«¿Qué libro estás leyendo?» ha perdido terreno en las conversaciones ante «¿qué serie estás viendo?». La dicotomía entre audiovisual o literatura no es real sino que depende de las prioridades de cada persona. La cultura popular se ensancha y, aunque hay tiempo para todo (conciertos, exposiciones, teatro...), la penetración social de las series es incuestionable. El confinamiento, dicen, ha beneficiado a la lectura, pero sobre todo a las plataformas (HBO, Netflix, Amazon Prime, etc) que han visto aumentar el número de suscriptores.
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Se habla mucho de ficción y es recomendable enfrentarse a ella sin prejuicios. Uno de los clichés manidos es ensalzar el libro por encima de la producción audiovisual. Es un patrón recurrente, pero ¡abajo los tópicos!. En vísperas del Día del Libro, los responsables del festival Labdeseries van a la contra y David Brieva, Áurea Ortiz y Mikel Labastida ofrecen seis títulos en los que la serie queda por encima de la letra impresa: 'Friday Night Lights', 'Normal People', 'Heridas abiertas', 'The Leftovers', 'Sherlock' y 'Pequeñas mentiras' ('Big little lies').
En España la relación de las series con la literatura viene de lejos ('Cañas y Barro', 'Fortunata y Jacinta', 'Entre visillos'), no deja de dar frutos ('Patria', 'El día de mañana') y tiene futuro, como 'La fortuna', la primera serie de Alejandro Amenábar inspirada en el cómic 'El tesoro del cisne negro', de Paco Roca y Guillermo Corral. Este listado queda incompleto sin la mención de 'Crematorio', la adaptación de la novela de Rafael Chirbes recayó en los hermanos Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo bajo la producción del castellonense Fernando Bovaira. La serie 'Crematorio' cumple 10 años y LabdeSeries lo celebra con un coloquio entre Jorge Sánchez Cabezudo, el guionista Gabi Ochoa y la historiadora Ester López Barceló y la proyección del primer capítulo en La Mutant.
- 'Friday Night Lights'
«Nació como un libro de no ficción de HG Bissinger en 1990, se convirtió en un largometraje en 2004 y finalmente mutó en serie de televisión en 2006. La serie de televisión fue algo especial, abordando de forma más compleja y matizada temas como la clase social, el racismo, la religión, el género en las comunidades rurales. ¡Y qué pareja protagonista!»
- 'The Leftovers'
«Ni en sus mejores sueños Tom Perrotta imaginó que su novela de 2011 se iba a convertir en una serie de cuatro temporadas tan profunda, compleja y sufridamente disfrutable como la que surgió de su colaboración con el «lostiano» Damon Lindelof para (por supuesto) HBO. La atrayente idea base cuyas repercusiones exploraba tímidamente la novela original se convirtió en un torrente emocional de proporciones bíblicas».
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- 'Normal people'
«En la novela, los personajes verbalizan en sus diálogos lo que sienten. En la serie, eso se expresa mediante del medio audiovisual: montaje, encuadre, interpretación. No hace falta que Connell y Marianne digan nada, nosotros lo vemos y lo sentimos. Y lo que podría ser una maniobra comercial, el sexo más explícito que en el libro, se revela necesario para entender qué les pasa a estos jóvenes confusos».
- 'Sherlock'
«No es que 'Sherlock', la serie de Mark Gatiss y Steven Moffat, sea mejor que los libros, por supuesto. Es que consigue modernizar a unos personajes míticos y mil veces vistos de un modo brillantísimo, original e inesperado, y traerlos al siglo XXI manteniendo su espíritu incluso cuando traiciona, que lo hace, las novelas originales. Más o menos como he hecho al situar serie por encima del libro».
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- 'Heridas abiertas'
«A Gilian Flynn hay que admitirle la habilidad para enganchar al lector con textos trepidantes. Tuvo la suerte de que 'Heridas abiertas' cayó más tarde en manos de Marti Noxon que otorgó en la serie a los personajes una profundidad que no estaban en el libro. La elección de Amy Adams y Patricia Clarkson como protagonistas ayudó mucho para lograr ese objetivo».
- 'Pequeñas mentiras'
«De 'Pequeñas mentiras', de Liane Moriarty, los críticos alabaron su capacidad para hablar de un tema complejo como el de los abusos y mezclar géneros como el humor y el drama sin que desentonasen. Eso sirvió para hacer de 'Big little lies' un relato más ambicioso sobre un grupo de mujeres en crisis con el que cualquiera pudiera identificarse y un ejemplo perfecto de las relaciones tóxicas».
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