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Escena de la obra 'El rastre d'aquella nit'. JOSÉ Marín

El deseo de huir llena la sala Inestable

'El rastre d'aquella nit', obra de Jacobo Pallarés que se estrena el viernes, indaga sobre la necesidad de cambiar para corregir errores

Laura Garcés

Valencia

Martes, 8 de junio 2021, 13:53

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿estamos dispuestos a hacer algo distinto para cambiar? ¿Preferimos dejar las cosas como están? ?Es posible huir sin dejar rastro? ¿Somos conscientes de que todo cuanto hacemos y poseemos deja huella? Son interrogantes que seguro se plantea el espectador de 'El rastre d'aquella nit', obra de Jacobo Pallarés, que el próximo viernes, día 11, se estrena en Espai Inestable, donde podrá verse durante dos fines de semana. Es el vigésimo octavo espectáculo que estrena la compañía desde su creación hace ya 25 años.

De la mano de un texto poético, que se ha presentado esta mañana, Pallarés -que ha contado con Maribel Bayona y Juan Andrés González en la dramaturgia- ofrece una historia que arranca de una noche traumática, de un momento en el que algo imperdonable sucedió y provocó la huida de un hombre y una mujer.

Miniaturas que pueden verse en la obra. JOsÉ MArÍN

El autor convierte la huida como la solución ante el conflicto dirigiendo los pasos de los protagonistas, interpretados por Alejandra Mandil y Juan Andrés González,hacia el norte, que es donde parece que van a encontrar aquello que buscan, el lugar mítico. Pero el trayecto descubre que el hombre y la mujer no ven el viaje con los mismos ojos. Él quiere seguir adelante pese a todo, y ella, en cambio, necesita parar y recordar lo sucedido para no caer en los mismos errores.

Hay en ello, como los actores han explicado durante la presentación, un retrato implícito de la situación de la mujer en la medida en que desea y está dispuesta a cambiar las cosas. «Ella es la que lucha por hacer las cosas diferentes», han apuntado.

El montaje, de gran atractivo tanto por la música, como por las imágenes y la introducción de miniaturas, deja bien a las claras cómo dos figuras, que son el hombre y la mujer, tienen puntos de vista muy distintos sobre la humanidad.

El montaje ofrece la curiosidad de descubrir a los dos actores actuando y operando técnicamente en directo. Los intérpretes, cámara en mano, trasladan al espectador a las islas del archipiélago de Lofoten en Noruega a través de las maquetas y miniaturas construidas por Los Reyes del Mambo. En estas islas del norte nos encontraremos a los alter ego de Alejandra y Juan Andrés, los noruegos Cristina Granados y Andreas Eilertsen que desde su casa en Stamsund también participan en el proyecto.

La obra, que aborda cuestiones universales, con la guerra como trasfondo, adquiere total actualidad en la medida en que bien puede acercarse a la realidad vivida durante la pandemia, una circunstancia vital que, como ha apuntado Pallarés «nos ha dado la oportunidad de pensar sobre lo que hemos hecho mal como sociedad. Este pensamiento ya venía dándose en mis últimas propuestas, la necesidad de encontrar un responsable a lo que nos está ocurriendo como sociedad, pero no para estigmatizar, si no para recordar y no volver a cometer exactamente los mismos errores«. Al mismo tiempo que también ha provocado en ocasiones el deseo de huir.

A estas palabras ha añadido que la pieza «también se refleja mi determinismo trágico, al amparo de las tragedias griegas, que nada puede cambiar, que el destino está escrito, que somos lo que somos, que el hombre es un lobo para el hombre.»

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