En medio de la oscuridad

Sin saber por qué, Alejandro se despierta, en medio de la noche. Lo cierto es que no le había pasado nunca, solía tener un dormir profundo, no padecía de insomnio ni nada parecido que perturbara el libre albedrío de sus sueños durante la noche. Tenía una sensación rara, se sentía como flotando en el aire, con mucha paz interior.

No sabía qué hora era, pero debía de ser tarde ya que la oscuridad era de tal intensidad que no alcanzaba a ver nada, como si los ojos todavía no se hubieran abierto del todo. No tenía angustia, ni ansiedad, ni sudaba ni nada parecido, por lo que no llegaba a alcanzar la circunstancia o motivo de su despertar.

En aras de disipar la razón de su repentino despertar, intentó hacer un esfuerzo de lo que había hecho el día anterior, pero únicamente recordaba que había sido invitado a una fiesta por la presentación de su último exitoso libro, había bebido mucho y había rechazado el taxi de cortesía que le habían ofrecido ya que le gustaba ser dueño de su destino y conducir su propio coche allá donde iba.

De repente, pero en tan solo microsegundos desde su despertar y analizar la situación, sus ojos empiezan a entreabrirse y puede ver a lo lejos, muy a lo lejos en frente de sí mismo, una luz muy blanca, tanto, que le deslumbra a los ojos, y le hace apartar la mirada hacia atrás, donde puede ver su coche. Sí su coche, a él también le sorprendió, pero lo cierto es que era su coche y estaba como destrozado, hecho chatarra y junto a él podía verse un cuerpo tapado con una manta, y un cordón policial.

Solo entonces, pudo entender el despertar que se había producido en su interior, y saber que se encontraba camino hacía un nuevo sueño, una nueva vida o quién sabe… pero lo que sí que entendió y asumió es que estaba en medio de la oscuridad.

Si quiere participar, ha de enviar su microrrelato a cuentosminimos@lasprovincias.es. La extensión exacta del relato es de 330 palabras.