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Regresa la danza. El festival Dansa València arranca este sábado 15 de abril con cuatro espectáculos en busca de la implicación ciudadana. Edición tras edición, la propuesta artística aproxima los lenguajes del movimiento a nuevos públicos y espacios no convencionales en su primer fin de semana a través del ciclo 'Moviments Urbans'. Así, el jardín del Turia -el viejo cauce del río- se convierte en esta ocasión en escenario para el arte, en un lugar abierto en el que la creatividad, impulsada por la danza, indaga en universos como el de la influencia del coche en nuestra civilización o la necesidad del individuo de reflexionar sobre sí mismo.
La primera jornada tendrá lugar el 15 de abril en el Museo de Bellas Artes y en el Jardín del Turia. El patio del Embajador Vich de la pinacoteca será el escenario para una pieza de danza dirigida al público familiar. Es un trabajo inspirado en la obra de Joan Miró, 'La magia de los colores', 'Cromàtic'. Desde Baleares, la compañía Baal embarca a la audiencia en un viaje al cosmos lleno de descubrimientos y sorpresas, donde cada uno de sus tres intérpretes asume un color, el amarillo, el rojo y el negro.
El mismo claustro renacentista también será el marco para la representación de una pieza cercana e íntima de los valencianos Cave Canem. 'No son ojos porque los ves, son ojos porque te miran' explora cómo mover la energía en la escena sin cruzar miradas. En la representación, sus bailarines, Carmela García y Alexander Espinoza descubren que su realidad se tambalea ante la presencia de otros ojos, no sabiendo cómo reaccionar o interactuar al no estar solos.
La mañana se cerrará con el desplazamiento del baile hasta el kilómetro 1 del Jardín del Turia, donde Kiko López se sumergirá en un desafío interno para encontrar el lado más bello del ser humano a través de la animación de un objeto. En su obra breve 'Honest', el protagonista realiza un viaje por el juego y el rechazo acompañado de una mirada frágil, vulnerable y honesta en pos de la aceptación de uno mismo.
El viejo cauce seguirá siendo escenario al caer la noche. La intérprete y creadora belga Marie Gyselbrecht indagará en los límites y las libertades del espacio público en la 'skateplaza' que se halla debajo del Puente de San José. Su propuesta 'Nest' se articula en torno al coche como uno de los símbolos más poderosos de nuestra civilización, un símbolo de estatus, pero también el sustituto de una casa o un lugar temporal donde pasar la noche.
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