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Siete han sido las empresas que pugnan por tomar las riendas de los cinco centros culturales del Ayuntamiento de Valencia que el Consistorio ha externalizado . Se trata de los espacios el Centro L'Escorxador; Reina 121; Alqueria d'Albors; el chalet de Abben Al-Abbar y la Nave 3 del Parque Central, conocida como Ribes. Su gestión se ha privatizado y es a través de una licitación por la que encontrarán responsables. Así lo recoge la documentación a la que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, en la que se muestra que siete firmas optan a hacerse cargo de estas entidades. Se da la circunstancia de que sólo una de ellas quiere tutelar los cinco centros. Se trata de Salzillo Servicios Integrales SLU, una empresa de Murcia que, entre sus múltiples funciones, se encarga de gestionar espacios culturales (se podía optar a todo el lote o a cada centro por separado).
En este sentido, otra de las firmas es Amundsen Estrategia y comunicación, cuyos responsables están detrás del Festival Valencia Negra. La compañía sólo ha presentado oferta para gestionar la Alqueria Albors y el centro Abben Al-Abbar. Por su parte, la valenciana Rebombori Cultural SL, firma que realiza desde eventos culturales a cuentacuentos, guías por museos o participación en ferias y certámenes, quiere hacerse con las riendas de los espacios Reina 121, Alqueria Albors y la Nave 3 del Parque Central. Es más, la firma gestiona Rebombori Espai de Contes en el bariro valenciano de Patraix.
Otra de las empresas que han presentado su propuesta a la licitación sabe lo que es gestionar proyectos culturales como el Festival de Teatro Clásico de Peñíscola. Yapadú Producciones, que se encarga no sólo de tutelar certámenes como el mencionado sino también al asesoramiento de las compañías teatrales y de sus giras y del alquiler de equipos de sonido para distintos espectáculos, quiere ser responsable, a su vez, de otros dos espacios pertenecientes al Ayuntamiento de Valencia: el chalet de Abben Al-Abbar y de la Nau Ribes.
Otra de las empresas, en este caso una cooperativa, de nombre Cercavila Coop V, ha presentado propuesta, según la documentación, para la Alqueria Albors y la Nau Ribes. Esta entidad, según describen en una conocida red social labora, es «una cooperativa de gestión cultural». «Organizamos conciertos, festivales, cursos musicales, talleres y todo tipo de proyectos relacionados con la cultura y la educación». Asimismo, las empresas mencionadas deberán competir con Pro gestión XXI SRL, una firma valenciana que opta a la gestión del espacio Reina 121, la Alqueria Albors y la Nave Ribes. La empresa Pro XXI explota la gestión del Festival Sagunt a Escena. Por su parte, Héctor Císcar Alcántara, en su propio nombre, ha presentado oferta para la gestión de L'Escorxador, Reina 121 y el espacio de Abben Al-Abbar.
Este proceso debería haberse resuelto hace unos meses, por lo que los cinco centros culturales deberían tener ya responsables que los gestionaran. Sin embargo, el Ayuntamiento tuvo que paralizar el proceso el pasado mes de enero. La razón: El Consistorio no había tenido en cuenta la actualización del nuevo convenio colectivo sectorial cuando activó el proceso el 2 de enero, algo que le obligó a suspender la licitación a los diez días de anunciarla en la Plataforma de Contratación Pública. El alcalde de Valencia, Joan Ribó, asumió la congelación de la privatización de estos cinco espacios y habló de «pequeño problema», en declaraciones del 19 de enero de 2023 tras visitar las obras de reforma del Palau de la Música.
A finales de marzo, el procedimiento, que nació con 1,9 millones de presupuesto, volvió a la vía administrativa casi tres meses después con esa modificación incluida, es decir, se vio obligado a aumentar en más de 500.000 euros el importe inicial de la licitación, por lo que «el valor estimado del contrato asciende a 2.419.541,02 euros», según el expediente.
¿Será esta la definitiva? Si se resuelve, el proceso, los cinco espacios del Ayuntamiento encontrarán responsables que los gestionen. El pliego de la licitación detalla que deberán realizarse «eventos culturales» desglosados en dos bloques: uno formativo y divulgativo (club de lectura, talleres de escritura, presentaciones de libros, cine-fórum, etcétera) y otro de «carácter escénico (actuaciones)» (teatro infantil, teatro adulto, circo, danza, conciertos, cuentacuentos, recital de poesía, magia, humor...). Para cada uno de los edificios se requieren cuatro trabajadores: una persona para la dirección, dos personas para atención al público y una persona de asistencia técnica. En esta adjudicación, la letra pequeña es importante. La firma que gestione la Nave 3 tendrá que confeccionar una programación propia (el 20%, según el pliego) que se combinará con los espectáculos del Escalante (50%) y la externa promovida por entidades socioculturales (30%).
Todo ello, además, pone de relieve que dependiendo de qué concejalía gestione, se utiliza la fórmula de la externalización o la gestión pública. Porque el PSPV se decanta por la gestión pública (así lo ha demostrado con el Teatre El Musical (TEM) y la Mutant) mientras que Compromís, en este caso la concejalía de Recursos Culturales en manos de Glòria Tello, apuesta la privatización, es decir, porque empresas privadas tutelen estos enclaves.
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