Insomnio

- Despierta Juan, despierta.

Como siempre, Juan dormía ajeno a todo. Ni siquiera se movió cuando ella gritó aún más fuerte en su oído:

- Juan, despierta hombre, que necesito hablar.

Nada, ni un movimiento. Solo su profunda respiración sobre la almohada. Por un momento, pareció que la había oído, porque se movió ligeramente y apretó la boca y los ojos y frunció el ceño. Pero seguía durmiendo. Ella notó su intranquilidad. Debía tener una pesadilla. Se le notaba cansado. Ya llevaba muchas noches sin dormir. Pero aun así, debía despertarlo.

Así que decidió levantarse y hacer ruido, a ver si con ello lo sacaba de su sueño. Movió las cortinas a uno y otro lado, le quitó la sábana y manta que lo tapaba y hasta tiró con fuerza una figurita que había sobre la mesita de él. Solo entonces él gruñó y farfulló:

- Déjame Marta, déjame ya por favor.

Pero ella le necesitaba bien despierto, así que encendió y apagó la luz de la habitación y, a continuación, se dirigió al baño y abrió todos los grifos. El agua salía a borbotones, salpicando todo alrededor. Abrió el botiquín y tiró al suelo varias cajas de pastillas y hasta el jarabe aquel que él compró para la tos y ella tanto odiaba por su olor. Al caer, la botella de cristal se rompió en mil pedazos, haciendo un ruido incluso mayor del que ella esperaba.

Por fin, con ello, lo consiguió: Juan se levantó, volvió a colocar la figurita en su mesita y cerró los grifos.

- Tú ganas Marta, ya estoy despierto.

Resignado, se dirigió a la cocina y comenzó a preparar un café. Sabía que ella ya no le dejaría pegar ojo.

Desde aquel día, meses atrás, en que Juan la cosió a puñaladas y la enterró en una fosa en la montaña por la que solían pasear juntos los domingos, él ya no dormía. Al fin y al cabo, ella tenía toda la eternidad para despertarle.

Si quiere participar, ha de enviar su microrrelato a cuentosminimos@lasprovincias.es. La extensión exacta del relato es de 330 palabras.