Cultura contrata al fin la mejora de la seguridad en San Miguel de los Reyes

Ahora, los actuales responsables de Cultura han contratado ya a la empresa que se hará cargo de la seguridad del espacio. Se trata de la firma Fovasa, que ingresará más de 1,7 millones de euros por hacerse cargo de la vigilancia del enclave hasta noviembre de 2028 (el contrato asciende a 1.716.391,80 euros con el IVA incluido).

En concreto, el contrato -que se ha llevado a cabo mediante licitación pública- tiene como uno de sus objetivos, según se refleja en el documento de aprobación y adjudicación, por la «necesidad de garantizar y velar por la mejor protección y seguridad tanto del persona que trabaja en el edificio de la Biblioteca como de los ciudadanos que acceden a él». Y también, y lo más importante, «proteger el patrimonio, los bienes y las instalaciones que se encuentran en dicho edificio». El contrato fue adjudicado el pasado 27 de febrero.

Desde el departamento que tutela el conseller José Antonio Rovira confirman a este diario que se ha ampliado el servicio con esta nueva empresa que se hace cargo de la vigilancia. Así, como aseguran desde Cultura, se ha incrementado el número de vigilantes nocturnos en San Miguel de los Reyes (antes había uno y ahora hay dos), se garantiza la presencia física de vigilantes las 24 horas del día, y se ha mejorado el sistema de videovigilancia y de prevención de intrusos en el recinto.

Además, señalan que desde la Dirección General de Cultura actualmente se están tramitando nuevos contratos tanto de vigilancia y seguridad como de limpieza de todas las Bibliotecas (Nicolau Primitiu, Biblioteca Pública de Valencia, Biblioteca Pública de Orihuela, Biblioteca Pública de Alicante y Biblioteca Pública de Castellón) y de todos los Archivos (Archivo del Reino de Valencia, Archivo Histórico Provincial de Alicante y el nuevo Archivo histórico Provincial de Castellón), que entrarán en vigor en la próximas semanas.

Desde que se conoció el misterio suceso de la desaparición, los gestores públicos se apresuraron en afirmar que se iban a mejorar las medidas de seguridad de San Miguel de los Reyes. Ahora, con los profesionales de esta empresa y la mejora de las medidas de seguridad se prevé que sucesos como el del manuscrito del genial novelista valenciano no volverán a suceder.

Fue en octubre de 2023 cuando se conoció la desaparición de entre los fondos de la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu de esa joya única manuscrita del propio Vicente Blasco Ibáñez. Fue el catedrático Miguel Herráez quien denunció que el documento no se encontraba en la institución. Un manuscrito que llegó a la Biblioteca Valenciana en el año 2001. Herráez fue el intermediario entre la familia de Francisco Sempere i Masià (editor del propio Blasco Ibáñez) y la Biblioteca Valenciana, dirigida en aquel entonces por José Luis Villacañas, para el depósito en la institución de un legado muy significativo que pertenecía a Consuelo Sempere Azzati, nieta de Francisco Sempere i Masià y a su vez sobrina del conocido periodista Félix Azzati. La descendiente quería salvaguardar un conjunto de cartas, telegramas, fotografías y documentos que tenía en su poder relacionados con Vicente Blasco Ibáñez, entre ellos las misivas del escritor a Sempere i Masià. Así que pensó en depositarlas en la Biblioteca Valenciana.

«Yo fui quien firmó el acuerdo en nombre de la familia. Era una forma de velar por este legado. Así que en un acto protocolario lo depositamos. Fue de forma desinteresada y firmamos un contrato en el que se concretaba la cesión», contaba en aquel momento el catedrático que ejerció de intermediario. El acuerdo, según la documentación, recogía «el depósito de cartas manuscritas de Blasco, telegramas, fotografías y '1 manuscrito original de 'Flor de Mayo', novela cinematográfica de D. Vicente Blasco Ibáñez». Sin embargo, el propio Herráez, quien dirigía la tesis del periodista e investigador Carlos Aimeur y quien le sugirió a este estudioso que consultara para la tesis este documento guardado en la Biblioteca Valenciana, fue el que denunció que no estaba el documento cuando Aimeur intentó consultarlo.

Desde entonces, todo son incógnitas sobre un suceso cuyo misterio continúa sin explicación. Porque la investigación judicial que se hizo al respecto se cerró sin culpables. Nadie dio una explicación factible y, en aquel momento, se habló de «negligencia». Lo que sí se sabe es que la Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat incorporó los datos y la descripción del manuscrito en bases de datos internacionales por si saliera a subasta o se hubiera decomisado. Y también, que la obra del genial escritor valenciano no fue registrada en el inventario que se hizo tras la cesión en 2001 ni digitalizada en 2004.

Ahora, con la intención de evitar que la Comunitat vuelva a perder un documento tan valioso o se puedan producir «negligencias» como esta misteriosa desaparición, la Biblioteca Valenciana va a ver mejorada la seguridad, sobre todo para salvaguardar el patrimonio de todos los valencianos.