Desnudando a Máximo Huerta

Jueves, 15 de julio 2021, 00:30

Periodista

Publicidad

Nacimiento: Utiel, 1971.

Lo que dice la Wikipedia: es un periodista y escritor español. En junio de 2018 desempeñó el cargo de ministro de Cultura durante siete días hasta su dimisión al darse a conocer una infracción tributaria ocurrida doce años antes. ... Fue ganador del Premio Primavera 2014 con ‘La noche soñada’.

La cara A

Por Noelia Camacho

De los informativos y Ana Rosa a ser el ministro más breve

Los espectadores recordarán a un jovencísimo Máximo Huerta (o Màxim, porque ha cambiado su nombre en varias ocasiones) haciendo sus primeros pinitos en los informativos de la extinta Canal 9. El comunicador, nacido en Utiel en 1971, comenzó su andadura periodística en la televisión autonómica. De ahí y ya en el año 2000 dio el salto a los informativos de Telecinco. Los televidentes se sorprendieron cuando este valenciano fichó en 2005 por la todopoderosa Ana Rosa Quintana.

Con su paso al magazine, Huerta cambió de registro. Pasó de la rigidez de la mesa de informativos a ser la cara visible en secciones de corazón y sociedad. Diez años estuvo en un espacio que, inevitablemente, lo convirtió en uno de los chicos de Ana Rosa. Una etiqueta a la que nunca ha renunciado pese a haber capitaneado otros programas. Pero el 6 de junio de 2018 sorprendió a propios y extraños cuando fue anunciado su nombramiento como ministro de Cultura y Deporte en el Gobierno del socialista Pedro Sánchez. Un cargo que apenas ocupó siete días tras hacerse público que había empleado una sociedad para tributar por el Impuesto de Sociedades y no por IRPF. El pasado sábado, al conocerse los cambios en el Ejecutivo, Huerta lanzó un tuit encriptado: «Tanta paz lleves, como descanso dejas». Un dardo en toda regla a quien corresponda.

Publicidad

Ahora presenta el programa ‘Bona vesprada’ en À Punt. Una profesión, la de periodista, que compagina con la literatura. ‘Una tienda en París’, ‘Firmamento’ y ‘La noche soñada’ (Premio Primavera de Novela en 2014) son algunos de los títulos que le han encumbrado entre los más leídos.

Con descaro

Por Carmen Velasco

-Si no le pregunto por su etapa como ministro de Cultura, ¿le hago un favor?

-No, fue una etapa más. Pregunte, pregunte...

-¿Hubo algún chiste ministerial con el que se rio?

Publicidad

-No, porque no hubo ninguno con gracia.

-¿Valencia es de izquierdas y Madrid, de derechas?

-No, las ciudades son cambiantes. Sólo hay que ver su historia.

-Su vida es digna de la revista ‘Muy Interesante’, ‘¡Hola!’ o ‘Cuore’?:

-De ‘Muy Interesante’.

-¿El sexo está sobrevalorado?

-Todo está sobrevalorado, menos la felicidad.

-¿A quién se lleva al huerto?

-A mi perra, vivo enfrente de una zona de huertas y la paseo entre acequias.

Publicidad

-Dígame una canción del verano machacona que le guste.

-‘Volare’, de Domenico Modugno, incluso fui a ver su estatua en su ciudad natal, Polignano a Mare.

-Cuando murió su padre, escribió «te quedas en mi piel». ¿De qué está hecha su epidermis?

-Es la piel de un hijo único, rural y cosmopolita.

 

 

La cara B

El coleccionista de ‘Platero y yo’ que aún usa libretas

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro». ¿A qué vienen las primeras palabras del inolvidable ‘Platero y yo’, obra del Nobel Juan Ramón Jiménez?

Publicidad

La respuesta es de Máximo Huerta. El periodista y escritor posee una colección de ejemplares de esta obra que «incluso cuenta con una primera edición»

¿Y qué tiene ese libro que no tengan otros para consagrarse a él? La respuesta traslada a la infancia de Máximo Huerta: «Es el libro que siempre estaba en mi mesilla cuando empecé a leer». Habla con pasión de esta faceta que ayuda a dibujar el perfil de su cara B, un rostro que no sólo se dibuja de libros, también las emociones ayudan a trazar este retrato: «Algunos tienen mucho valor porque son regalos de lectores y creo que es el re que más me gusta que me hagan».

Un espíritu «juanramoniano» alienta a un autor que aún viaja por la vida acompañado de libreta. No ha sucumbido a las notas del teléfono. «Siempre la llevo. Anoto una frase que oigo en un café o mientras aparco». Todas pueden servir. De libretas están hechas sus novelas y repletos de subrayados y notas cuantos libros lee: «Subrayo con lo que tengo a mano». Sus lecturas al final son auténticas «confesiones», pues en el papel quedan plasmadas las ideas con las que se quedó o lo que le sugirieron. Hablando de confesiones asegura Huerta que a la hora de escribir no tiene manías, hasta el punto de que alguna vez las ha «inventado para las entrevistas porque veía que todos los escritores lo hacían porque era la mejor forma de darle un plus literario».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad