Urgente Hallado en el barranco del Poyo el coche de la joven de Cheste desaparecida tras la dana

Quien quiera llegar a la aldea de Levante desde la aldea de Poniente no tiene más camino que el camino. Ni un cruce, ni un desvío, ni una travesía. Sólo el camino único que serpentea la isla de parte a parte. Las islas dan solo una oportunidad. Quizá por eso los nativos piensan y dudan y nunca acaban de actuar. Dudan y piensan en vez de vivir. Así son las islas, sin suerte.

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Para huir juntos de sus vidas sin comienzo, dos amantes clandestinos se dan cita en algún punto del sendero. El acuerdo era empezar a andar después de misa, cada uno desde su aldea, hasta encontrarse en alguna curva entre sembrados. No hay pérdida, sólo un camino entre dos aldeas. Tantas veces lo habían aplazado que emprenden la marcha sin emoción ni anhelo.

Incomprensiblemente ambos recorren la senda entera sin encontrarse y este inesperado desenlace de la única decisión de sus vidas revela de pronto alguna vieja desconfianza. Ahora se antoja evidente la reservada conducta del otro. Quizá lo esperaban, pero el paso está dado y no tiene ya enmienda.

Sus destinos se distancian desde entonces. Cada uno de los amantes está ahora en la aldea del otro. Emprenden nuevas vidas, pero en aldeas cambiadas. No en otra isla, sino en otra calle. Ya no más planes, ya no más citas. Cada uno creerá adivinar el miedo del otro al salir de misa. Pero fueron amantes y el secreto estará a salvo.

Cuando el tiempo revele que no hubo traición entre ellos, sino solo misterio, que sus pasos se cruzaron, pero sus miradas no, será demasiado tarde. El dolor se acabará gastando bajo sus nuevas vidas siempre indecisas, siempre aplazadas.

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De vez en cuando volverán a avistarse de lejos, pero nunca sabrán en qué revuelta del camino desviaron la mirada para no verse. Nunca sabrán por qué la isla da solo una oportunidad. O acaso es que hay más de un camino, pero una sola suerte.

Si quiere participar, ha de enviar su microrrelato a cuentosminimos@lasprovincias.es. La extensión exacta del relato es de 330 palabras.

 

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