

Secciones
Servicios
Destacamos
Hace un año, la Conselleria de Cultura anunciaba, tras una reunión con los responsables de la Diputación, que iba a asumir las riendas del malogrado teatro Escalante, sin sede fija desde 2016 y deambulando por espacios públicos para garantizar, al menos, la supervivencia de su oferta teatral.
La absorción por parte del departamento que tutela Vicent Marzà del histórico proyecto escénico con más de tres décadas de existencia era un paso más en la idea de vaciar de competencias culturales a la Corporación Provincias. Antes que el Escalante, Cultura se había comprometido a asumir también el certamen musical Sona la Dipu y la Institució Alfons el Magnànim-Centre Valencià d'Estudis i d'Investigació. Pero pasados casi dos años, Cultura mantiene paralizados estos proyectos. No ha accedido a la gestión de ninguno de ellos pese a que, en 2020, tenía previsto, al menos, que Sona la Dipu retornara a los escenarios bajo su responsabilidad.
La actual crisis sanitaria y la ralentización de los procesos administrativos están haciendo que Cultura se olvide de sus promesas con la Diputación. Es más, en el caso de la cita que reunía a bandas y grupos de la Comunitat, su absorción por parte de Cultura le iba a permitir sobrevivir después de una última edición complicada.
En el caso de la Institució Alfons el Magnànim, el compromiso de la conselleria por asumir su gestión tenía un claro objetivo: extender la «gran labor» de reflexión y edición que realiza este organismo al ámbito autonómico, convirtiéndolo en una especie de «institución de las letras valencianas». Lo dijo Marzà en julio de 2018 en una entrevista a Europa Press, donde aseguró que con esta medida se iba a lograr conseguir «una institución literaria a nivel de país, al igual que la tienen otros territorios». Pero este hecho tampoco se ha materializado y, aunque se baraja la posibilidad de crear un Consorcio entre la Diputación y la Generalirat, La entidad que dirige Vicent Flor sigue adscrita a la corporación provincial.
Más flagrante es el problema del teatro Escalante, que en 2016 cerro su mítica sala situada en la calle Landerer y desde entonces mantiene la programación pero no un espacio estable. Una nave del Parque Central ha sonado como posible escenario. En principio, debería haberlo acogido a partir del pasado junio. Otro hecho que tampoco se ha materializado.
Tal y como adelantó ayer LAS PROVINCIAS, hasta Presidencia de la Generalitat intentó salvar al Escalante, pero no pudo ser y, aunque en una reunión entre Marzà y la responsable del área de Cultura en la Diputación, Glòria Tello, se llegó al acuerdo de que Cultura asumiera las riendas del teatro «para asegurar su continuidad y convertirlo en un proyecto autonómico», el Escalante sigue con su vida, salvando los obstáculos que se ha encontrado por el camino.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.