que recuerdo. Viven en piedras talladas y mis captores lo llaman Nueva Orleans. Los escucho murmurar cuando los caballos no relinchan. Hemos parado, se han ido y me han dejado aquí atrás escondido bajo una manta. Me cuesta recordar. No entiendo nada. Alguien se acerca.

Me tiran de los pies de malas formas y por fin los veo. Son blancos, no como yo. Me tienen atado y me han llevado ante una anciana. Ella me observa y me sonríe. También es negra, pero no está atada. Los blancos hacen lo que dice sin rechistar.

– Hola, Pac.

– ¿Qué es este lugar?

La anciana corta mis cuerdas. Más negros y blancos aparecen en aquella habitación.

– Se avecina una guerra, Pac.

– ¿Quién eres?

– Soy Odeline, tu nieta, ¿Recuerdas?– Empiezo a abrumarme.

– ¿Mi nieta?

– Sí, la hija de Moise. Papá me enseñó todo lo que le enseñaste tú.

Guardo silencio. Los allí reunidos se deleitan con mi presencia. Sus caras atónitas escudriñan la mía, impasible. Un blanco desafiante interviene.

– ¿Dónde guardaste la piedra?– Odeline le manda callar. Ella sigue mirándome fascinada.

– Jamás lo revelaré. Me matasteis por ello.

Todos se incomodan, como si mis palabras hubiesen reflejado un desenlace que todos conocían de antemano.

– El mundo es muy distinto ahora, ¿Lo ves, abuelo? Estamos todos en paz.

– ¿El mundo?– Pregunto.

– ¡Estados Unidos no puede perder la guerra, negro!– Exclama de nuevo el blanco.

– No sé qué os prometieron los esclavistas, pero la piedra de contacto con los venerados Dioses no fue robada en su día y tampoco lo será ahora. Ni con el mejor vudú seréis capaces.

Si quiere participar, ha de enviar su microrrelato a cuentosminimos@lasprovincias.es. La extensión exacta del relato es de 330 palabras.

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