Transición de colores

La última visión de Joselito de un televisor en blanco y negro se remonta a un frío día de noviembre al calor de un brasero, en casa de sus abuelos maternos; no por casualidad, más bien por causalidad. Una larga enfermedad del abuelo requería las atenciones de la única hija, su madre, quien, incluso después de muerto el abuelo, seguiría allí cuidando de su querida abuela, pues no quiso ésta abandonar su casa hasta pasado más de un año de la muerte de su querido esposo. Después, no paró de echar un vistazo a lo que fue su hogar todos los días hasta que tuvo arrestos para ello.

"¡Españole, el Gris ha muerto!"...

Día veinte de noviembre de mil novecientos setenta y cinco. Aquellas palabras de un señor de bigotes trasnochados, muy del estilo del régimen; de riguroso luto, con traje y corbata negros, y aquellas orejas desabrochadas, que daban a su aspecto cierto aire de topillo, compungido por el dolor, o quizá por los malos augurios que su retorcida mente imaginaban, hizo llorar a todos los presentes ante la pantalla del televisor. Lágrimas derramadas que fueron, en parte, similares a las del desolado ministro; pero llenas de alegría en otra gran parte. Llanto de alegría, rabia contenida. Lágrimas por la muerte de un dictador.

"¡Españoles, el Gris ha muerto!"...

Tan sólo dos días después, recuerda la primera imagen a color en la pantalla de un bar. Colores que, aunque un tanto rancios y asepiados, estaban llenos de esperanzas. Anunciaban, a bombo y platillo, en una retransmisión en directo, la proclamación del rey de las escaleras de color. Lo Gris dejaba paso al Arcoiris.

Pocos sienten nostalgia de aquel falso bienestar blanquinegro. Muchos lo repudian.

Hoy la vida sigue adelante, con el bienestar para los de siempre. Con nuestros conformismos e inconformismos. De todo debe haber en la vida, pero en colores; aunque el verde siga siendo para unos pocos y el marrón para la inmensa mayoría.

Si quiere participar, ha de enviar su microrrelato a cuentosminimos@lasprovincias.es. La extensión exacta del relato es de 330 palabras.