![Deberes culturales para el nuevo curso en Valencia](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202208/31/media/cortadas/1448125161-RnJuG4r6dwFPbWgv2vv2SxK-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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La cultura valenciana encara el nuevo curso con asuntos pendientes por resolver. Hay deberes en la agenda de los gestores públicos ante un ejercicio que busca ya dejar de lado la pandemia que tanto afectó al ámbito artístico, musical y escénico para encarar una temporada en la que deben resolverse algunas cuestiones. No obstante, los próximos meses pueden ser claves para algunas de las instituciones de la ciudad que deben afrontar cambios.
Uno de los emblemas culturales de la ciudad de Valencia está en horas bajas. Cerrado desde 2019, sin actividad, con una programación repartida por distintos escenarios de la ciudad, ve como la sangría de abonados es imparable a la espera de ver cómo responden a la oferta de 2022-2023. Sin embargo, los próximos meses son cruciales para finalizar las obras de un edificio que fue declarado inhabitable por los bomberos. Si se cumplen las previsiones de la presidenta del auditorio, Glòria Tello, en 2023 el centro musical debería abrir sus puertas. Falta por ver cómo vuelve a reconectarse con la vida cultural de la ciudad, tras tres años aciagos –pandemia de por medio– y el cada vez más potente Palau de les Arts, que ha sabido sacar músculo durante los meses que el Palau lleve en el ostracismo. ¿Regresarán los fieles al auditorio? Es el reto principal de la institución. Una obligación.
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El curso cultural arranca en el IVAM con la mirada puesta en la subsede que el Instituto Valenciano de Arte Moderno ha proyectado en una de las naves del Parque Central. Con una inversión de dos millones de euros, se pretende construir un espacio con dos salas de exposiciones. Se desconoce el contenido concreto del enclave aunque los trabajos para adecuar el Muelle 3 deben dar inicio si se quiere llegar a la fecha acordada para inaugurar esta extensión del museo: 2023. Se pretende destinar a proyectos multimedia, experimentación sonora y audiovisual y creaciones de artistas emergentes. La maquinaria debe ponerse a funcionar para cumplir con los plazos previstos porque en la pinacoteca que dirige Nuria Enguita ya saben lo que es ver cómo las previsiones no se llevan a cabo (ocurrió en el Pati Obert).
Ha sido un verano de excelentes noticias para el Museo de Bellas Artes. La adquisición por parte de la Generalitat de la colección Lladró, un compendio de más de 70 cuadros de grandes artistas como Sorolla, Juan de Juanes, Pinazo, El Greco, Ribera, Rubens y Zurbarán por 3,7 millones de euros –y que van directos a la colección de la pinacoteca– obligan a repensar el discurso expositivo de la pinacoteca. Una necesidad urgente para que los valencianos puedan tener al alcance cuanto antes esas joyas artísticas. Pero el museo también tiene algunas cuestiones sin resolver: la falta de autonomía, la carencia de personal, la apertura de la tienda y la mejora del entorno para abrirse a Viveros.
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Hoy pocos casos tan paradigmáticos como el del teatro Escalante. En 2016 se marchó de su histórica sede en la calle Landerer por los daños del edificio. Desde entonces, ha vivido de la caridad de las salas privadas y de otros espacios de la ciudad para poder desarrollar su programación. Hace un tiempo, la Diputación encontró la solución definitiva: la construcción de un nuevo escenario en un solar instalado cerca del Palacio de Congresos. ¿Cuándo? Se desconoce. ¿Cómo? No hay plazos. Sólo se sabe que la puesta en marcha del inmueble puede tardar entre 45 y 47 meses. Este curso urge que se den los pasos necesarios para que este proyecto teatral, asociado a la memoria sentimental de generaciones de niños valencianos, comience a salir del ostracismo –aunque se vaya a utilizar la nave de Demetrio Ribes como escenario provisional–.
Es uno de los casos más paradigmáticos de la escena teatral valenciana. El escenario de las Naves va a cumplir un año sin coordinador artístico tras la renuncia de Marta Banyuls en septiembre de 2021. El espacio de titularidad municipal lleva desde entonces a la deriva, sobreviviendo gracias a los festivales que acoge. El Ayuntamiento ha decidido que este puesto saldrá a oposición. Desde la concejalía de Acción Cultural apuestan por la gestión directa del teatro de las Naves y consideran que convertir el cargo en una plaza fija dará estabilidad al espacio. ¿Cuándo? No hay fecha aunque el horizonte ya marca 2023 como el momento en el que este aspecto se resuelva. Es el deber prioritario para un espacio que llegó a figurar entre las instituciones mejor valoradas en el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea.
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Bombas Gens también inicia un curso que podría calificarse de incierto. Durante los últimos tiempos ha cambiado de horario (ahora se abre de miércoles a domingo). También se ha prestado a acoger exposiciones que nada tienen que ver con su colección (como la de Berlanga que impulsó la Academia de Cine) y ahora se enfrenta al reto de crecer sin uno de sus baluartes, el exdirector de la Tate Modern, Vicent Todolí, quien dejó de ser asesor artístico del centro el pasado julio. Los responsables de Bombas Gens anunciaron que no ampliarán sus fondos. ¿Cómo será el futuro del espacio cultural?
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