Enrique Ponce, durante su faena en Navas de San Juan. APLAUSOS

Enrique Ponce da un recital del mejor toreo en Navas de San Juan

El valenciano corta seis orejas y un rabo a los toros de su propia ganadería en una corrida que se transmitió por 'streaming'

josé luis benlloch

Domingo, 2 de agosto 2020

Enrique Ponce toreaba este domingo en las Navas de San Juan, su otra tierra, y dio un recital del mejor Ponce. Por encima de la condición de los toros, que eran sus toros, nobles y bondadosos, a los que les aplicó toda su tauromaquia cual si fuese un pacto previo que indudablemente no había lo bordó. Sobre todo a su segundo lo toreó con primor. Lo mantuvo en pie, lo mimó con delicioso juego de muñecas y acabó cortando las orejas y el rabo en medio del fervor popular. En el quinto, su otra cumbre, el mimo dio paso al poder y la faena tuvo más cuajo y más solidez, emergió el Ponce pletórico que se hace incuestionable y le conquistó dos orejas de ley de las que se dan en las plazas de máximo rango.

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Esas fueron las dos cumbres de una cita tenía su aquel, por lo que traen los periódicos y porque toreaba como quien dice a las puertas de Cetrina, su finca de referencia, ya se sabe que todos los grandes toreros tienen fincas para la leyenda, el Villalobillos donde aterrizaba El Cordobés; la sevillana Gómez Cardeña donde Juan Belmonte se quitó la vida el mismo día, dice la leyenda, que no pudo acosar; la Yerbabuena donde se casaron Ortega y Rocío y así hasta donde queramos prolongar la lista de haciendas míticas. Cetrina la compró Enrique recién tomada la alternativa e invirtió en ella sueños y lagrimas, hasta transformar un terreno montaraz y tremendamente rústico en una explotación de lujo que acoge miles de olivos, una ganadería de bravo, su yeguada de puras sangre y su casa familiar, todo fruto de su talento, y donde ahora los paparazzi huelen carnaza y le tienen puesto cerco.

Con esos precedentes, las Navas como se le conoce por toda Sierra Morena, tomó ayer un vuelo taurino que no había alcanzado nunca. El maestro se anunció con cuatro toros de su ganadería y la corrida se transmitió por 'streaming' que es una modernidad que los clásicos desconocían y ahora dicen que puede darle viabilidad económica al toreo. El día que perfeccionen la producción técnica puede que sea así, este domingo tuvo demasiadas lagunas.

Hay que decir que la plaza se lleno en todos los asientos que permitía la legislación sanitaria. El pueblo se volcó con Ponce al que le rindieron el homenaje que la suspensión de las Fallas impidió que se le diese en Valencia con motivo del treinta aniversario de su alternativa. A su primero le hizo faena de buen oficio que no refrendó con la espada; al segundo le cuajó la faena de altos vuelos, de mimo y gusto, la primera cumbre de la tarde; en el tercero cambió el mimo por poder y le cortó dos orejas; y al cierraplaza que como dicho le embistió con carácter, le ofreció lo mejor de su mano derecha y redondeó el marcador de trofeos: seis oreas y un rabo. En el intermedio el rejoneador José Velasco cortó una oreja.

FICHA DEL FESTEJO

  • Festejo: Cuatro toros de la ganadería de Enrique Ponce, el segundo como sobrero, bien presentados y de buen juego en líneas generales. En tercer lugar se lidió un novillo para rejones de Hermanos Collado Ruiz, también de buen juego.

  • Enrique Ponce: ovación, dos orejas y rabo, dos orejas y dos orejas.

  • José Velasco: Rejoneador. Oreja.

  • Asistencia: Con el aforo reducido a la mitad se agotaron todas las entradas respetándose todas las medidas de seguridad

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