Ana Cuesta: «Informar es ahora una necesidad para mí»

A la periodista Ana Cuesta, la crisis del coronavirus le ha cambiado sus rutinas de arriba a abajo. El escenario de su día a día, en sentido literal. Ha pasado de pegarse el madrugón de lunes a viernes para informar de la actualidad del Covid-19 en Al Rojo Vivo, a atravesar las calles de la desierta Madrid los sábados y domingos para ponerle rostro al informativo de fin de semana de La Sexta. Así que, como la mayoría, ha descubierto cosas de su casa que hasta ahora no había experimentado, como los desayunos lentos y la magia del horno de su cocina para hacer bizcochos.

Desde su balcón, en el centro de la ciudad, tiene vistas directas a la Estación de Atocha, una zona con una actividad frenética que estos días se ha congelado de un plumazo. Ella, mientras, mira la estación con las ganas de quien sabe que los suyos están a sólo un trayecto de AVE. El mismo que habría cogido para salir en la Ofrenda con Anita, su sobrina de un año. Pero hasta que el salto a la terreta llegue, y quizá unas Falla veraniegas, intenta mantener la cabeza ocupada y cumple a rajatabla con el confinamiento. «Solo salgo a la calle sábado y domingo para ir a la tele a trabajar. Se siente cierto vértigo, pero es lo único que me conecta con la vida que teníamos antes», explica. Y es que para ella, la información estos días «no solo es un derecho, también se ha convertido en una necesidad y de ahí la responsabilidad de seguir haciendo nuestro trabajo». También me permito olvidarme del maldito virus cocinando, leyendo, viendo películas y haciendo tablas de ejercicio online». Eso sí, recuerda que es importante quedarse en casa. Observa desde la distancia como su madre y su hermana están con jornadas maratonianas en el hospital y piensa que sería egoísta no cumplir con lo único que nos han pedido: no salir.