![Sección de relatos cortos del periódico Las Provincias | La fiesta](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202103/05/media/cortadas/imagen-cuentos_20210305170413-ReGUawWvlvz5lOUlGwz31WK-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
La fiesta
CUENTOS MÍNIMOS ·
María José Mollá
Viernes, 12 de marzo 2021
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CUENTOS MÍNIMOS ·
María José Mollá
Viernes, 12 de marzo 2021
La fiesta estaba en pleno apogeo. Encontró a Marta en la biblioteca, entró y cerró la puerta.
Al cabo de media hora, salía sin que nadie le viese por la ventana del jardín. Allí no había nadie, ya que la lluvia arreciaba con intensidad.
No reparó en que, al saltar por la ventana, se había roto el bolsillo de la chaqueta y le faltaba la pajarita roja que le había regalado Marta para aquel evento donde anunciarían su compromiso.
Notó la lluvia en su cara. Llevaba los ojos inyectados en sangre, iba ebrio, abatido, tambaleante, chocando con los muebles dispuestos en el jardín, trastabillando, sin distinguir casi por dónde caminaba. No veía nada a su alrededor.
Subió con prisa a su deportivo descapotable. Lo arrancó con furia sin importarle la lluvia y con él se lanzó a toda velocidad por aquella carretera que discurría zigzagueante junto al precipicio, desde la casa de Marta hasta el puerto deportivo.
¡No podía pensar!, ¡no quería pensar! Su mente nublada por el alcohol, solo le devolvía la imagen de Marta. La llevaba fija en su pensamiento: veía sus ojos abiertos, el pelo revuelto y su vestido blanco, roto.
¿Qué había hecho?, pensaba atormentado.
La lluvia no paraba de golpear con furia el parabrisas. La tormenta se había vuelto más violenta. Todo estaba oscuro. Apenas se distinguía la carretera. ¡Quería escapar de aquello!
Cada vez con más velocidad, el coche se acercaba al precipicio, rozando los quitamiedos, peligrosamente.
¡Una curva y otra y otra! Más y más veloz, se iba asomando al precipicio.
Volaba por la carretera. En la tercera curva, el coche pisó un riachuelo que se había formado y atravesaba la carretera. Empezó a deslizarse sin control y entonces, ya no tuvo tiempo de pensar más, mientras el vehículo volaba por el precipicio, vio a Marta, en medio de la carretera, allí estaba, de pie, sonreía, llevaba su vestido de fiesta blanco, el pelo suelto ….y el collar apretando el cuello.
Si quiere participar, ha de enviar su microrrelato a cuentosminimos@lasprovincias.es. La extensión exacta del relato es de 330 palabras.
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