Emilio Sales, director de la casa-museo del escritor: «Hay políticos que están hablando de Blasco Ibáñez y ni siquiera lo han leído»

«Hay políticos que hablan de Blasco Ibáñez y ni siquiera lo han leído». Así de tajante se muestra el director de la casa-museo del escritor, Emilio Sales. El estudioso e investigador en la figura del literato valenciano, que lleva cerca de dos años al frente de la institución, no quiere entrar en polémicas y asegura que el conflicto por el legado del autor, que tiene enfrentados a la Fundación Blasco Ibáñez y al Ayuntamiento de Valencia y amenaza con dirimirse en los tribunales, no está afectando al normal funcionamiento de la pinacoteca. «Estamos trabajando día a día. Las conversaciones entre el Consistorio y los herederos funcionan a un alto nivel. A mí nadie me ha dicho nada», asegura a preguntas de LAS PROVINCIAS.

Insiste en que en el centro se trabajada día a día y se mantiene la actividad. «Estamos ahora organizando las conferencias», confiesa. Cuenta que, además, también prepara las visitas guiadas y que, ayer mismo, acababa de cerrar una de un grupo de noventa personas. Aún así, su conocimiento de la vida y obra del valencia le permite asegurar que «muchos políticos y muchas personas que están ahora hablando de Blasco Ibáñez ni siquiera lo han leído», afirma.

Cuenta que «Blasco Ibáñez es un referente y no se entiende Valencia sin él y él sin Valencia». Tanto es así que, recomienda, «tomar conciencia, más allá de las creencias políticas». «Deberíamos trabajar todos» para reivindicar su legado, manifiesta.

El investigador, que procede del mundo universitario, asegura que el legado cedido por Gloria Llorca, nieta del novelista, en 1997 constituye el «90 por ciento de la casa-museo». «Si se marchan las piezas, la casa quedará vacía», narra. Alberga la esperanza de que se pueda llagar a un acuerdo para solucionar el conflicto. «Creo que se puede hacer, pero quienes tienen que dar el callo son los políticos y los miembros de la Fundación», alega. Además, pone un ejemplo: el desmantelamiento de la sala Blasco Ibáñez que se encontraba hace bastantes años en el Museo Nacional de Cerámica González Martí. Algunas de las obras y el mobiliario que formaban aquella estancia se trasladó, después, a la casa-museo. «Como eso ocurrió pues toca tomar conciencia», dice.

Sales continúa con su trabajo al frente de la casa-museo con una hoja de ruta llena de actividades. Así, a la organización del conjunto de conferencias para 2019 así como la de seguir nutriendo de contenidos la página web.

«No puedo dar mi opinión personal, no debo tomar partido por ninguna de las partes, pero sería una grandísima lástima que los fondos se marcharan de Valencia», asevera. Sobre este conjunto patrimonial y bibliográfico afirma que su valor depende de cada persona. «Hay una parte sentimental que cada uno debe valorar. También los investigadores e historiadores que los consultan eligen unos u otros. Todo es relativo y, en estos momentos, hay un conflicto abierto por lo que debo ser responsable», insiste Sales. Pese a ello, destaca que está a disposición del Consistorio si requieren de algún tipo de informe sobre los fondos que, en estos momentos, siguen manteniéndose en el museo, situado en el antiguo chalet del literato situado en la playa de la Malvarrosa.

Este enclave, según el gobierno municipal, recibió el año pasado 11.400 visitas. Para Sales, hay que seguir trabajando aunque haya sobre la mesa un conflicto que, si la justicia dictamina que la parte del legado correspondiente a la nieta le pertenece a la Fundación y no al Ayuntamiento -es lo que pelea la entidad blasquista- desmantelaría la casa-museo. Pero Sales no piensa en el futuro. «Yo no me aferro al cargo, si en un tiempo no estoy aquí seguiré investigando sobre Blasco Ibáñez», concluye el profesor.